Un Curso De Milagros (UCDM)

Tanto los ancestrales conocimientos metafísicos como la moderna Psicología Transpersonal, pasando por el budismo, nos hablan de que hay siete planos o niveles de existencia. Y la comprensión e integración de esa “profunda realidad” nos da una perspectiva nueva de la existencia y tiene un poder transformador del Ser, que deja de identificarse con las creencias y apegos del ego para orientarse hacia su amorosa esencia espiritual.

En esa línea, en las enseñanzas del inspirado libro Un Curso De Milagros también está implícita la existencia de esos siete niveles. Es más, de forma muy sabia y progresiva nos va explicando cómo han surgido dichos planos y cómo corregir (expiar) los errores de percepción que nos anclan en el nivel más bajo, el del sufrimiento.

Como se dice en el libro: UCDM “sirve para eliminar todo aquello que te impide ver la luz”.

Por cierto, las conclusiones de la moderna física cuántica son coherentes con dichas afirmaciones metafísicas, así como las cada vez más numerosas investigaciones sobre las experiencias cercanas a la muerte (ECM).

7 planos de existencia

Entrando ya a describir dichos niveles, hay que empezar diciendo que los únicos niveles reales son el 1 y el 2 porque son la Autoexistencia y su Manifestación o cualidades. Para comprenderlo mejor, comparamos los niveles con el color blanco (Autoexistencia) y el Arco Iris (aquellas Cualidades también autoexistentes integradas dentro del blanco).

El tercer nivel ya es un pensamiento: “¿Cómo sería ser de otro tono?”  Por lo tanto, es un nivel ilusorio, puesto que la única medida de la auténtica realidad es si algo no tiene causa porque tiene autoexistencia (como el Amor Incondicional) o, por el contrario, es el efecto de una causa que, a su vez tiene otra causa y así indefinidamente.

Dicho de otro modo, solo tiene autoexistencia el Amor (el color blanco).

Autoexistencia: Blanco = Dios-Padre-Amor Incondicional.

Manifestación: Colores del arco iris = Hijo y Espíritu Santo.

Autoconciencia: “¿Cómo sería ser de otro tono?” = Pensamiento.

Experiencia: Probar las diversas opciones = Alma (dueño de la idea).

Mente: Pintor = Energía mental.

Emociones: Pintura = Energía emocional.

Materia: Lienzo = Cuerpo.

OBJETIVO DEL ALMA: Conseguir la mejor versión de esa idea, de forma que refleje perfectamente la Luz de Dios y, de esa manera, retorne a su condición (que nunca ha perdido en realidad) de Espíritu Santo.

Tal como postula el libro UN CURSO DE MILAGROS

Solo lo que Dios creó es real.
El Espíritu del Amor es lo único que tiene Autoexistencia.
El espíritu está eternamente en estado de gracia.
Tu realidad es únicamente espíritu.
Por lo tanto, estás eternamente en estado de gracia.
Nada real puede ser amenazado.
Nada irreal existe.
En esto radica la paz de Dios.
Nada real puede ser amenazado

UCDM: RESUMEN DE SUS ENSEÑANZAS

Solo el mundo espiritual es real. El Amor es real. Solo lo real tiene poder. El Amor siempre produce expansión de su naturaleza y quiere expresar su grandeza y su gozo a través de lo amado.

El Amor da vida eterna (atemporal) y libertad de elección a sus hijos creados. Lo único que el amor no puede conceder a sus hijos es la petición de ser especiales, pues todos son amados por igual y están fraternalmente unidos en la mente de Dios.

Todos aquellos que libremente desearon ser especiales, al no conseguirlo, fueron sintiéndose separados de la mente amorosa de Dios y acabaron generando la vibración que dio origen al mundo material de la ilusión.

Al desconectarnos de nuestra naturaleza espiritual, la fuimos olvidando y, como consecuencia, sentimos nuestra fragilidad, creímos en nuestra mortalidad y nos llenamos de miedos.

