Esta herida se da entre los dos y los cuatro años.
Para un niño, la traición de sus padres es muy dolorosa. A veces nos ocurre, como padres, que lanzamos al aire promesas, sin darle demasiada importancia. Luego no las cumplimos. Para nosotros parecerá una tontería, pero para los niños esto tendrá una terrible consecuencia. Para ellos significará que no puede confiar en sus padres, porque le han defraudado. Las promesas se cumplen. Si el hijo se siente constantemente defraudado por sus padres, crecerá con la sensación de que no puede confiar en nadie. Por eso, se convertirá en un adulto terriblemente controlador, que no deje absolutamente nada a merced de la improvisación.
Su máscara es ser controlador y perfeccionista
Cuando la persona contacta con esta herida a través de alguna experiencia cotidiana (objetiva o no), puede que exista un componente traumático del cual una parte de ella siente que debe protegerse. Así, terminará siendo muy exigente con los demás para que cumplan con su palabra o su cometido. Tendrá tendencia a la amargura, la ira y la envidia. Será incapaz de delegar responsabilidades.
Su gran miedo es a la separación, a sentirse repudiado. Las defensas asociadas son la desconfianza, la rabia y el control. Por supuesto, huirá constantemente de la soledad.
LA PERSONA CONTROLADORA
Hace grandes esfuerzos por convencer a los demás de que tiene una fuerte personalidad.
Busca mostrarse siempre fuerte, dar sensación de capacidad.
Quiere que lo consideren una persona responsable.
Busca ser especial e importante, para buscar la atención desde sus logros.
Enseguida confía en las personas que le impresionan, pero si se decepciona, se vuelve desconfiado.
Considera su reputación muy importante.
Miente sin esfuerzo para salir de una situación comprometida, pero no soporta que le mientan.
Espera mucho de los demás, mostrándose exigente. Se muestra muy rígida a la hora de aceptar maneras alternativas de hacer las cosas.
Le gusta tenerlo todo previsto.
Se cree indispensable y le gusta pensar que los demás fracasarán sin ella.
Difícilmente confía y se deja conocer con facilidad. Nunca habla de sus debilidades o fallos.
Es una persona rencorosa, pudiendo acabar con una relación bruscamente sin dar opción a ser retomada.
RECUERDA
Puedes vivir siendo tú mismo, sin la necesidad de demostrar nada a nadie. Puedes vivir libre de la necesidad de fundamentar tu vida en dar la sensación de que siempre todo va bien, que lo tienes todo bajo control y que no hay fallas, defectos ni vulnerabilidades en tu persona. Entiende que sí las hay y debes aceptarlo como algo normal, incluso sano. No pasa nada, está todo bien.
Acepta tus defectos y errores con humildad, no los vuelques sobre otras personas, y hazte cargo de ellos con cariño y compasión hacia ti mismo. Improvisa, la vida en muchas ocasiones se reduce a eso, en detrimento de tener que controlarlo todo constantemente. Nada se derrumba aunque tú no lo estés controlando, los demás también saben y pueden hacer las cosas bien. Deja de exigir a los demás lo que deberían ser o hacer y empieza a aplicar un poco de humildad en los juicios vertidos sobre el mundo. Entiende que no eres indispensable y que esto es bueno para ti, reduce la presión en tu vida. No olvides que la vida no te está monitorizando constantemente, que las cosas que pasan habitualmente no tienen que ver contigo y que tal y como tú las haces, hay mil maneras más de hacer las cosas bien para casi cualquier cosa.
Se da sobre todo entre el primer año de edad y los tres años.
El niño se ha sentido humillado por uno de sus progenitores (preferentemente el que se encargó mayoritariamente de su cuidado) a través de una actitud represiva y despreciativa, crítica intensa y vejaciones en la infancia. El niño siente que sus padres se avergüenzan de él, que lo desaprueban, que airean sus problemas a los vecinos.
Cada vez que se le dice a un hijo cosas como ‘¡No seas tan torpe!’ o ‘¡Pero mira que eres malo!’, se le está humillando. Un niño humillado por sus padres crecerá con una terrible herida en su autoestima. Si las personas que más quiere, en las que confía, le reprochan constantemente aquello que no hace bien, sus pequeños errores, su incapacidad para hacer ciertas cosas… o resalta cualquier pequeño defecto que pueda tener, estará minando para siempre la confianza del niño en sí mismo.
COMPLEJOS Y MÁSCARAS
Cuando crezca, esa baja autoestima y los complejos que acarrean harán que sea terriblemente tímido, se sentirá inferior a los demás. Puede ponerse la máscara de la persona en exceso servicial. Haciendo favores a todo el mundo, tratando casi de expiar sus culpas ya que se sienten culpables por todo. Se niegan sus ganas de pasarlo bien y la necesidad de sentir placer. Se rebajan y dejan que los demás los sigan humillando. Disfrazándose de mártires, de “que buena persona soy” porque creen que no valen nada ya que ese niño de verdad se creía que no valía nada.
Muchas personas con esta herida esconden detrás de un exceso de comida su falta de alimento emocional, y luego se sienten culpables por su exceso y el aspecto derivado de él.
Por el contrario, también puede ponerse la máscara de persona altiva y soberbia e intentará hacer lo mismo que sus padres hicieron con él, convirtiendo a los demás constantemente en foco de burlas, llamando la atención mediante un comportamiento inadecuado o intentando ‘camuflar’ su baja autoestima -mientras no sepa hacerlo mejor- bajo esa falsa máscara de prepotencia y tiranía hacia los demás.
OTROS TRAUMAS DERIVADOS
Por otra parte, cuando la persona contacta con esta herida a través de alguna experiencia cotidiana (objetiva o no), puede que exista un componente traumático del cual una parte de ella siente que debe protegerse. Así, las defensas psicológicas asociadas al posible trauma de humillación son la activación de la vergüenza, la disociación, el congelamiento, la ira, la sumisión y el colapso.
Además, la persona que tiene una herida fundamentada en el trauma de la humillación, tiende hacia un perfil masoquista. Su gran miedo es el miedo a la libertad.
La persona masoquista:
Se esfuerza mucho por cumplir las expectativas de los demás. En ocasiones, esas expectativas vienen de Dios u otra figura superior.
Tiende a hacerse cargo del sufrimiento ajeno.
Rechaza la sensualidad y el amor por los placeres asociados a los sentidos. Le conecta con vergüenza.
No se permite disfrutar demasiado de la vida.
Suele tener historias complicadas con la sexualidad en su infancia o adolescencia.
La sensación de libertad le conecta con la ausencia de límites y sentir demasiado placer.
Conoce sus necesidades, pero nunca las escucha. Tiende a la constricción de los placeres terrenales como forma de vida.
Se siente fácilmente sucia o indigna, tendiente a sentir asco hacia sí misma.
Se recompensa a menudo con comida, pero pronto aparece el remordimiento, la culpabilidad y la vergüenza.
Utiliza la auto-humillación como forma de hacer reír a la gente.
RECUERDA
Tu palabra es tan importante como la de cualquier otra persona que esté en tu presencia. Tu vida merece ser disfrutada exactamente igual que la de otra persona. Entiende que cada cual debe cumplir sus propias expectativas, la gente no tenemos el deber de cumplir las de otros, ni tenemos el derecho de exigírselo a los demás. No necesitas hacerte de menos para que otros se sientan bien a tu lado. Bromea sobre otras cosas, pero no uses lo que no te gusta de ti para hacer reír a otros.
Tienes derecho a expresar y defender tus necesidades y puntos de vista como igual de válidos que los de enfrente. Permítete alguna decisión impulsiva de vez en cuando. Permite los caprichos y las cosas “porque sí”, sin más, descubrirás que bien sientan. Cometer errores no te convierte en alguien erróneo, como tener defectos no te convierte en alguien defectuoso. Así es que entiende que no eres indigna, ni pequeña, ni tus acciones son sucias, ni siquiera cuando éstas te conectan con tu sensibilidad o sensualidad.
La herida de Abandono se produce desde que nace el bebé hasta los tres años de edad.
El niño siente que lo dejan de lado, que molesta, y no sabe porqué. Muchas veces el niño ha tenido experiencias de abandono en la infancia por parte del padre del sexo opuesto. Así, el trauma se construye sobre la falta de afecto o la recepción de un cariño frío o distante.
La herida de abandono tiende a conectar a la persona con un sentimiento de soledad e indefensión, y la defensa asociada a esta herida es la de persona dependiente; su gran miedo es el miedo a la soledad.
Este niño lleva desde pequeño la máscara de los apegos
Apegos a sus ideas, apegos a las personas o a las cosas. Necesitan personas a su alrededor. Incluso se sienten a veces solos estando rodeados de gente porque no pueden dejar de lado al “niño abandonado” que no han sanado.
La persona dependiente tiene miedo a no ser aceptada, miedo a vincularse con otras personas (a la cercanía, al afecto positivo…), suelen ser complacientes, evitan los conflictos y tienden a la desconfianza.
No hay un sentimiento más desolador para un niño que el sentirse abandonado. Cuando siente que sus padres no están (no le consuelan al llorar, prefieren al hermano recién llegado, un padre fallece, etc.), se siente “abandonado”. Esto le genera un vacío y una serie de miedos con los que tendrá que luchar el resto de su vida. Muchos de los niños que no se sintieron queridos de pequeños, que se sintieron abandonados por sus padres, se pasan el tiempo, durante su edad adulta, buscando emociones fuertes, actividades de riesgo… al tiempo que rechazan el cariño y contacto físico. Además, tendrán problemas para entablar relaciones estables y trabajos o proyectos duraderos.
Así, la persona dependiente:
Busca la presencia y atención constante de otros.
Sufre con frecuencia una tristeza profunda lo que le lleva a llorar y compadecerse de sí misma con frecuencia.
Desarrolla una actitud victimista.
Empatiza muy fácilmente con el sufrimiento de los demás, pero tiende a hacerlos suyos o llevar la conversación a su terreno.
Exhibe un lado dramático.
Se agarra físicamente a los demás, generando una dependencia a la hora de tomar decisiones.
Demanda demasiado consejo u opinión de otras personas.
Suele tener cambios frecuentes e inestables de humor.
Cree que una prueba de amor es que el otro esté siempre de acuerdo con ella.
Se viene abajo en presencia de una persona agresiva. Le angustia mucho la idea de quedarse sola.
Busca ser el centro de atención
La persona que ha experimentado la herida de abandono en su infancia se distingue por el deseo de hablar y por sentir placer en la conversación.
Posee un alto grado de inteligencia verbal y le encanta hablar de sí mismo, generalmente de un modo favorable.
Tiene tendencia a convertirse siempre en el centro de atención; es algo que siente que necesita y, además, le encanta.
Se comunica a través de preguntas y su lenguaje es indirecto.
Con esa actitud inconsciente lo que pretende conseguir es continuar interrelacionándose para absorber la energía de su acompañante, para atraer la atención, el interés y el afecto.
Siente miedo cuando alguien pronuncia la palabra “dejar”, pues para él tiene la connotación de que lo van a abandonar.
De la misma forma, también escucharemos con frecuencia en su vocabulario las palabras “solo y ausente”, las cuales expresa desde el dolor y el sufrimiento que siente al abandono que vivió.
