La biodescodificación de la ansiedad

La ansiedad es una emoción que aparece en las personas cuando sienten algún tipo de peligro o amenaza, tanto si ésta es real como imaginaria. La ansiedad indica sobre todo miedo al futuro y a los males que puede traer, querer huir pero no saber dónde, deseos sin realizar, dudas de identidad: “¿qué voy a hacer?”

Sentir ansiedad puntualmente no es malo, de hecho es necesaria para la supervivencia porque nuestro cuerpo responde más ágilmente si está alerta. Eso sí, cuando una persona tiene trastornos de ansiedad puede sufrir preocupaciones o miedos excesivos en su día a día, lo que se convierte en un verdadero problema.

Si vivimos pensando que algo malo va a pasar, y disponemos al cuerpo a estar preparado para afrontar “el ataque”, este estado de ansiedad no solo es agotador, sino que altera el equilibrio del organismo y puede acarrear otros múltiples síntomas. Por ejemplo, problemas digestivos, cefaleas o dolor osteomuscular.

Si sucede de esta manera, la ansiedad es una compañera de viaje que interfiere en todas las actividades diarias, siendo difícil de controlar. Llegar a este extremo puede ser muy peligroso, por lo que sería recomendable ponerse en manos de un profesional.

La ansiedad no afecta a todas las personas de la misma manera. Debemos tener en cuenta las experiencias, la manera de vivir y los miedos particulares que tiene cada individuo.

TIPOS DE ANSIEDAD

  • Ansiedad generada por una enfermedad: se activó a partir de un problema físico o diagnóstico de una enfermedad.
  • Ansiedad inducida por drogas o sustancias adictivas: se manifiesta a partir de un consumo excesivo de algún tipo de sustancia adictiva.
  • Ansiedad inespecífica: no se sabe a qué asociarla pero tiene genera las mismas limitaciones que cualquier otro tipo de ansiedad.
  • Trastorno de ansiedad generalizada: nerviosismo y ansiedad manifiesta durante la mayor parte del día, en cualquier rutina y que va acompañado de preocupación y nerviosismo constante.
  • Agorafobia: se caracteriza por la manifestación de miedo a estar en lugares abiertos, o en espacios dónde se piense que va a ser difícil encontrar ayuda en caso de necesidad.
  • Fobia social: ansiedad activada por el miedo a relacionarse con otras personas y puede deberse al temor a ser juzgado/a o a ser víctima burlas o de rechazo.

En niños podemos añadir:

  • Mutismo selectivo: viene dado por evitar hablar en situaciones concretas o con ciertas personas.
  • Ansiedad por separación: activada al sentirse separado de seres queridos a causa de eventos que están fuera del control del niño, tales como separación de los padres, fallecimiento de un familiar, cambio de escuela, cambio de residencia, alejamiento de ciertas amistades, fallecimiento de mascotas…

SÍNTOMAS DE LA ANSIEDAD

  • Aumento o alteraciones del ritmo cardíaco.
  • Respiración acelerada e incluso hiperventilación.
  • Temblores.
  • Sudoración.
  • Sensaciones de nerviosismo, inquietud, agitación…
  • Sensación de peligro inminente, miedo, o incluso pánico.
  • Pensamiento circular, casi obsesivo.
  • Preocupación continuada.
  • Dificultad para concentrarse.
  • Insomnio.
  • Debilidad, cansancio, agotamiento…
  • Problemas digestivos.
  • Evitación de ciertas rutinas o de encuentros sociales.
  • Aumento de la susceptibilidad e irritabilidad.
  • Puede llegar a alterar la calidad de las relaciones familiares.
  • Interferencias en el rendimiento laboral.
  • A largo plazo puede llegar a generar alteraciones hormonales

BIODESCODIFICACIÓN DE LA ANSIEDAD

Según la Biodescodificación, la ansiedad se presenta como el miedo hacia lo que no se conoce o lo que no se puede controlar. Este miedo genera un estado de angustia permanente para la persona que la padece.

Cuando la ansiedad aparece te está coartando la libertad de vivir en el presente, ¿por qué? Porque son muchas las preocupaciones y pensamientos que rondan en tu cabeza. Vives aferrada al pasado y al futuro, probablemente anticipando situaciones que no van a ocurrir.

Si la ansiedad se instala en ti, te va a hacer interpretar cualquier situación de manera catastrófica y peligrosa. No vas a ser capaz de ver nada positivo. Lo único que va a resonar en tu cabeza son pensamientos negativos a los que te agarras, sintiendo que de verdad, solo las cosas malas van a llegar a ti.

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EL CONFLICTO EMOCIONAL

La persona que sufre un trastorno de la ansiedad en Biodescodificación es aquella que se desvaloriza sin medida. Se siente débil, inútil, poco querida o apreciada, una víctima de todo lo que ocurre a su alrededor.

La hipervigilancia con la que vive, relacionada con los miedos irracionales, puede ser una manera de llamar la atención de aquellos que están a su alrededor, para que la escuchen o la atiendan.

Este papel se toma desde la inconsciencia total, pues la persona siente que si no está mal, nadie va a querer estar con ella o nadie va a hacerle caso. Escoge este camino como un reclamo.

Esta manera de ver la vida se vincula con los progenitores. Unos padres que tal vez no han sabido tener una crianza muy adecuada. Desde figuras paternas débiles que no han protegido a sus hijos hasta figuras muy estrictas que han puesto demasiada atención y exigencia en ellos.