Al sentirnos separados, nos sentimos solos y desamparados y, para combatir el infundado miedo existencial a la pérdida de nuestra identidad, nuestra mente creó una personalidad centrada en la afirmación enfermiza de sí misma, y en su supervivencia (el ego).

El mundo de la ilusión también es coherente, aunque falso.

El ego (generado por el pecado original de la decisión voluntaria de mantener el pensamiento en la separación) en su demente concepción del mundo, necesariamente siente insatisfacción, ansiedad y vacío -ya que nada puede llenarle- e intenta alimentarse de la importancia personal en su relación con los demás, de la comparación, la competitividad y la agresividad hacia el otro, el mundo exterior y, sobre todo, hacia sí mismo.

“La salvación es el recordatorio de que este mundo no es tu hogar. No se te imponen sus leyes, ni sus valores son los tuyos. Nada de lo que veas en él se encuentra realmente ahí”.

Cuando experimentas alguna enfermedad, estás creyendo que el cuerpo es un fin. Cuando crees que el cuerpo es un fin, crees que él tiene existencia por sí mismo. Y así crees que tu cuerpo puede enfermarse, de alguna forma, independiente de ti. Y así crees que tú, un ser aislado y separado, puedes ser víctima de tu cuerpo. Mientras que sin la creencia en la separación, eso no puede ser así.

que incluye la frase

Todo placer real procede de hacer la Voluntad de Dios. Esto es así porque no hacer Su Voluntad es una negación de tu Ser. Criatura de Dios, fuiste creado para crear lo bueno, lo hermoso y lo santo. No te olvides de eso. El mejor uso que puedes hacer del cuerpo es utilizarlo para que te ayude a ampliar tu percepción, de forma que puedas alcanzar la verdadera visión de la que el ojo físico es incapaz. Aprender a hacer esto es la única utilidad real del cuerpo.

Tienes que cambiar de mentalidad, no de comportamiento

y eso es cuestión de que estés dispuesto a hacerlo… Hacer la Voluntad de Dios no produce ninguna tensión una vez que reconoces que Su Voluntad es también la tuya.

Nadie repudia lo que considera parte de sí mismo. La manera en que reaccionas ante tu ego es similar a como Dios reacciona ante Sus creaciones: con amor, con protección y con caridad. No es cuestión, por lo tanto, de cómo reaccionas ante el ego, sino de lo que crees ser. La creencia de que hay otra forma de percibir es la idea más sublime de que es capaz el pensamiento del ego. Ello se debe a que dicha idea reconoce, aunque sea mínimamente, que el ego no es el Ser.

“El Espíritu Santo no quiere que entiendas los conflictos del ego, quiere que te des cuenta de que no tienen sentido. El amor es lo único que se puede entender, ya que sólo el amor es real, y, por lo tanto, sólo el amor tiene sentido”.

Cuando te encuentras con alguien, recuerda que se trata de un encuentro santo. Tal como lo consideres a él, así te considerarás a ti mismo. Tal como lo trates, así te tratarás a ti mismo. Cada vez que dos Hijos de Dios se encuentran, se les proporciona una nueva oportunidad para salvarse. No dejes de darle la salvación a nadie, para que así la puedas recibir tú.

La luz no ataca a la oscuridad sino que la desvanece con su fulgor

Curso de biodescodificación

El pecado es una «percepción desprovista de amor». La manera de escaparse del temor es haciendo que la mente adopte una actitud receptiva al amor. El amor expulsa el miedo de la misma manera que la luz expulsa la oscuridad. El pasaje del miedo al amor es un milagro. No es que organice las cosas en el plano terrestre; se dirige a la auténtica fuente de nuestros problemas, que está siempre en el nivel de la conciencia.

Cualquier intento que hagas por corregir a un hermano significa que crees que puedes corregir, y eso no es otra cosa que la arrogancia del ego. La corrección le corresponde a Dios, Quien no conoce la arrogancia.