Su manera de comunicarse no hace más que ratificar su dependencia energética y emocional de los otros.
Frente al trauma del abandono, RECUERDA:
Sabes estar solo/a. Tener períodos de soledad no significa estar solo, como tener hambre dos horas antes de comer no significa pasar hambre. No estás solo aunque de vez en cuando te sientas así. No necesitas la presencia constante de otras personas para sentirte seguro. Eres una persona adulta, solvente y resolutiva, que sabe atender sus problemas por sí mismo, como has hecho decenas o cientos de veces.
Entiende que las demás personas no tienen que gastar toda su atención, presencia y recursos en atender tus necesidades, pues tú puedes atenderlas por ti mismo. Cuando lo hacen, lo hacen porque les apetece, no porque te deban nada, ni siquiera porque tú las necesites. Las cosas frecuentemente son más fáciles y simples de lo que muchas veces las hacemos. Sí puedes soportar los envites y problemas de la vida, lo has hecho cientos de veces.
La gente puede dejarte plantado o decepcionarte, no cubrir tus a veces exigentes expectativas, y aun y así seguir queriéndote porque así es como quiere la gente. Nadie te abandona cuando no te hace caso. Tú formas parte del mundo, no porque los demás te hagan caso; sino que es justo al revés: los demás te hacen caso porque formas parte del mundo.
“La Verdad os hará libres”. El proceso de autodescubrimiento incluye muchos aspectos (transgeneracional y proyecto sentido, karma y astrología, biografía. etc.) y, aunque posiblemente no podemos abarcarlos todos, cuanto mayor sea el autoconocimiento de nosotros mismos, más posibilidades tenemos de dirigir conscientemente nuestras acciones y nuestro destino, en vez de ser dirigidos fatalmente por la marea de la vida.
Y en ese proceso de autoconocimiento, conocer las heridas que nos marcaron en la infancia y sus características es de vital importancia.
Todos tenemos cicatrices emocionales
Aunque intentemos ocultarlas. Es curioso cómo las heridas que más persisten frente al paso del tiempo no son las heridas físicas. Poco nos importa esa cicatriz en la rodilla del día en el que nos caímos de la bicicleta. Duele más y por más tiempo, esa palabra de nuestra madre o de nuestro padre que se hundió en nuestro corazón para siempre.
He aquí las 8 heridas emocionales que permanecen en el niño cuando crece
Para sanar esas heridas de la infancia, lo primero es tener conciencia de ellas
Aunque esa toma de conciencia duele, lo importante y sanador es que de esa manera podemos darle la razón a ese niño/a que fuimos. Podemos decirle que tenía razón en sus sentimientos: que era intuitivo y sabio y efectivamente no estaban bien aquellas ofensas que le hicieron. Podemos reencontrarnos con nosotros mismos siendo niños, sincerarnos y consolar a ese niño herido.
Una vez hecho esto, el segundo paso es aceptar lo que pasó. Aunque no nos gusten, aunque nos duelan, es necesario aceptarlas. Lo que pasó, fue como fue y de nada sirve caer en una postura victimista. Es mejor verlo desde la amorosa perspectiva de la comprensión: aquello ya pasó, ahora vamos a amar a ese niño que fuimos y abrazarlo.
De niños creíamos todo lo que nos decían y, para agradar a los papás y que nadie supiera el daño que nos causaba el poder de sus palabras y acciones, nos poníamos una máscara frente a los demás. Esas máscaras que nos pusimos son la imagen que proyectamos hacia la sociedad y ya forman parte de nuestra personalidad. Sin embargo, una vez que reconocemos esas máscaras, podemos quitárnoslas. Porque esas máscaras que nos pusimos para defendernos emocionalmente nos impiden ahora ser quién realmente somos, y cómo realmente somos liberados de ellas. Una vez que hemos logrado “desenmascarar” a esa máscara y quitárnosla, podemos decir: “Sí, yo soy así”.
1.- EL RECHAZO
Esta herida surge desde la concepción hasta el primer año de edad aproximadamente.
El niño/a siente que sus padres no lo quieren, no importa si hace esto o lo otro, no depende de si hace algo mejor o peor, simplemente él siente que no quieren su existencia. Esta herida ocurre como consecuencia de que los padres han pensado que no era el momento adecuado para que el niño llegara, por las razones que sean. Y es independiente de que después los padres lo quieran. El caso es que el niño ha notado esa sensación (puede que ya desde el vientre materno) y se ha impregnado de ella: sentía que molestaba simplemente por ser y estar.
Ese niño rechazado de pequeño se ha puesto una máscara de rabia y luego se convierte en un adulto rabioso y huidizo, a quien le cuesta pedir ayuda porque teme que le rechacen otra vez.
Esta defensa suele incluir la interpretación de palabras o gestos de manera errónea, sensación frecuente de desaprobación, crítica y juicio internos constantes y miedo a ser dañado/a.
Es una persona que no se acepta, que se rechaza a sí misma, que no se siente merecedor de amor, rechaza a los demás y, subconscientemente, hace que los demás lo rechacen. Se comporta de una manera déspota y huraña para que los demás no quieran tenerlo cerca. Así vuelve a revivir, sin darse cuenta, esa herida de rechazo.
Así, la persona huidiza o evitativa:
Es propenso a sentir rabia.
Tiende a juzgarse como alguien de poca valía.
Se percibe distinta al resto de sus familiares.
Tiene tendencia hacia el aislamiento, también sensación de soledad o incomprensión.
Tiende a los comportamientos de huida o evitación.
No soporta muy bien a las personas de tono elevado o conflictivo.
Es perfeccionista, por miedo inconsciente a no estar a la altura de lo que cree que se le exige en la vida o sentimiento de estar desperdiciándola.
En algunos casos, como reacción al rechazo sufrido, se puede crear una ilusión idealizada que consiste en verse a sí mismo como superior. Por otra parte, con frecuencia, a esa reacción de huida se añade una actitud de separación y desprecio: “detesto y desprecio a este mundo”. En el fondo, muchas veces sienten un rechazo a su actual encarnación y aprenden inconscientemente a ausentarse del momento presente.
El rechazo daña tremendamente la autoestima. De mayor tendrá una gran dificultad para expresar sus emociones. El miedo constante al rechazo le convertirá en un adulto incapaz de entablar relaciones personales estables. Preferirá la soledad.
Si tu herida de rechazo tiene visos de trauma, RECUERDA:
“Cuéntale a tu parte defensiva (la que sostiene el trauma para que no te afecte demasiado) que de forma habitual nadie siente que sobras. Tu presencia es tan importante como la de cualquiera. Tus particularidades son solo tuyas y, aunque tienes defectos como todo el mundo, en lo general eres una persona tan apta como cualquiera. Entiende que el mundo no gira a tu alrededor, lo cual es una buena noticia porque nadie te observa, nadie te analiza, nadie espera que seas nada en especial. Ya eres una persona valiosa en ti misma. Es suficiente. Nadie te juzga. Las personas a las que quieres te quieren. No tienes que esconder nada. Ya eres alguien. Existes porque tienes la dignidad de existir. Tienes un sitio en este mundo como la que más. Puedes afrontarlo todo. Eres suficiente. Eres valiosa.”
La ansiedad es una emoción que aparece en las personas cuando sienten algún tipo de peligro o amenaza, tanto si ésta es real como imaginaria. La ansiedad indica sobre todo miedo al futuro y a los males que puede traer, querer huir pero no saber dónde, deseos sin realizar, dudas de identidad: “¿qué voy a hacer?”
Sentir ansiedad puntualmente no es malo, de hecho es necesaria para la supervivencia porque nuestro cuerpo responde más ágilmente si está alerta. Eso sí, cuando una persona tiene trastornos de ansiedad puede sufrir preocupaciones o miedos excesivos en su día a día, lo que se convierte en un verdadero problema.
Si vivimos pensando que algo malo va a pasar, y disponemos al cuerpo a estar preparado para afrontar “el ataque”, este estado de ansiedad no solo es agotador, sino que altera el equilibrio del organismo y puede acarrear otros múltiples síntomas. Por ejemplo, problemas digestivos, cefaleas o dolor osteomuscular.
Si sucede de esta manera, la ansiedad es una compañera de viaje que interfiere en todas las actividades diarias, siendo difícil de controlar. Llegar a este extremo puede ser muy peligroso, por lo que sería recomendable ponerse en manos de un profesional.
La ansiedad no afecta a todas las personas de la misma manera. Debemos tener en cuenta las experiencias, la manera de vivir y los miedos particulares que tiene cada individuo.
TIPOS DE ANSIEDAD
Ansiedad generada por una enfermedad: se activó a partir de un problema físico o diagnóstico de una enfermedad.
Ansiedad inducida por drogas o sustancias adictivas: se manifiesta a partir de un consumo excesivo de algún tipo de sustancia adictiva.
Ansiedad inespecífica: no se sabe a qué asociarla pero tiene genera las mismas limitaciones que cualquier otro tipo de ansiedad.
Trastorno de ansiedad generalizada: nerviosismo y ansiedad manifiesta durante la mayor parte del día, en cualquier rutina y que va acompañado de preocupación y nerviosismo constante.
Agorafobia: se caracteriza por la manifestación de miedo a estar en lugares abiertos, o en espacios dónde se piense que va a ser difícil encontrar ayuda en caso de necesidad.
Fobia social: ansiedad activada por el miedo a relacionarse con otras personas y puede deberse al temor a ser juzgado/a o a ser víctima burlas o de rechazo.
En niños podemos añadir:
Mutismo selectivo: viene dado por evitar hablar en situaciones concretas o con ciertas personas.
Ansiedad por separación: activada al sentirse separado de seres queridos a causa de eventos que están fuera del control del niño, tales como separación de los padres, fallecimiento de un familiar, cambio de escuela, cambio de residencia, alejamiento de ciertas amistades, fallecimiento de mascotas…
SÍNTOMAS DE LA ANSIEDAD
Aumento o alteraciones del ritmo cardíaco.
Respiración acelerada e incluso hiperventilación.
Temblores.
Sudoración.
Sensaciones de nerviosismo, inquietud, agitación…
Sensación de peligro inminente, miedo, o incluso pánico.
Pensamiento circular, casi obsesivo.
Preocupación continuada.
Dificultad para concentrarse.
Insomnio.
Debilidad, cansancio, agotamiento…
Problemas digestivos.
Evitación de ciertas rutinas o de encuentros sociales.
Aumento de la susceptibilidad e irritabilidad.
Puede llegar a alterar la calidad de las relaciones familiares.
Interferencias en el rendimiento laboral.
A largo plazo puede llegar a generar alteraciones hormonales
BIODESCODIFICACIÓN DE LA ANSIEDAD
Según la Biodescodificación, la ansiedad se presenta como el miedo hacia lo que no se conoce o lo que no se puede controlar. Este miedo genera un estado de angustia permanente para la persona que la padece.
Cuando la ansiedad aparece te está coartando la libertad de vivir en el presente, ¿por qué? Porque son muchas las preocupaciones y pensamientos que rondan en tu cabeza. Vives aferrada al pasado y al futuro, probablemente anticipando situaciones que no van a ocurrir.