OTROS PROBLEMAS RELACIONADOS

Dificultad para soltar el pasado: Esto suele ocurrir cuando se vuelve constantemente a historias que sucedieron en el pasado y donde no ha habido un cierre pertinente. También se ha podido vivir una situación muy traumática y estar soportando las secuelas en el presente sin saberlo.

Miedo al fracaso: Personas con parámetros internos muy exigentes que creen firmemente que no cuentan con los recursos que necesitan, que la vida no es para ellas, que el tiempo se les está escapando de las manos para madurar, para poner fin a situaciones de la vida, para conocerse…

Ataques de pánico: Normalmente vienen producidos por la consecuencia de pensamientos negativos constantes tomados como ciertos. Es algo que aparece de manera innata. A todo ese ruido que tenemos en la cabeza se le añaden los agentes externos que no queremos ignorar. No somos conscientes que alimentan para mal nuestro interior (ver nuestro artículo sobre Los ataques de pánico).

ANSIEDAD Y DEPRESIÓN

Es frecuente que las personas con trastornos de ansiedad tengan signos de síntomas depresivos y viceversa. Lo cierto es que la ansiedad y depresión pueden coexistir y son fruto del estrés crónico.

Tanto la ansiedad como la depresión son maneras de reaccionar ante eventos externos o internos. Si vivimos un conflicto como si fuera una amenaza, se activará el sistema de alerta (ansiedad). En cambio, si lo interpretamos como una pérdida, se activará el foco territorial (depresión).

En general, el trastorno de ansiedad indica miedo al futuro, mientras que el trastorno de depresión es fruto de una pérdida (o varias) en el pasado.

CONSECUENCIAS DE NO AFRONTAR LA ANSIEDAD

Una persona que no coge las riendas y se enfrenta a sus problemas de ansiedad vive la vida desde la desconfianza y el nulo amor propio. Los pensamientos que entran y salen no dejan espacio para poder verse como un gran ser humano, con muchas cualidades y gran potencial.

Es por ello que tiende a desvalorizarse y a no respetarse. Teniendo muy marcados los niveles de exigencia consigo misma, que son tan desorbitados que le hacen recurrir a las comparaciones odiosas, sintiéndose cada vez peor.  La mente sufre, el alma sufre y el cuerpo ya no lo soporta más.

Si la ansiedad ha llegado a tu vida, debes saber, que está provocando que tengas miedo a vivir y te está privando de que seas feliz.

RECOMENDACIONES PARA MITIGAR LA ANSIEDAD

  1. Evitar exponerse a factores estresantes. Parece evidente, pero es la primera de la lista. Es importante detectar el disparador, identificar lo antes posible aquel evento que pueda detonar la ansiedad para evitarlo o alejarse rápidamente.
  2. Estilo de vida saludable. Un estilo de vida saludable que tenga en cuenta el cuerpo y las necesidades de cada una será fundamental para evitar los factores estresantes. Es recomendable buscar espacios para la actividad física como hacer ejercicio, caminar, sacudir brazos, mover la boca, hacer estiramientos o practicar un deporte.
  3. Escribir las preocupaciones. El 90% de nuestras preocupaciones no sucederán, pero forman parte de esos 80.000 pensamientos que tenemos al día. Un ejercicio que nos puede ayudar a tomar conciencia de lo que pensamos y relativizar es escribir durante una semana todas las preocupaciones que tenemos. Al acabar la semana, fíjate en cuáles realmente han sucedido y cuáles no. Te sorprenderá el resultado.
  4. Ejercicios de relajación a través de la respiración. Focalizar la atención en la respiración, inspirando suavemente por la nariz y soltando poco a poco el aire por la boca. Es importante respirar conscientemente, pues es la forma más rápida de recuperar la calma y reducir la opresión en el pecho que genera la ansiedad. Por ejemplo, meditar es una buena manera de conectar con el cuerpo y la respiración. En ese sentido, en Internet se pueden encontrar diversos métodos de relajación.
  5. Agua para aliviar. Evitar alimentos o bebidas estimulantes y beber abundante agua. Al sentir el agua por nuestro cuerpo recuperaremos sensaciones relajantes ya nos será más fácil desconectar del estado alterado del cuerpo.
  6. Vaciado de sensaciones corporales. Si nos damos permiso para sentir, en pocos minutos nuestro cuerpo nos ayudará a equilibrarnos. Se trata de dejar que el cuerpo transforme la sensación hasta que se reduzca la intensidad. En este sentido el agua fría también ayuda: hielo en la nuca, lavarse la cara o ducharse con agua fría.

LIBERA TUS EMOCIONES Y CARGAS

La Biodescodificación te dice que prestes atención a lo que estás pensando. Cuando empieces a sentir que la ansiedad está apareciendo y que te está reclamando atención, préstasela, pero de otra manera. Para un segundo tus pensamientos, fíjate en que está ocurriendo o qué es lo que te estás diciendo o pensando en ese momento para que aparezca.

Empieza a valorarteDeja de juzgarte ya. Eres una persona valiosa ¿por qué estás creyendo que no?, ¿qué estás ganando con criticarte todos los días? Te lo digo: pensamientos inciertos e irracionales que vas a sentir como verdades absolutas.

Habla y suelta. Deja de contenerte, deja de retener lo que llevas dentro. La mejor opción de todas siempre va a ser la de expresarte. Cuando hablas con alguien sobre el tema y lo verbalizas, el problema disminuye y contar con puntos de vista diferentes significa ver alternativas, ventanas y puertas abiertas que ahora no puedes ver.

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