El ego está tratando de enseñarte cómo ganar el mundo y perder tu alma. El Espíritu Santo te enseña que no puedes perder tu alma y que no hay nada que ganar en el mundo, pues, de por sí, no da nada.

El Espíritu Santo es tu fortaleza porque sólo te conoce como espíritu. Él es perfectamente consciente de que no te conoces a ti mismo y perfectamente consciente de cómo enseñarte a recordar lo que eres. Tú decidiste olvidar a tu Padre, pero eso no es realmente lo que quieres hacer, y, por lo tanto, puedes decidir de otra manera… Tú no deseas el mundo. Lo único de valor en él son aquellos aspectos que contemplas con amor.

Cuando hayas aceptado tu misión de extender paz hallarás paz, pues al manifestarla la verás. He oído tu llamada y la he contestado, pero no has querido verme ni oír la respuesta que buscabas. Ello se debe a que eso no es todavía lo único que deseas. Sin embargo, a medida que yo me haga más real para ti, te darás cuenta de que, en efecto, eso es lo único que deseas.

El mundo que ves es el sistema ilusorio de aquellos a quienes la culpabilidad ha enloquecido… Si éste fuese el mundo real, Dios sería ciertamente cruel. Pues ningún Padre podría someter a Sus hijos a eso como pago por la salvación y al mismo tiempo ser amoroso.

Tienes más miedo de Dios que del ego, y el amor no puede entrar donde no se le da la bienvenida. Pero el odio sí que puede, pues entra por su propia voluntad sin que le importe la tuya.

Las relaciones especiales

Si amas de manera distinta de cómo ama Dios, Quien no sabe lo que es el amor especial, ¿cómo vas a poder entender lo que es el amor? Creer que las relaciones especiales, con un amor especial, pueden ofrecerte la salvación, es creer que la separación es la salvación.

El amor especial es sólo un escape de la muerte que se busca desesperadamente, pero no en la paz en la que el amor santo gustosamente vendría hasta ellos quedamente.

El Espíritu Santo sabe que nadie es especial. Mas Él percibe también que has entablado relaciones especiales, que Él desea purificar y no dejar que destruyas… De esa manera, toda relación que mantengas puede transformarse en una relación santa.

La relación santa es un logro educativo extraordinario. La relación santa es en todos sus aspectos -comienzo, desarrollo y consumación- lo opuesto a la relación no santa. Consuélate con esto: la única fase que es difícil es el comienzo. Pues en esa etapa, el objetivo de la relación cambia de súbito a exactamente lo opuesto de lo que era antes. Éste es el primer resultado que se obtiene cuando se ofrece la relación al Espíritu Santo, a fin de que Él se valga de ella para Sus fines.

El Espíritu Santo acepta tus sueños y los emplea en beneficio de tu despertar. Tú te habrías valido de ellos para seguir durmiendo. El primer cambio que tiene que producirse antes de que los sueños desaparezcan, es que tus sueños de miedo se conviertan en sueños felices. Eso es lo que el Espíritu Santo hace en la relación especial. No la destruye ni te priva de ella. Pero sí la usa de manera diferente, a fin de ayudarte a que Su propósito se vuelva real para ti. Seguirás teniendo una relación especial, pero no será una fuente de dolor o de culpabilidad, sino de dicha y liberación. No será sólo para ti, pues en eso reside su infortunio. De la misma manera en que su falta de santidad la mantiene como algo aparte, su estado de santidad la convierte en una ofrenda para todo el mundo.

Tú que eres ahora el portador de la salvación, tienes la función de llevar la luz a la oscuridad. La oscuridad en ti se llevó ante la luz. Lleva esa luz ahora a la oscuridad, desde el instante santo a donde llevaste tu oscuridad. Nos completamos cuando deseamos completar.