Si la ansiedad se instala en ti, te va a hacer interpretar cualquier situación de manera catastrófica y peligrosa. No vas a ser capaz de ver nada positivo. Lo único que va a resonar en tu cabeza son pensamientos negativos a los que te agarras, sintiendo que de verdad, solo las cosas malas van a llegar a ti.
EL CONFLICTO EMOCIONAL
La persona que sufre un trastorno de la ansiedad en Biodescodificación es aquella que se desvaloriza sin medida. Se siente débil, inútil, poco querida o apreciada, una víctima de todo lo que ocurre a su alrededor.
La hipervigilancia con la que vive, relacionada con los miedos irracionales, puede ser una manera de llamar la atención de aquellos que están a su alrededor, para que la escuchen o la atiendan.
Este papel se toma desde la inconsciencia total, pues la persona siente que si no está mal, nadie va a querer estar con ella o nadie va a hacerle caso. Escoge este camino como un reclamo.
Esta manera de ver la vida se vincula con los progenitores. Unos padres que tal vez no han sabido tener una crianza muy adecuada. Desde figuras paternas débiles que no han protegido a sus hijos hasta figuras muy estrictas que han puesto demasiada atención y exigencia en ellos.
OTROS PROBLEMAS RELACIONADOS
Dificultad para soltar el pasado: Esto suele ocurrir cuando se vuelve constantemente a historias que sucedieron en el pasado y donde no ha habido un cierre pertinente. También se ha podido vivir una situación muy traumática y estar soportando las secuelas en el presente sin saberlo.
Miedo al fracaso: Personas con parámetros internos muy exigentes que creen firmemente que no cuentan con los recursos que necesitan, que la vida no es para ellas, que el tiempo se les está escapando de las manos para madurar, para poner fin a situaciones de la vida, para conocerse…
Ataques de pánico: Normalmente vienen producidos por la consecuencia de pensamientos negativos constantes tomados como ciertos. Es algo que aparece de manera innata. A todo ese ruido que tenemos en la cabeza se le añaden los agentes externos que no queremos ignorar. No somos conscientes que alimentan para mal nuestro interior (ver nuestro artículo sobre Los ataques de pánico).
ANSIEDAD Y DEPRESIÓN
Es frecuente que las personas con trastornos de ansiedad tengan signos de síntomas depresivos y viceversa. Lo cierto es que la ansiedad y depresión pueden coexistir y son fruto del estrés crónico.
Tanto la ansiedad como la depresión son maneras de reaccionar ante eventos externos o internos. Si vivimos un conflicto como si fuera una amenaza, se activará el sistema de alerta (ansiedad). En cambio, si lo interpretamos como una pérdida, se activará el foco territorial (depresión).
En general, el trastorno de ansiedad indica miedo al futuro, mientras que el trastorno de depresión es fruto de una pérdida (o varias) en el pasado.
CONSECUENCIAS DE NO AFRONTAR LA ANSIEDAD
Una persona que no coge las riendas y se enfrenta a sus problemas de ansiedad vive la vida desde la desconfianza y el nulo amor propio. Los pensamientos que entran y salen no dejan espacio para poder verse como un gran ser humano, con muchas cualidades y gran potencial.
Es por ello que tiende a desvalorizarse y a no respetarse. Teniendo muy marcados los niveles de exigencia consigo misma, que son tan desorbitados que le hacen recurrir a las comparaciones odiosas, sintiéndose cada vez peor. La mente sufre, el alma sufre y el cuerpo ya no lo soporta más.
Si la ansiedad ha llegado a tu vida, debes saber, que está provocando que tengas miedo a vivir y te está privando de que seas feliz.
RECOMENDACIONES PARA MITIGAR LA ANSIEDAD
Evitar exponerse a factores estresantes. Parece evidente, pero es la primera de la lista. Es importante detectar el disparador, identificar lo antes posible aquel evento que pueda detonar la ansiedad para evitarlo o alejarse rápidamente.
Estilo de vida saludable. Un estilo de vida saludable que tenga en cuenta el cuerpo y las necesidades de cada una será fundamental para evitar los factores estresantes. Es recomendable buscar espacios para la actividad física como hacer ejercicio, caminar, sacudir brazos, mover la boca, hacer estiramientos o practicar un deporte.
Escribir las preocupaciones. El 90% de nuestras preocupaciones no sucederán, pero forman parte de esos 80.000 pensamientos que tenemos al día. Un ejercicio que nos puede ayudar a tomar conciencia de lo que pensamos y relativizar es escribir durante una semana todas las preocupaciones que tenemos. Al acabar la semana, fíjate en cuáles realmente han sucedido y cuáles no. Te sorprenderá el resultado.
Ejercicios de relajación a través de la respiración. Focalizar la atención en la respiración, inspirando suavemente por la nariz y soltando poco a poco el aire por la boca. Es importante respirar conscientemente, pues es la forma más rápida de recuperar la calma y reducir la opresión en el pecho que genera la ansiedad. Por ejemplo, meditar es una buena manera de conectar con el cuerpo y la respiración. En ese sentido, en Internet se pueden encontrar diversos métodos de relajación.
Agua para aliviar. Evitar alimentos o bebidas estimulantes y beber abundante agua. Al sentir el agua por nuestro cuerpo recuperaremos sensaciones relajantes ya nos será más fácil desconectar del estado alterado del cuerpo.
Vaciado de sensaciones corporales. Si nos damos permiso para sentir, en pocos minutos nuestro cuerpo nos ayudará a equilibrarnos. Se trata de dejar que el cuerpo transforme la sensación hasta que se reduzca la intensidad. En este sentido el agua fría también ayuda: hielo en la nuca, lavarse la cara o ducharse con agua fría.
LIBERA TUS EMOCIONES Y CARGAS
La Biodescodificación te dice que prestes atención a lo que estás pensando. Cuando empieces a sentir que la ansiedad está apareciendo y que te está reclamando atención, préstasela, pero de otra manera. Para un segundo tus pensamientos, fíjate en que está ocurriendo o qué es lo que te estás diciendo o pensando en ese momento para que aparezca.
Empieza a valorarte. Deja de juzgarte ya. Eres una persona valiosa ¿por qué estás creyendo que no?, ¿qué estás ganando con criticarte todos los días? Te lo digo: pensamientos inciertos e irracionales que vas a sentir como verdades absolutas.
Habla y suelta.Deja de contenerte, deja de retener lo que llevas dentro. La mejor opción de todas siempre va a ser la de expresarte. Cuando hablas con alguien sobre el tema y lo verbalizas, el problema disminuye y contar con puntos de vista diferentes significa ver alternativas, ventanas y puertas abiertas que ahora no puedes ver.
Si bien los síntomas que se experimenten en un ataque de pánico son físicos, sus causas remiten a un conflicto emocional, aunque también puede haber una predisposición genética/transgeneracional, cuando hay en la familia personas con problemas de ansiedad.
En el ataque de pánico existe un miedo muy intenso y que no avisa sino que aparece repentinamente. Este miedo o temor es desencadenado por una situación en la cual la persona siente que no puede afrontarla o salir de ella.
Los factores ambientales que pueden predisponer a dar origen al problema, son entornos familiares sobreprotectores o demasiado exigentes, o si se han vivido situaciones de violencia familiar o/y abuso sexual.
Ejemplo de ambiente sobreprotector: Puede ocurrir que el niño haya vivido situaciones en las cuales ha vivido miedo por “dichos o mensajes” de sus padres o personas encargadas de la crianza. Padres o abuelos que le dicen al niño que “si sale puede ocurrirle algo”. Se le trasmite al niño que el mundo es hostil.
El ataque de pánico, que anteriormente se llamaba crisis de angustia, involucra una serie de síntomas y está vinculado a los trastornos de ansiedad, pero el impacto de sus síntomas es para quien lo padece más intenso que en la ansiedad.
Cuando ocurre por primera vez, generalmente la persona ha tenido algún problema en alguna área de su vida recientemente que actúa como desencadenante, porque recuerda y sobredimensiona el conflicto original.
No hace mucho tiempo atrás, tener un ataque de pánico no era algo tan común como lo es hoy en día. Eso no hace más que mostrarnos que estamos eligiendo formas de vivir que a menudo son muy exigentes con nosotros mismos, que nos hacen ir tras expectativas u objetivos que nos presionan y nos quitan bienestar para poder alcanzar una meta que cada vez parece más lejana.
¿Por qué decimos esto? Porque la ansiedad, en sí, cumple una función. A nivel nervioso enciende una alarma en nuestro sistema y nos pone en estado de alerta frente a un peligro que requiere de todos nuestros sentidos para poder reaccionar.
¿Qué significado hay detrás de un ataque de pánico?
En primer lugar, es necesario resaltar que estará vinculado con la historia de cada uno. Sin embargo, es posible señalar algunos significados emocionales generales:
Sensación de ser poco apreciado/a.
Sensación de desprotección o desamparo.
Dificultad para expresar lo que siento o necesito.
Miedo a fracasar (auto exigencia).
Falta de confianza.
Exceso de comparación con otros.
Miedo a vivir por miedo a morir.
Las personas con un alto rasgo de ansiedad, a nivel cognitivo (pensamientos negativos, preocupaciones, obsesiones…), fisiológico (molestias en el estómago, taquicardias, sudoración, mareos…) y/o conductual (fumar, comer o beber en exceso, comerse las uñas, evitar ciertas situaciones por miedo al qué dirán…) tienen más probabilidad de sufrir ataques de pánico.
Desde el punto de vista de la psicología clínica, “la característica principal de una crisis de angustia es la aparición aislada y temporal de miedo o malestar de carácter intenso, que se acompaña de al menos 4 de un total de 13 síntomas somáticos o cognoscitivos.
La crisis se inicia de forma brusca y alcanza su máxima expresión con rapidez (habitualmente en 10 min. o menos), acompañándose a menudo de una sensación de peligro o de muerte inminente y de una urgente necesidad de escapar.
Los 13 síntomas somáticos o cognoscitivos vienen constituidos por palpitaciones, sudoración, temblores o sacudidas, sensación de falta de aliento o ahogo, sensación de atragantarse, opresión o malestar torácicos, náuseas o molestias abdominales, inestabilidad o mareo (aturdimiento), desrealización o despersonalización, miedo a perder el control o «volverse loco», miedo a morir, parestesias y escalofríos o sofocaciones” (DSM IV pág. 420).
Frente a estos síntomas subyace la ANGUSTIA, de hecho el ataque de pánico se llamaba crisis de angustia. Junto a la angustia hay MIEDO. Es un miedo interno. La mayoría de las veces puede que no haya una situación concreta, en el momento que se desencadena la crisis, que provoque ese miedo desmedido. Sin embargo la persona se siente invadida por una angustia y miedo desbordante que se manifiesta en los síntomas antes mencionados.
La persona es consciente de lo que está viviendo y ante la sintomatología aumenta el miedo de que algo catastrófico pueda ocurrirle, incluso su muerte. Por tanto, quien ya padeció un ataque de pánico, teme que le vuelva a ocurrir.
Este temor puede limitar mucho la vida de la persona. Puede ocurrir que evite ir a ciertos lugares, incluso en casos extremos evitan salir a la calle o evitan ciertos lugares donde le ocurrió el pánico. Puede generar entonces diversos tipos de fobias limitando su vida.
Por eso es importante que la persona que vive un ataque de pánico reciba apoyo terapéutico. Que tome conocimiento de que no le va a ocurrir nada ya que no se trata de una patología orgánica. En los síntomas físicos que experimenta no hay un órgano afectado sino que son conflictos emocionales puestos en el cuerpo.
Muchas veces, quien padece ataques de pánico deja sus actividades habituales por miedo de que le ocurra en tal lugar o en otro.
BIODESCODIFICACIÓN DEL ATAQUE DE PÁNICO
¿Qué conflicto emocional estoy viviendo?
Para comprender en profundidad las causas de los Ataques de Pánico, es necesario entender primero lo que es una Constelación Esquizofrénica en Biodescodificación.
Como ya se sabe, en biodescodificación un impacto emocional específico impacta sobre un área específica del cerebro, y dicha área corresponderá siempre a un órgano o tejido específico dañado o que presente síntomas.
Pues bien, una Constelación Esquizofrénica representará casi siempre, que no ha ocurrido solo un impacto emocional sino que han ocurrido dos impactos emocionales específicos, de manera simultánea, afectando al mismo tiempo ambos hemisferios cerebrales. Pero no por ser dos impactos emocionales simultáneos, se impactan dos órganos, no.
La consecuencia de una Constelación Esquizofrénica no será un daño físico, sino un daño a nivel mental. Se presentará por tanto una alteración psicológica, una alteración de comportamiento.
Ya con este principio claro, analicemos cuáles son los dos conflictos emocionales simultáneos:
Desvalorización + Opresión
¿Qué significa? Significa que he de dar con el momento preciso en el que viví algo aberrante, sucio, ruin, que me destruyó la vida, que me rompió por dentro, que me aterrorizó, para que yo presentara mi primer ataque de pánico.
Obligadamente, tuve que vivir una situación en la que me sentí muy poca cosa y, a la vez, presionado para soportarlo. En consecuencia, la persona siente que pierde su identidad y que corre peligro su vida.
La persona, en algún momento de la vida vivió un hecho traumático que no pudo gestionar o resolver. Esa vivencia le aterrorizó y no pudo defenderse ni pudo huir, tuvo que vivirla. La persona no pudo escapar, ni pudo superar esa situación. Presenció algo amenazante, aterrorizante o le obligaron a verlo. Algo violento real y se sintió amenazada.
Puede ser una situación que tenga que ver con lo sexual, violaciones, abusos, violencia… Lo vivió la persona o lo pudo haber visto en su entorno.
Por lo general, estas situaciones son más comunes de lo que parecen pero la misma sociedad, la educación familiar tradicional, la religión y las creencias, han influido de sobremanera para que sea más aceptado un ataque de pánico que una sucia verdad oculta.
Para la mayoría de las personas, es más fácil decir cosas como “a mi hija, que es muy nerviosa pobrecita, le dan ataques de pánico”, que decir “a mi hija la violó mi hermano y nunca hicimos nada en la familia, fue algo sin importancia”.
Tengo que tomar consciencia y recordar:
Si fui tocado(a).
Si fui violado(a).
Si me obligaron a un acto sexual indebido (sexo grupal, sexo con animales, observar a alguien teniendo sexo, etc.).
Si presencié un brutal asesinato y conozco al asesino.
Pudo haber violencia, golpes, gritos y yo tuve que callar.
Pude haber sido amenazado(a) para no decir nada.
Y cómo haya sido, fue algo que nunca superé, que nunca olvidé, que hoy por hoy, me mantiene sufriendo ataques de pánico.
Mi adversario sigue cerca, a veces lo veo, siempre lo veo, convivo con él, o bien, el simple recuerdo de lo que pasó es el adversario, sigue ahí.
Biológicamente, los Ataques de Pánico son una reacción en la que el cerebro manda la orden de “no moverme”, de “angustiarme” o de “salir corriendo”, porque ha recibido nuestra emoción de peligro.
Sea que el recuerdo de la agresión esté presente o sea subconsciente, el cerebro reacciona y ordena el “ataque de pánico”, para intentar defendernos del agresor.
Si no encontramos el origen del problema en nuestra vida actual a partir de los tres años aproximadamente, tendremos que buscarlo en el Transgeneracional o en el Proyecto Sentido: qué le pasó a nuestra madre durante el embarazo, el parto y nuestra tierna infancia.
Hay que analizar en profundidad el tipo de parto en el que nacimos, porque pudo ser un parto sumamente doloroso y difícil que nos haya impreso la orden de “vivir con miedo a morir”. Necesitamos asumir que, muy probablemente, nuestra madre vivió algo de lo anterior mientras nos estaba esperando, e incluso pudo ser previo a embarazarse de mí o sufrir algún tipo de problemas angustiosos tiempo después de que hubiéramos nacido.
En el Árbol Genealógico (transgeneracional) tengo que buscar las mismas historias, porque si no fue por Proyecto Sentido, necesariamente hay uno o varios ancestros en el árbol -de los que soy doble- y que sí vivieron estas experiencias traumáticas y me están heredando dicha emoción.
Historias de Incesto reales.
Violaciones.
Asesinatos.
Historias de Pedofilia, Zoofilia, Sodomía.
Violencia y/o Golpes en el Embarazo.
Entender que para que yo sufra ataques de pánico son necesarias estas historias, ayudará a comprender que, si no es mi caso, es algo que no quiero, que no me corresponde y que ya no voy a permitir más. Y si algo efectivamente coincide con mi vida, necesito hablar, denunciar, compartir con alguien de confianza, para sanarme y liberarme.
Por eso, conocer la historia de mi madre, padre y demás familia, es importante para mí, porque me permitirá dejar de ser “la víctima de los ataques de pánico”, para convertirme en la responsable de mis propias emociones, liberarlas y continuar con mi vida plenamente.
QUE HACER FRENTE AL ATAQUE DE PÁNICO
Quien padece ataques de pánico genera un miedo al miedo. Es decir miedo a que vuelva a ocurrir. Miedo al padecimiento que vivió. Y eso produce más ansiedad y aumentará sus síntomas.
Ten claro que aunque sea desagradable no supone un riesgo para tu vida.
Intenta no evitar ciertos lugares o ciertas situaciones porque allí experimentaste un ataque de pánico. Pues de esta manera comienzas a limitar tu vida y puedes instaurar una fobia. Si te expones y ves que nada te ocurre, verás que no pasa nada aunque hayas tenido pánico una vez en ese lugar, desconfirmas ese miedo.
Ten hábitos de vida saludables. Una buena alimentación es importante, evitando el consumo de estimulantes como el café por ejemplo. También el ejercicio físico ayuda a disminuir los niveles de ansiedad ya que eleva al serotonina y las endorfinas (hormonas vinculadas a la relajación).
Hay dos aspectos a tomar en cuenta: La Atención y La interpretación de lo que estamos viviendo. Lo que se denomina sesgo atencional y sesgo interpretativo. Estos sesgos lo que hacen es focalizar la atención en lo que estoy sintiendo en mi cuerpo. Una errónea interpretación de esas señales puede favorecer la aparición del ataque de pánico.
“Para algunos autores, los pensamientos negativos o las interpretaciones, emergen de la activación de creencias establecidas en los circuitos de la memoria a largo plazo, creando esquemas en las estructuras cerebrales de la memoria que contienen este tipo de información” (Wells, 2000).
“Parece ser que estos esquemas disfuncionales que caracterizan los trastornos emocionales son más rígidos, inflexibles y concretos que los de los individuos normales” (Beck, 1967).
Para disminuir el estrés, en vez de focalizarte en lo negativo, en lo mal que te estás sintiendo o en lo que te pueda pasar, concéntrate en tu respiración por más difícil que te parezca. Intenta sentir como el aire recorre tu cuerpo, déjalo pasar, inhala y exhala lo más lento que puedas y verás que poco a poco se va normalizando.
Para el tratamiento del ataque de pánico es necesario la psicoterapia y en algunos casos el tratamiento farmacológico.
Tanto la terapia psicológica como la psicodescodificación analizan los orígenes y las posibilidades de tratamiento, trabajando sobre el área cognitiva (pensamientos) y las emociones. Además, cualquier terapia que se aplique debe proporcionar técnicas de autocontrol y de exposición para manejar la crisis, entre otras.
¿Cómo actuar ante el estado de alarma que anticipa un nuevo ataque de pánico?
En esta sensación de alarma es importante:
Identificar qué nos está sucediendo.
Darnos auto instrucciones para bajar la alerta y la activación -como respirar con tranquilidad-.
Comprender el motivo por el que nuestro cuerpo está reaccionando así.
Darnos tiempo, desde la tranquilidad y la aceptación, para que se pase.
Aprender a aceptar la ansiedad y tolerarla sin miedo ni frustración es fundamental. Hablarse a uno mismo o a una misma, sin exigencias, sino con paciencia y comprensión, es crucial.
Debemos reeducar nuestra mente, reduciendo la atención que prestamos a los pensamientos y síntomas relacionados con nuestra ansiedad y redirigiendo nuestra atención a aquellos pensamientos o situaciones que nos generan bienestar.
¿Qué es la autorregulación emocional y por qué es tan importante?
En el manejo de los ataques de pánico, se entrenan técnicas para afrontar la ansiedad. Como la «Exposición interoceptiva» o la mejora de la tolerancia a las emociones desagradables, mediante la autorregulación emocional.
Estas técnicas forman parte de la evolución y mejora de los tratamientos psicológicos en esta materia, que anteriormente estaban basados exclusivamente en la alta exposición a la situación que generaba la ansiedad, y que no solo resultaban poco eficaces sino que producían altos niveles de malestar en los pacientes.
Preocuparnos acerca de la ansiedad que estamos sintiendo, insistir en pensar en lo que nos podría ocurrir –los famosos «y si…»– es una estrategia muy poco útil en estas situaciones.
Es más conveniente aprender a distraerse, tras aceptar la ansiedad, y cambiar nuestra atención hacia el momento presente: Qué bella música suena. Qué colores tan sugerentes hay en el escenario. Qué delicada interpretación de la actriz…
La mayoría de las personas que han sufrido un ataque de pánico no son conscientes de que hay que pasar por un proceso adaptativo y natural, y de que la forma en la que discurra este proceso y las expectativas que tengamos, serán decisivas para el futuro resultado.
Es importante identificar las creencias erróneas o los pensamientos disfuncionales tras un ataque de pánico. Por ejemplo decirnos cosas como ¿Y si nunca termina de desaparecer por completo mi ansiedad? ¿Y si nunca vuelvo a sentirme seguro? ¿Y si a partir de ahora me siento siempre triste?
Estas expectativas pueden verse influenciadas y alimentadas por información sesgada que buscamos en libros, artículos o en internet. En ocasiones buscamos la información que queremos encontrar. Es lo que llamamos sesgo de confirmación, leemos o aceptamos sólo aquello que confirma nuestro punto de vista.
Incluso nos fijamos en otras experiencias de amigos o conocidos, o de famosos, que interpretamos como casos similares o idénticos al nuestro.
Consejos claves:
1.- Ajusta tus expectativas de forma realista. No nos sirve tener una visión positiva tras un ataque de pánico, si esta es poco realista. Pensar que no vas a volver a tener ansiedad, vayas donde vayas, solo porque te lo propongas. Siguiendo con el ejemplo anterior, sería como pensar que no te va a doler la pierna después de rompértela.