Una mano se abre y libera a una mariposa que vuela hacia el cielo

El Hijo de Dios no necesita ser perdonado, sino despertado

En sus sueños se ha traicionado a sí mismo, a sus hermanos y a su Dios. Mas lo que tiene lugar en sueños no tiene lugar realmente. Es imposible convencer al que sueña de que esto es así, pues los sueños son lo que son debido a la ilusión de que son reales. Sólo al despertar se libera uno completamente de ellos, pues sólo entonces resulta perfectamente evidente el hecho de que no afectaron en modo alguno la realidad y de que no la han cambiado.

Todo pensamiento amoroso es verdadero. Todo lo demás es una petición de ayuda y de curación, sea cual sea la forma que adopte.

O bien ves la carne o bien reconoces el espíritu. En esto no hay términos medios. Si uno de ellos es real, el otro no puede sino ser falso, pues lo que es real niega a su opuesto. Lo que decides al respecto determina todo lo que ves y crees real, así como todo lo que consideras que es verdad. De esta elección depende todo tu mundo, pues mediante ella estableces en tu propio sistema de creencias lo que eres: carne o espíritu. Si eliges ser carne jamás podrás escaparte del cuerpo al verlo como tu realidad, pues tu decisión reflejará que eso es lo que quieres. Pero si eliges el espíritu, el Cielo mismo se inclinará para tocar tus ojos y bendecir tu santa visión a fin de que no veas más el mundo de la carne, salvo para sanar, consolar y bendecir.

La salvación es un deshacer… La salvación no te pide que contemples el espíritu y no percibas el cuerpo. Simplemente te pide que ésa sea tu elección. Tu mundo es lo que la salvación habrá de deshacer, permitiéndote así ver otro que tus ojos jamás habrían podido encontrar. Cómo va a lograrse esto no es algo que deba preocuparte. No comprendes cómo apareció ante ti lo que ves, pues si lo comprendieses, desaparecería.

Alegrémonos de que ves aquello que crees, y de que se te haya concedido poder cambiar tus creencias. El cuerpo simplemente te seguirá. Jamás te puede conducir a donde tú no quieres ir.

Elige de nuevo si quieres ocupar el lugar que te corresponde entre los salvadores del mundo, o si prefieres quedarte en el infierno y mantener a tus hermanos allí.

Aprende, pues, el feliz hábito de responder a toda tentación de percibirte a ti mismo débil y afligido con estas palabras: Soy tal como Dios me creó. Su Hijo no puede sufrir. Y yo soy Su Hijo.

EL PERDÓN

Solo existe un juicio: ”el Hijo de Dios es inocente y el pecado no existe”. Formar juicios no es muestra de sabiduría; la renuncia a todo juicio lo es.

El pecado no es más que un error que necesita corrección, NO algo perverso que merece castigo.

El perdón nos hace entender:

  • Que el mundo que vemos, es solo el reflejo de nuestro mundo interno.
  • Que lo que proyectamos es lo que percibimos.
  • Que hacemos reales nuestros pensamientos.
  • Que la percepción justifica nuestros propios errores.

– Tenemos que aprender a perdonar, no para ser buenos o caritativos sino porque lo que vemos no es real, es algo que no está ahí.

– El perdón es estar en paz, aceptar, no sentir culpa, no tener miedo, es sentirse bien con uno mismo y con todo.

– A medida que vemos que nuestros errores son de percepción, aprendemos a perdonarnos.

– El perdón acorta el camino de vuelta a casa.

– Entenderemos verdaderamente lo que es el perdón, cuando comprendamos que no hay nada que perdonar. Perdonar es «pasar por alto» y mirar más allá del error.

El juicio final

Recuerda que tú no te creaste a ti mismo. Puesto que la capacidad de crear reside en la mente, todo lo que creas es necesariamente una cuestión de voluntad. De ello se desprende también que lo que haces por tu cuenta es real para ti, mas no lo es en la Mente de Dios. Esta distinción básica conduce directamente al verdadero significado del Juicio Final.