2.- Entiende las causas de tu ansiedad y acepta tu ansiedad. Comprender el mecanismo que genera la ansiedad nos da información y nos permite identificar qué situaciones podrían estar activándola. A partir de ahí podemos decidir e iniciar estrategias para realizar cambios o proponer soluciones. Hay 5 causas que nos hacen más vulnerables a la ansiedad y que suelen estar íntimamente relacionadas con la aparición de nuevos ataques de pánico:
Nivel de estrés elevado y prolongado en el tiempo.
Cansancio físico (elevada exigencia, falta de descanso, alteraciones del sueño…).
Disgusto o enfado con alguien.
Enfermedad o dolor físico (fiebre, dolor o contractura muscular, problemas de estómago…).
3.- Detecta y cambia los pensamientos no realistas o desadaptativos. La aparición de este estilo de pensamiento forma parte del proceso. Son pensamientos como: “Mi vida ya no será como antes”. “Esto es una muestra de que soy una persona débil”. “No seré capaz de quitarme la ansiedad”.
Cuestiona estos pensamientos, ponlos en duda… y modifícalos. Revisa lo que piensas sobre tu propia ansiedad.
Hay dos formas de pensar sobre tu propia ansiedad, una adaptativa y otra desadaptativa.
Adaptativa: Pensar que es normal tener ansiedad después de tanto estrés, que estará contigo una temporada corta si te cuidas y descansas, que puedes acostumbrarte a ella aunque sea incómoda. Que es natural porque es una respuesta condicionada por el ataque de pánico que has tenido. El resultado de este estilo de pensamiento será a medio y largo plazo muy positivo.
Desadaptativa: Pensar que es terrible tener ansiedad, que no se pasará nunca, que va a hacer que tu vida se vaya al traste. Que es injusto sentirla, que es inexplicable e incontrolable sentirte así. El resultado es incrementar tu desesperanza y tristeza, y por tanto incrementar tu vulnerabilidad, tu fragilidad.
Actualmente, los tratamientos de los ataques de pánico están centrados en el aprendizaje y el conocimiento, para dotar a la persona de recursos que le permitan manejar la ansiedad en las situaciones comprometidas y darse cuenta de que ya no es necesario evitarlas, puesto que se comprenden y aceptan las emociones, con lo que paulatinamente se logra tener percepción de control y de capacidad sobre la situación.
Desde el enfoque de la psicodescodificación, el conocimiento y la comprensión del origen emocional que ha desencadenado los ataques de pánico posteriores, resulta clave para saber cómo abordar un enfoque distinto y mejor que el que tuvimos en el momento en que aquella circunstancia traumática ocurrió. Una vez que conocemos el origen y hemos encontrado en el presente esa mejor solución (que en su momento no fuimos capaces de discernir), lo único que puede mantener el miedo a los ataques de pánico es la inercia negativa de una irracional falta de confianza en que esas circunstancias ya están superadas y se han quedado en el pasado.
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66.- “No merece la pena vivir una vida sin examinar” (Sócrates). Somos seres de deseo, en el momento que cumplimos uno, queremos colmar otro. Mientras no sepamos liberarnos de nuestros condicionamientos culturales y sociales, no nos encontraremos a nosotros mismos y el ego y sus deseos ocuparán el lugar que le corresponde a nuestra capacidad de amar.
Por un lado, a causa del orgullo seremos muy susceptibles a las críticas. Por otro, la falta de amor a nosotros mismos nos producirá un sufrimiento interior que conduce a la ansiedad, los desvaríos y la depresión.
Por mucho tiempo que hayamos estado atrapados en pautas erróneas y negativas. Éstas siempre se pueden cambiar y el momento de poder es siempre el presente.
“La curiosa paradoja es que cuando me acepto tal cual soy, entonces puedo cambiar” (Carl Rogers).
Para usar el propio discernimiento no se necesita saber de todo. Sabrás que has cambiado cuando ya no te sientas ofendido; no sientas la necesidad de ganar, de tener razón, de sentirte superior o de querer tener más.
67.- Superamos realmente cualquier tipo de contrariedad cuando podemos decirnos a nosotros mismos con sinceridad: “Ya no necesito seguir viviendo esa experiencia ¡Está solucionado!”
Deja que el pasado se vaya: recupera tu propio poder. En vez de estar pendiente de lo que no quieres, usa tu mente para crear lo que sí quieres. Déjate llevar por la marea de la vida.
“Dejar ir” no significa dejar de cuidar, significa que no puedo hacerlo por otra persona. “Dejar ir” no es aislarme, es darse cuenta que no puedo controlar a otro. “Dejar ir” no es permitir, sino reconocer el aprendizaje de las consecuencias naturales. “Dejar ir” es admitir la impotencia, que significa que el resultado no está en mis manos. “Dejar ir” no es estar en el medio arreglando todos los resultados, sino permitir a otros que influyan en sus propios destinos. “Dejar ir” no es lamentar el pasado, sino crecer y vivir para el futuro. “Dejar ir” es temer menos y Amar mas. LOUISE L. HAY
Calidad de vida
68.- La calidad de vida consiste en ser dueños de nuestra vida y nuestro tiempo. No tengas prisa. “Venimos a este planeta a cumplir los cuatro objetivos sagrados: vivir en el amor; ayudar a los demás; vivir el momento presente haciendo lo que nos gusta y nos produce felicidad sin dañarnos, dañar a nadie o a la naturaleza; y sanar lo que hemos realizado en esta vida o en las anteriores” (Juan Cayuela).
La vida es interactuar con los acontecimientos con fluidez y paz. Cuando estás reconciliado y bien contigo mismo, comprenderás que para ser feliz no hace falta tener un motivo. Ser feliz es reconocer que la vida vale la pena vivirla a pesar de todas las dificultades. La vida siempre tiene un aliciente que ofrecernos, si sabemos mirarla con inocencia.
69.- Ahora que lo comprendes, pon en práctica el ejercicio de mirarte al espejo y decirte con sentimiento, tal y como recomienda Louise Hay: “ Me comprendo, me perdono, me amo y me apruebo… Me merezco lo mejor… Mi nuevo mundo es un reflejo de mi nueva manera de pensar… ¡Todo está bien ahora!”. Planta esas semillas y riega esas afirmaciones hasta que sientas como, atravesando la tierra seca de tu niño herido, rebrota tu niño interior.
70.-El ego solo se somete cuando reconoce un poder más alto. “Ama y haz lo que quieras, porque todo lo que hagas, lo harás con amor (San Agustín). “No sabemos lo que somos hasta que vemos lo que podemos hacer” (Martha Grimes).
Al final, la autoestima depende únicamente de nosotros, de nuestra capacidad de seguir aquellas normas morales que nosotros mismos nos hemos dado.
“Sé el cambio que quieres ver en el mundo” (Gandhi). “La luz no vence a la oscuridad, sino que la desvanece con su fulgor” (UCDM). Eres luz y tu misión es brillar en la oscuridad. Ilumina tu parte… y desapégate del resultado. Ten la suficiente humildad para reconocer que los planes de Dios son mejores que los tuyos. En resumen: “Deja a Dios ser Dios, y dedícate a ser buen hijo de Dios”.
LA TRANSICIÓN
Para que estos conceptos de crecimiento personal se integren realmente en la persona, más allá del conocimiento intelectual de ellos, se requiere un periodo de adaptación que se estima en no menos de 40 días (lo que se llama hacer una cuarentena).
Cuarenta días es el plazo mínimo necesario para borrar los antiguos caminos neuronales del cerebro y cambiarlos por otros nuevos, tal como ha constatado la ciencia, coincidiendo en ello con lo afirmado tradicionalmente por la sabiduría popular.
Para el éxito de dicha cuarentena, es fundamental cumplir con el requisito adicional del Aislamiento; especialmente el alejamiento de las influencias tóxicas: generalmente la familia y los amigos que cuestionan tu nueva actitud y pueden impedir, con sus críticas bien intencionadas en ese periodo delicado, que tu proceso de crecimiento se complete satisfactoriamente.
Hay que entender que esta fase no es una lucha contra nada ni nadie sino un proceso de comprensión y adaptación a esa nueva comprensión.
Al pasar a la acción y convertir en actos la nueva forma de pensar y de sentir, es cuando logramos que se anclen completamente y con fuerza los nuevos conceptos en el inconsciente, y entremos así en el paradigma de la coherencia liberadora.
Finalmente, pasados unos noventa días, seguramente ya podremos mirar a los acontecimientos dolorosos del pasado sin que nos afecte en absoluto. Esa es la prueba inequívoca de que el proceso está asentado y va por buen camino.
¿QUÉ CAMBIA AL DESPERTAR?
“¿Qué cambia al despertar? ¿Qué cambia cuando tomas comprensión de algo? Nada, no cambia nada. Todo sigue igual: los personajes del sueño, las circunstancias, tus deseos, tus sueños, tus emociones, tu cuerpo-mente-personalidad-ego. Ahora ya sabes que no te pertenece y te desapegas de ello. Este despertar no implica que no puedas sentir deseos, daño, dolor, dicha, felicidad, sufrimiento, pena. Todavía puedes sentir todo eso, solo que ahora no te concierne. La espiritualidad, la auténtica espiritualidad transformadora, es revolucionaria. No legitima el mundo sino que lo quiebra; no consuela al mundo sino que lo destruye; y no provee al yo de complacencia sino que lo degrada.” Ken Wilber.
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56.- Nada es error, todo es aprendizaje
La causa principal de la infelicidad, más que una situación determinada, es lo que pensamos acerca de esa situación; como la interpretamos. Preguntándote “¿por qué me pasa esto?” quizás puedas llegar a entender el origen del problema (no necesariamente a solucionarlo), pero la pregunta que te ayudará a crecer es ¿Para qué sirve esto que me pasa? ¿Qué es lo que aún tengo que aprender de esta situación?
57.- Dios no le habla al ego, no insistas. Es absolutamente inútil luchar contra el orden del universo. Evita, pues, la lucha que el ego inconsciente y furioso propone y, en su lugar, cultiva la meditación. Meditar te ayuda a liberarte de: la Ira, la ansiedad, la depresión, la inseguridad y miedo a la vejez y a la muerte.
Coherencia
58.- Por variadas y civilizadas razones, en ocasiones decimos una cosa, pensamos otra y actuamos de otra manera. Siempre que actuamos de forma contraria a lo que sentimos, estamos en incoherencia con la programación -biológica o psicológica que nos conforma. Lógicamente, también estamos en incongruencia cuando actuamos de forma diferente a la esencia amorosa de nuestra naturaleza.
Asimismo, cuando nos sentimos divididos entre dos tendencias contrarias y no sabemos cual es la adecuada, estamos en conflicto con nosotros mismos. Igualmente, toda emoción reprimida, negada o ignorada queda encerrada en el cuerpo. La represión es como tratar de mantener un corcho en el fondo de un barril lleno de agua. En cuanto dejes de presionar hacia abajo, sube rápidamente a la superficie.
Por su parte, nuestro “yo” profundo que habita en el inconsciente no se deja engañar por las justificaciones del consciente y manifiesta su voluntad por medio de síntomas psicosomáticos. “El síntoma hace sincero al ser humano”. El cuerpo grita lo que la boca calla y, si no sabemos interpretar lo que nos dice y corregir el rumbo, aparece la enfermedad porque nos hemos desviado de nuestro guión de vida.
59.- De acuerdo con los criterios biológicos, la enfermedad se produce cuando en determinada zona u órgano del cuerpo se desequilibra su Ph (índice de acidez-alcalinidad). Por otro lado, se ha comprobado que los pensamientos negativos son ácidos. Asimismo, según una estadística, un promedio del setenta por cien de nuestros pensamientos son negativos. Afortunadamente, los pensamientos positivos tienen mayor poder que los negativos. Así pues, está claro que cualquiera de las zonas erróneas de las que hemos hablado anteriormente, si se prolongan en el tiempo sin corregirse, acaban provocando una enfermedad. Por ejemplo, la culpabilidad clama castigo y se le concede. Y aferrarse al odio es como tomar veneno y esperar que la otra persona muera. – Estar tenso no es ser fuerte. La tensión es debilidad y conduce a la enfermedad. Estar relajado, centrado y sereno, eso es ser realmente fuerte.
Amarse a sí mismo
60.- Las personan que se aman a sí mismas, y que aman su cuerpo, no se critican y no abusan de sí mismas ni de los demás. Los síntomas de la enfermedad han surgido para avisarnos de nuestra incoherencia, no para castigarnos. Cuando el aviso se ha escuchado y el error se ha corregido, la enfermedad se desactiva: ya ha cumplido su función y ya no tiene sentido. No obstante, si preferimos pensar que el origen de la enfermedad es puramente biológico, dado que el universo apoya nuestros pensamientos y no nos juzga, es posible entonces que sigamos enfermos. “Un error no se convierte en verdad porque todo el mundo crea en él” (Gandhi).
Una alteración metabólica es más fácil de corregir que un prejuicio. Curar un efecto y no su causa, tan solo provoca que el efecto cambie de forma. “El alma siempre sabe qué hacer para curarse, el desafío es silenciar la mente para escucharla” (Caroline Myss). “Nada sienta tan bien al cuerpo como el crecimiento del espíritu” (Alejandro Jodorosky).
61.- “Creo que las angustias de la creciente población humana serán la causa que nos impulse a subir otro peldaño de la escala evolutiva” (Bruce Lipton). Conviene dejar atrás el paradigma de unas creencias adquiridas -que nos mantienen separados unos de otros y en lucha interna permanente- y evolucionar por nosotros mismos hasta el paradigma de la comprensión espiritual, utilizando la lógica, la sensibilidad y eliminando los prejuicios que impiden asimilar los nuevos juicios.
62.- Todos sufrimos de odio y culpa hacia nosotros mismos y, en los peores momentos, pensamos: “yo no sirvo”, “yo no puedo”, etc. No es más que una idea, y una idea se puede cambiar. Si justificas tus limitaciones, te quedarás con ellas. Pero a medida que vemos que nuestros errores son de percepción más que de intención, aprendemos a perdonarnos. – Queremos ser felices dependiendo de cosas temporales, imperfectas y cambiantes. Nos aferramos a lo temporal sabiendo que es temporal ¿Qué clase de sistema de pensamiento demente es ese? Pensando así, es normal que tengamos miedo y utilicemos cualquier refugio que el ego encuentre para protegernos de esa sensación de vacío y fragilidad. De ese ego que se siente permanentemente amenazado e insatisfecho nacen las conductas faltas de amor. – Jugar a sentirse dioses en vez de tratar de ser unos buenos hijos de Dios, no nos libera del fuego de la insatisfacción e impide a nuestra conciencia tener paz interior. – Tanto tú como tus hermanos estáis pasando por el mismo proceso, aunque cada uno lo haga desde un punto de partida diferente. “Conocer tu propia oscuridad es el mejor método para tratar con la oscuridad de los otros (Carl Jung). Compréndete y no juzgues a tus hermanos. Y una advertencia más, aunque entiendas intelectualmente ese proceso, no finjas estar más allá de tu propia evolución. “Cualquier intento que hagas por corregir a tu hermano significa que crees que puedes corregir, y eso no es otra cosa que la arrogancia del ego. La corrección le corresponde a Dios, Quien no conoce la arrogancia” (UCDM).
El perdón
63.- En el cielo no existe el perdón porque hay una total comprensión. La falta de amor necesita ser corregida pero no castigada. “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen”. El perdón es la aceptación de lo que pasó, sin más expectativas que aprender de lo ocurrido. Los reproches del tipo: “Deberías haber hecho” esto o lo otro, son acusaciones que no nos ayudan a mejorar. Lo que sirve es comprender que “entonces no pudo ser de otra manera ¡Ahora sí! gracias a que entonces lo aprendí”. – No perdonar te encadena al veneno del ego que, tanto si te hace sentir víctima, culpable o verdugo, nunca se va a sentir satisfecho y, por lo tanto, de su mano nunca lograrás la paz y tu realización. “Perdonar es liberar a un prisionero, y descubrir que el prisionero eres tú” (Lewis B, Sanders).
Perdonar es pasar por alto. Mira entonces más allá del error. Cuando comprendes, ya no hace falta perdonar porque no hay nada que perdonar. Se trata de recordar que cada ser humano es un hermano que, simplemente, se halla en una diferente fase de evolución espiritual.
64.- Nuestras buenas intenciones muchas veces son una mezcla de amor y ego que no suele llegar a buen puerto. Suele ocurrir que tomamos iniciativas para ayudar al prójimo pero sin contar con la opinión del prójimo afectado. Hay una diferencia muy grande entre aportar luz y creer que tenemos que ser los salvadores del mundo; lo cual es solo la arrogancia del ego. – Cuando una persona tiene un problema y está sufriendo, es lógico y loable que intentemos ayudarla si podemos. Pero si nos identificamos tanto con su problema que acabamos sufriendo también nosotros; nuestra mal entendida empatía no le servirá de ayuda y además nos dañará igualmente a nosotros. – Si la persona afectada no desea, desde el fondo de su corazón, solucionar su problema de percepción, lo único que podemos hacer es honrar y respetar su decisión. “Puedes llevar un caballo hasta el agua, pero no obligarle a beber”. – Las debilidades y los problemas solo tienen lugar en el mundo ilusorio de la dualidad. En el mundo real de la unidad con Dios, existe la fortaleza y no existen ni esos ni otros problemas. Para ayudar, lo mejor que podemos hacer es despertar nosotros a la realidad. Así, al vernos despiertos, alguna otra gente se animará a despertar. Mientras sigan o sigamos dormidos, podemos ayudarnos unos a otros a mejorar la calidad del sueño, pero a cada cual le corresponde vivir su personal e intransferible sueño, de acuerdo a su nivel de vibración o negatividad.
Tradición
65.- “A causa de la tradición anulan ustedes la palabra de Dios” (Mateo 15: 6). “Cuando, cada tarde, se sentaba el gurú para las prácticas del culto, siempre andaba por allí el gato del ashram distrayendo a los fieles. De manera que ordenó el gurú que ataran al gato durante el culto de la tarde. Mucho después de haber muerto el gurú, seguían atando al gato durante el referido culto. Y cuando el gato murió, llevaron otro gato al ashram para poder atarlo durante el culto vespertino. Siglos más tarde, los discípulos del gurú escribieron doctos tratados acerca del importante papel que desempeña el gato en la realización de un culto como es debido” (extraído de El canto del pájaro. Anthony de Mello).
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46.- No eres la charla que oyes en tu cabeza; eres el testigo que oye esa charla. Cuando nos damos cuenta de que somos una Conciencia Individual unida a la Conciencia Universal, entendemos que, espiritualmente, la vida es solo un juego que se llama “A pesar de…” Elige siempre “ser luz en la oscuridad”.
47.- Cuando un pensamiento negativo nos ataca, es cuando tenemos que aprovechar para vencerlo. En ocasiones, para superar una experiencia negativa hay que revivirla simbólicamente (catarsis) y hacerle frente para que, desde la sabiduría y madurez que ahora tienes, puedas verla desde una perspectiva diferente, comprenderla mejor, integrarla en tu bagaje vital y dejar ir su recuerdo doloroso. “La flor que crece en la adversidad es la más hermosa de todas”.
48.- Más allá del cuerpo y del ego, somos libres; pues nuestro niño interior sigue siendo tal como Dios lo creó. Mientras tanto, hemos de saber que todo placer suple una carencia física y/o emocional. No hay que tenerle miedo al placer ni consentir que nos hagan sentir culpables por querer disfrutar de ellos. El cuerpo es el hogar temporal del alma pero no necesariamente un templo devocional sagrado. Es lícito usar y gozar del hogar temporal y vivir tu vida como elijas con solo tres limitaciones: no dañar al prójimo, no dañarte a ti y no permitir que te manipulen.
49.- No permitas que tus heridas te transformen en alguien que no eres. (P. Coelho). Cada agresión es una desesperada petición de amor (Gandhi). Cómo te traten los demás, eso es su karma. Cómo reaccionas tú, es el tuyo (W. Dyer). El insulto deshonra a quien lo dice, no a quien lo recibe (Diógenes de Sinope). Y, sobre todo, “lo que no me gusta de ti, lo corrijo en mí”.
50.- Cada hermano tiene su propio camino y nivel de evolución.
Su ignorancia le produce sufrimiento y, al igual que nosotros, se merece ternura, comprensión y perdón. Asimismo, cuando nos acordamos de mirar más allá del mundo de la apariencia, entendemos que cada ser humano es nuestro reflejo porque todos compartimos la misma naturaleza espiritual y tenemos el mismo camino de vuelta al hogar que recorrer.
51.- “No juzguéis y no seréis juzgados”, “vosotros juzgáis según la carne; yo no juzgo a nadie” (Jesús). La ira y los pensamientos negativos proceden de los juicios de ataque y culpabilidad que hacemos desde nuestro temeroso e ignorante ego, y que nos autocondenan al infierno. El bíblico Juicio Final es el final del juicio: cuando comprendemos que nuestra verdadera esencial descansa en Dios, y nos hemos demostrado que podemos ser coherentes con nuestra santidad, nos salvamos a nosotros mismos y todo aquello que ya no forma parte de nuestra verdadera identidad queda borrado.
52.- Vive tu vida con coherencia y respetando tus propios principios. No se trata de ser mejor que otra persona; se trata de ser mejor que ayer. La integridad, por ejemplo, es hacer lo correcto aunque nadie nos esté mirando. Además, si sabes que tu intención fue hacer lo mejor pero el resultado no fue el deseado, puede que tengas algo que aprender pero desde luego no tienes nada que reprocharte.
PÉRDIDA Y DUELO
53.- En los amargos momentos de pérdida sentimental y DUELO, necesitamos transitar por una serie de fases hasta asimilar el traumático suceso acaecido. Dichas fases son: La negación de lo sucedido; el regateo con el destino; la cólera-tristeza; la búsqueda de una explicación o un sentido, la comprensión o resignación; la integración y posterior aceptación emocional para, finalmente y en el plazo aproximado de un año si el proceso ha sido el espiritualmente adecuado, reinvertir en la vida: retomarla. – Toda desgracia o contrariedad se supera con un aliciente superior.