El Juicio Final es la última curación, en vez de un reparto de castigos, por mucho que pienses que los castigos son merecidos. El castigo es un concepto completamente opuesto a la mentalidad recta, y el objetivo del juicio Final es restituirte tu mentalidad recta. Se podría decir que el juicio Final es un proceso de correcta evaluación… Comprende separar lo falso de lo verdadero. Éste es un proceso de separación en el sentido constructivo de la palabra, y refleja el verdadero significado del Apocalipsis. Al final cada cual contemplará sus propias creaciones y elegirá conservar sólo lo bueno… Al mismo tiempo, la mente repudiará inevitablemente sus creaciones falsas que, en ausencia de la creencia que las originó, dejarán de existir.

El Juicio Final es el final de Juicio. El único propósito del tiempo es «darte tiempo» para alcanzar ese juicio, el cual no es otra cosa que el juicio perfecto con respecto a tus propias creaciones perfectas.”

Centro formativo Neopercepción

Poema: EL SECRETO DE UN CURSO DE MILAGROS

Como en el cálido vientre de una madre,
desde el inconsciente, amoroso y feliz estado en el que existo
quise tomar consciencia de mí mismo.
Decidí con la mente hacer burbujas,
enamorarme de las hadas y aliarme con las brujas,
saborear ideas inconfesables o entrar en trances transcendentales.
Así mi mente, como al ajedrez jugando,
dio pie a la causa y el efecto
y, entrando en un ilusorio laberinto,
desde el inmutable instante santo
se generó el tiempo y el espacio.
Un anhelo se despertó en mi sueño
que no podía serme concedido:
quería sentirme más amado
que el resto de mis hermanos.
Como un niño airado, me alejé enfadado
y me puse a jugar con los dones heredados.
Desde la nueva realidad dual e imaginaria en la que estaba,
con el entusiasmo de un adolescente,
me puse a experimentar con el poder de los deseos de mi mente.
Hasta que, en un momento dado,
absorto por completo en el mundo irreal que fui creando,
me identifiqué con las formas y sus sombras
mientras la esencia de quien era se fue olvidando.
Sentí vacío entonces, creí en la muerte y vino el miedo.
Con gran desgarro, la noche oscura del alma había llegado.
Me sentí solo, separado, indefenso y desamparado.
Culpables pensamientos ocuparon el vacío producido
porque, autocastigado, de mi espíritu santo me había desconectado
y, en mi nueva ignorancia espiritual, pensaba que lo había contaminado.
Buscando refugio a tanto miedo, nació el ego
quien, con lógica errada y alocada,
busca seguridad y supervivencia
en todo lo que no tiene permanencia.
Y al insistir en lo imposible surge un fuego
que nos enferma de insatisfacción y desasosiego.
Decimos que Dios es Amor y, al mismo tiempo,
el creador y señor de la muerte y el infierno.
Y, desde esa visión incoherente y limitada,
el alma busca el cielo pero el ego teme su llegada
y se aferra a dogmas, deseos y autoengaños
que le permitan mantener su ilusoria identidad a salvo.
Cada hermano eres tú mismo
explorando un sinfín de posibilidades,
como en un juego de espejos y espejismos.
Puesto que venimos del Uno, estamos unidos
y, cuando condenas a alguien,
reafirmas tu culpabilidad ante ti mismo
y sigues atrapado en la rueda del destino.
Como el niño que llora al creerse abandonado,
así el gozo de lo que somos se transforma en pesadilla
y, la personalidad que desde ese llanto hemos forjado,
ahora se niega a darle la bienvenida
al reconocimiento de su propia maravilla.
Llegar a entender que la vida material es sueño
no nos libra de los brazos de Morfeo;
como mucho, mejora la calidad del juego.
El hijo pródigo solo puede regresar al Hogar, despierto:
Viviendo sin juzgar y buscando la paz de la vacuidad preñada
-el Silencio Creativo que el ego ignorante teme
por confundir la Fuente de Todo con la nada-.
La ilusión material y la duda, la verdad no las trasciende
mientras se escuche más a lo que se cree que a lo que la conciencia siente.

Joaquín Ferrer

(Puedes descargar esta poesía _AQUÍ_)

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