54.- En el origen del apego está el miedo a perder algo que consideramos necesario y valioso, y ese miedo, además, alimenta y hace permanecer al apego. Eso es así porque elegimos depender de las circunstancias exteriores. Al entregar el poder sobre nuestra vida a algo o alguien del exterior, nos infravaloramos voluntariamente y renunciamos a ser nosotros quienes tenemos el control de nuestra vida. – Si te apegas, ya no sabrás quien eres… y no disfrutarás satisfactoriamente de aquello a lo que te apegas (Walter Riso). Cuando algo te domina, tú ya no eres tú sino un esclavo. – Si no has aprendido desapego, no has aprendido a estar contigo mismo.
55.- “La vacuidad está preñada”
es un concepto budista que nos habla de que no existe el vacío ni el silencio pues, en ese aparente vacío, está siempre presente la esencia de Dios. De igual manera a como desde el silencio brota toda la música. Cuando encuentras tu paz interior, disfrutas de estar a solas contigo mismo. En lo que la gente llama soledad, tú ves independencia, libertad y armonía con el universo. “Lo que somos y lo que hacemos debe ser la fuente de nuestro bienestar, y no los halagos, el agradecimiento, el reconocimiento o el apoyo de los demás” (Lise Bourbeau). “El comienzo de la sabiduría es el silencio” (Pitágoras).
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36.- “He aquí las palabras más autodestructivas de nuestra cultura: ¡hazlo lo mejor que puedas! ¿Por qué no te buscas unas actividades que simplemente haces en vez de hacerlas lo mejor que puedas? ¿Por qué vas a tener que hacerlo todo bien? ¿Quién te está marcando los tantos?” (Wayne Dyer).
Aquellas personas que, tratando de hacerlo todo lo mejor posible –de acuerdo a los dictados de la cultura superficial y competitiva en la que nos movemos- se obsesionan con la perfección, viven permanentemente insatisfechas y paralizadas; atravesando un mar de emociones malsanas que van desde la ansiedad a la baja autoestima y la depresión.
37.- Tus conceptos del bien y del mal se interponen en tu propia felicidad. Existe una tendencia aprendida a creer que las cosas necesariamente “deberían” ser de una manera concreta, según manda la Ley o la Tradición. Aquello que es culturalmente aceptado como correcto implica una seguridad, una garantía, de que si haces algo de cierta manera el resultado será necesariamente positivo. Pero no hay garantías. Las personas son diferentes y ven las cosas desde perspectivas diferentes. Si una persona tiene forzosamente que tener la razón, el único resultado posible de su relación con los demás es de crisis o ruptura en la comunicación. La única manera de salirse de esta trampa es dejar de pensar de esa manera errónea de bien contra mal. “La ley no decide si algo está mal, sólo si es legal”.
Los conceptos del bien y del mal también son susceptibles de ser empleados perversamente como chantaje emocional. De niño has aprendido inconscientemente a utilizarlos para conseguir lo que quieres de otra persona (u otra persona de ti) a través de miedos, culpas, “deberías” u obligaciones. Todo este mecanismo se basa en unas creencias y valores establecidos sobre lo que es correcto o no hacer.
38.- La Justicia no existe. Nunca ha existido y jamás existirá. Simplemente el mundo no ha sido organizado de esa manera. Los gorriones comen gusanos. Eso no es justo para los gusanos. Los tornados, las inundaciones, los maremotos, las sequías, todas esas cosas son injustas (W. Dyer). Lo que sí existe es el Amor como único medio adecuado para paliar la imperfección y las injusticias intrínsecas al mundo material en el que estamos encarnados.
39.- Otra estéril y dañina conducta aprendida es el Victimismo. A partir del momento en que una persona -generalmente desde su infancia- aprende a sentirse víctima, se queda estancada en la baja vibración que esa visión de si misma produce. Esa persona se siente incapaz de cambiar y mejorar su situación de dolor, rabia y frustración emocional porque lo que le sucede depende de los demás. Por lo tanto, no se responsabiliza por nada de lo que le ocurre.
El victimista se relaciona con la realidad a base de quejas, reproches, críticas, búsqueda de culpables, etc.; lo que suele conllevar un deterioro confirmatorio de sus relaciones personales.
El victimista siempre va buscando a un salvador que le escuche y le comprenda. Como ganancia secundaria, el victimismo implica una manipuladora exigencia disfrazada de sentimientos de lástima y culpa.
El victimismo es también una malsana zona de confort que puede ser muy adictiva, mientras la persona no sea capaz de mirarse sinceramente ante el espejo y aceptar la responsabilidad en su deprimente estado emocional.
Mientras una persona elija hacerse la mártir, estará implorando virtualmente que la exploten. Pero cuando la persona se hace consciente de las causas que le han llevado a adoptar esa actitud fatalista ante la vida, y decide dejar atrás esa conducta aprendida, empiezan rápidamente a mejorar sus relaciones personales y su autoestima.
40.- Hay temperamentos más proclives que otros a la ira. En cualquier caso, la ira y el mal humor es una parte de ti mismo que no te gusta y desagrada a los demás. Es una descontrolada reacción de frustración ante el hecho de que las cosas o la gente sean diferentes a como tendrían que ser, en tu opinión.
La ira no tiene retribuciones ni compensaciones psicológicas y es debilitante. Te daña físicamente y psicológicamente daña las relaciones afectivas, interfiere la comunicación y, desde el victimismo, lleva a la culpabilidad.
Cada vez que optas por la rabia cuando te enfrentas con alguien o con algo que no te gusta, optas a la vez por dejarte herir o inmovilizar de alguna manera por una realidad que no aceptas a causa de una inmadura educación emocional. De tu ego has aprendido que ser orgulloso, competitivo, exigente y justiciero es lo que te conviene; pero lo que es bueno para tu ego es malo para la evolución de tu alma y se manifiesta en tu vida en forma de algún tipo de desasosiego.
Debido a que la ira puede ser la antesala de la depresión, en ocasiones su expresión puede ser más saludable que su represión. Pero existe una postura aún más sana: no sentir esa ira en absoluto.
Desde la sabiduría que da la humildad espiritual, podremos comprender y aceptar mejor que, cualquier cambio o circunstancia que nos depare la vida, siempre es para mejorar.
41.- Necesidades (agua, comida, refugio) y deseos no son lo mismo. Los deseos convertidos en “necesidades irracionales”, si no se cumplen te hacen desgraciado y, si se cumplen, también (por el miedo a perder lo conseguido). En realidad, solo se puede disfrutar plenamente de aquello de lo que se puede prescindir.
Las personas emocionalmente inmaduras suelen ser caprichosas y tienen una baja tolerancia al dolor y la frustración. Sus expectativas erróneas, o el exceso de expectativas ante la vida, son una fuente de sufrimiento innecesario. Las necesidades “inventadas” son una debilidad.
Cuanto más reclama una persona, más condiciones pone para ser feliz y más se atrapa en su propia red de insatisfacción. La actitud más recomendable, una vez cubiertas las necesidades básicas objetivas, es pensar que obtener tal o cual cosa es “mejor pero no necesario” para la satisfacción interior.
42.- Una desilusión es una emoción que te ayuda a salir del lugar incorrecto. “La gente que dice que la vida no vale la pena está equivocada, porque lo que realmente están diciendo es que no tienen metas que valgan la pena” (Maxwell Maltz). “La vida de cada persona se vuelve algo grandioso cuando se fija metas en las que realmente cree, cuando se puede comprometer totalmente y estar dispuesto a entregarse en cuerpo y alma para alcanzarlas” (Brian Tracy). Para lograr cualquier cosa, primero nos tenemos que emocionar” (Earl Nightingale). Lo mejor para la tristeza es aprender algo. Es lo único que no falla nunca.
43.- Somos seres en proceso de Ser. A partir de las peculiares características con las que has sido dotado, “eres responsable ante el universo de ser aquello para lo que naciste” (Lobo Negro). Te harás daño si te olvidas de escuchar tu voz interna e, interactuando con la vida y los demás, pretendes ser quien no eres. “Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada” (Jesús). Aquello de lo que tratas de escapar, te perseguirá hasta que le hagas frente. Por el contrario, haciendo lo que tememos, disolvemos nuestro temor. “El único modo de superar una prueba es realizarla. Es inevitable” (anciano Cisne Negro Real).
44.- Tú tienes el poder de elegir si algo te destruye o te fortalece (no eres una víctima del exterior). Si tomas conciencia, cada problema que la vida te plantea es un reto que te da la oportunidad de evolucionar. “Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontas ese sufrimiento” (Victor Frankl). Los retos de la vida no están ahí para paralizarte, sino para ayudarte a descubrir quien eres.
El sentido de la vida es aprender a amar y, como consecuencia, te ocurren las cosas –pruebas- que tú decides experimentar para tu personal evolución espiritual. Al mismo tiempo, como todos estamos hermanados en ese mismo proceso, las circunstancias que nos ocurren están maravillosamente sincronizadas por la Sabiduría Divina. “Hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados”.
45.- “Cuando se encuentren sufriendo ante cualquier tipo de situación háganse esta pregunta, ¿Qué es lo que yo no estoy aceptando? Aquello que no soy capaz de aceptar es la única causa del sufrimiento. Así pues, vamos a ver qué es lo que yo no estoy aceptando y porque no puedo aceptarlo. Si lograra aceptarlo, tendría una liberación instantánea del sufrimiento ya que entraría en la dimensión de comprensión, de amor y de paz. Vamos a buscar como desmontar esa resistencia y finalmente cumplir lo que vinimos a hacer al mundo: Aprender a ser felices y aprender a Amar… No vayan a confundir la renuncia con la resignación, ni la aceptación con la resignación. Es simplemente que la renuncia tiene un poder mágico sobre nosotros en la medida en que cuando renuncio a aquello que no me corresponde, y a aquello que no necesito, obtengo una liberación extraordinaria” (Gerardo Schmedling).
La Aceptación implica no protestar o no quejarse, y la felicidad implica no protestar por lo que no tiene remedio o ante lo que no hay nada que hacer. Lo que se resiste, persiste. Y lo que se acepta, se transforma. Al mismo tiempo, cuando se tiene el valor de dejar ir todo aquello que no se puede cambiar, se alcanza la dicha.
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26.- Nuestra cultura otorga un gran valor al “hacer”. Nos enseñan que debemos ser todo lo activos, centrados y productivos que podamos. La mayoría nos sentimos culpables cuando no estamos practicando algún tipo de actividad productiva, ya sea física o mental. Se concede muy poco valor al simple acto de “ser”; pero la verdad es que cuando descansamos en el “ser” nos sentimos conectados con la fuente de la alegría, en vez de la euforia temporal que puede proporcionarnos el “hacer” o el “tener”. El hecho de que no entendamos esto es la raíz de muchos de nuestros mayores problemas.
27.- “Conócete a ti mismo”. Creamos un personaje para defendernos del mundo y acabamos creyendo que somos el personaje que hemos creado. Para evitar eso y sentir la satisfacción de SER quien eres, antes necesitas liberarte de la insatisfacción de ser quien no eres y desidentificarte de tu ego que “se siente ofendido, necesita ganar, tener razón, tener más, ser superior e identificarse con sus logros y con su fama”. Sé que “No soy”, cuando me olvido de mi esencia y todo en mí es identificación con algo o alguien que me he construido mirando al espejo de una sociedad enferma, e imitándola para encajar en ella.
La necesidad de aprobación
28.- La necesidad de aprobación de los demás equivale a decir: “Lo que tú piensas de mí es más importante que la opinión que tengo de mi mismo”. Uno es aquello que elige ser, pero también lo que renuncia a ser. Si dependemos en demasía de las opiniones de los demás, lo que hacemos es perder energía y debilitar nuestra personalidad. Mientras mayor sea tu necesidad de halago, más fácilmente podrás ser manipulado por los demás. El pensamiento independiente no sólo es anticonvencional, sino que es el enemigo de las mismas instituciones que constituyen los baluartes de nuestra sociedad. Sin embargo, sin hacer uso de él es imposible conocerte a ti mismo y alcanzar el equilibrio personal.
29.- “Saber que, digas lo que digas, pienses lo que pienses o hagas lo que hagas, habrá alguien que no esté de acuerdo contigo, es la mejor manera de desapegarse de la necesidad de aprobación. Las personas que parecen conseguir la mayor cantidad de aprobación en la vida son precisamente las que nunca la buscan, que no la desean y a las que menos les preocupa conseguirla” (Wayne Dyer). Secretamente, la gente admira a las personas que se atreven a pensar por sí mismas.
30.- Cuando el individuo acepta o se deja condicionar por la etiqueta que lo clasifica, el Ser deja de existir. Esa etiqueta se formo en el pasado. Cuando dices cosas como “yo siempre he sido así”, “no puedo evitarlo”, etc., en realidad estás diciendo: “Pienso seguir siendo lo que he sido siempre”. Sin embargo, si haces lo que siempre has hecho, no llegarás más lejos de donde siempre has llegado.
31.- Aferrarte a tu pasado por medio de los “Yo soy”, que sacas a relucir cuando te conviene, permite a tu ego mantenerse seguro dentro de su zona de confort. Mediante la táctica de la evasión, el ego evita tener que cuestionarse a si mismo; que es a lo que más teme. De ese modo, aun cuando suframos o nos sintamos insatisfechos o infelices, el ego está dispuesto a aceptar esa desagradable situación antes que cambiar aquellos patrones mentales con los que se identifica.
La culpabilidad
32.- Las dos emociones más inútiles son la culpabilidad por lo que se ha hecho y la preocupación por lo que se podría hacer. Se considera “incorrecto” que no te sientas culpable, e “inhumano” que no te preocupes.
La culpabilidad es malsana porque gastas inútilmente tu energía en el presente sintiéndote molesto y deprimido a causa de un acontecimiento ya histórico. No hay culpabilidad por grande que sea, que pueda resolver un solo problema.
En nuestra cultura hay muchas venas de pensamiento puritano que nos envían mensajes de este calibre: “Si te diviertes, tendrías que sentirte culpable por ello”.
Puedes aprender a disfrutar del placer sin sentirte culpable. Soportar una sentencia de culpa autoimpuesta es un “viaje” neurótico que te puedes evitar. La culpabilidad no sólo sirve para inmovilizarte sino que aumenta las posibilidades de que repitas el mismo comportamiento indeseado en el futuro (Wayne Dyer. Tus zonas erróneas).
Cuando logres no necesitar aprobación, desaparecerá la culpa que puedes sentir por el comportamiento que no obtiene la aprobación de los demás, y la posibilidad de manipularte y de controlarte emocionalmente habrá desaparecido para siempre. Sentirás la satisfacción de recuperar tu autonomía cuando seas capaz de devolver a tus acusadores el regalo de sus acusaciones diciendo simplemente: “Tu opinión sobre mí a mí no me sirve, haz con ella lo que quieras”.
33.- Quien se siente culpable, inconscientemente está pidiendo castigo y atrayéndolo a su vida. La manera de enfocar las situaciones de la vida, es la clave. Conviene darse cuenta de que Causa y Efecto no es lo mismo ni tiene que derivar en Premio o Castigo.
Los errores cometidos pueden tener consecuencias de las que tendremos que aprender y responsabilizarnos, sin necesidad de que tengamos que hundirnos en dañinas, inútiles e inmovilizantes justificaciones o remordimientos. “Para que las heridas sanen, deja de tocarlas”.
Además, con respecto a nuestros errores de aprendizaje, “la vida es tan buena maestra que, cuando no aprendes una lección, te la repite”. La vida es eterna; no tiene prisa. La cantidad y duración del sufrimiento por no aprender las lecciones de nuestros errores son responsabilidad exclusiva del alumno. “Tu mejor maestro es tu último error”. Pero una vez que has aprendido, “no te juzgues más por tu pasado, ya no vives allí”.
Preocupación y Fracaso
34.- Si estás haciendo planes para el futuro y la actividad del momento presente puede contribuir a que ese futuro sea mejor, eso no es preocupación. Sólo es preocupación cuando de alguna manera te encuentras inmovilizado en el presente por algún acontecimiento que puede suceder en el futuro; especialmente cuando no tienes ningún control sobre el motivo de tu preocupación.
Cuando te pilles angustiándote, pregúntate a ti mismo: “¿De qué me estoy evadiendo al gastar el tiempo en preocupaciones en vez de vivir lo que el momento depara?”. Entonces empieza a atacar lo que estás evitando. El mejor antídoto para la preocupación es la acción.
Igualmente, hazte a ti mismo esta pregunta eliminadora de preocupaciones: “¿Qué es lo peor que me puede pasar a mí (o a ellos) y qué posibilidades hay de que ocurra?”. Descubrirás de esta manera el absurdo de la mayoría de tus preocupaciones.
Si temes sufrir, ya estás sufriendo. La preocupación no quita los problemas de mañana, quita la fuerza de hoy.
35.- Hacer un proyecto no es necesariamente una actitud malsana, pero enamorarse del proyecto es lo realmente neurótico. La gente rígida nunca crece. La rigidez tiene origen en la inseguridad y es la base del prejuicio. Los prejuicios son válvulas de seguridad que sirven para evitar el fracaso y las regiones oscuras o dudosas a cambio de anular el crecimiento.
El fracaso es un concepto subjetivo. Es simplemente la opinión que alguien tiene sobre cómo se deberían hacer ciertas cosas. Lo importante es no equiparar el acto con el valor de tu persona. El no triunfar en algo que trataste de hacer no implica tu fracaso como persona. Se trata simplemente de no haber logrado el éxito en esa tarea específica y en ese momento concreto.
El fracaso puede ser productivo. Puede servir de incentivo al trabajo y a la exploración. Y puede incluso tildársele de éxito si muestra el camino que lleva a nuevos descubrimientos. “Nada falla tanto como el éxito porque no aprendemos nada de él.”
Tenerle miedo al fracaso significa temer tanto a lo desconocido como a la desaprobación que te puede acarrear el no hacerlo lo mejor posible.
Nadie fracasa mientras no se deje vencer por la ira, la desesperación o intente justificar su situación culpabilizando a los demás.
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16.- La vida es sencilla; no pide más que vivirla –bien lo saben los niños y los animales- pero los adultos la complicamos con el incesante y estéril parloteo de nuestros temerosos pensamientos, que nos llevan inevitablemente a unas negativas consecuencias y a unas erróneas interpretaciones. “Que los pájaros de los pensamientos revoloteen en la mente es inevitable, pero que aniden sí”.
17.- La función de la mente es pensar en todas las alternativas posibles que tenemos ante cada situación que imaginemos o se nos presente. Cuando nos censuramos ciertos pensamientos porque no encajan con la imagen que queremos tener de nosotros mismos, dichos pensamientos no desaparecen sino que se esconden en la parte inconsciente de nuestra personalidad que llamamos “la sombra”. Allí se guardan todo tipo de frustraciones, experiencias vergonzosas, complejos, temores, inseguridades, rencores, agresividad y toda clase de pensamientos negativos en general. Desde el escondite en el que hemos arrinconado a esos antiestéticos pensamientos y sus consiguientes emociones, la sombra puede causarnos mucho daño físico y malestar psicoemocional en su pugna por salir. Es nuestra responsabilidad individual hacerla consciente sin juzgarla e integrar esos pensamientos en nuestra personalidad total para conseguir transformar esa misma energía en creatividad. Todos tenemos luz y oscuridad, lo que importa es a cual elegimos obedecer.
Cuenta una antigua leyenda sioux que, una noche, el jefe de la tribu, reunido con sus nietos al calor de la fogata, les contó lo siguiente: “Una gran pelea entre dos lobos tiene lugar dentro de mí. Uno de los lobos es maldad, temor, ira, envidia, dolor, rencor, avaricia, arrogancia, culpa, resentimiento, mentira, orgullo, celos, egoísmo, egolatría. El otro lobo es bondad, alegría, paz, amor, serenidad, ternura, humildad, dulzura, benevolencia, generosidad, verdad, compasión, fe, valor, amistad, gratitud… Esta misma pelea ocurre dentro de vosotros y dentro de todos los seres de la Tierra”. Los nietos se quedaron pensativos y, después de unos instantes de silencio, uno de ellos preguntó: -“Abuelo, ¿y cuál de los dos lobos crees que ganará la pelea? -“Ganará, sin duda, el lobo que tú más alimentes” –fue su respuesta.
18.- Albert Einstein dijo:
“Ningún problema puede ser resuelto en el mismo nivel de conciencia en que se creó”. Queremos que se solucionen los problemas para tener paz pero es justo al revés; debemos tener paz interior primero para que, como consecuencia, se solucionen los problemas. Si cambias la manera de ver las cosas, las cosas cambian.
19.- “El miedo profundo que se siente, no es frente a un objeto o situación en particular sino frente a la existencia. Surge también de este sentimiento de “separatidad”, de sentirnos diferentes y separados del Todo. Nos sentimos solos, desvalidos y faltos de confianza, y eso nos lleva a sentir miedo. Cuando recordamos y tomamos conciencia de que todos somos lo mismo, que todos estamos interconectados, que todos somos en última instancia energía o Amor, el miedo empieza a desvanecerse y empezamos a sentir confianza en la vida y en el Universo” (Erich Fromm).
20.- El miedo esta directamente relacionado con una baja autoestima. Ambos son productos de la ausencia de amor, y ambos son aprendidos. No nacemos con miedos ni con sentimientos de inferioridad ni con falta de amor hacia nosotros mismos, sino que los vamos incorporando a nuestra personalidad a partir de modelos mentales y creencias que nos son transmitidas, muchas veces con la mejor intención. Creamos nuestra realidad y nuestra percepción de nosotros mismos a partir de esas creencias. Una baja autoestima genera inevitablemente una gran cantidad de miedos tóxicos que limitan y a la vez siguen alimentando esa baja autoestima. Se tiene miedo, por ejemplo, a no ser capaz, al rechazo, al ridículo, a no ser aceptados, a expresar los gustos u opiniones, al fracaso; en fin, miedos y miedos que frenan e impiden hacer aquello que se quiere hacer.
Tu propio valor
21.- No confundas nunca tu propio valor (que es un valor inamovible heredado de Dios) con tu comportamiento o con el comportamiento de los demás hacia tu persona. De niño aprendiste que amarte a ti mismo, algo natural en aquel entonces, era lo mismo que ser egoísta y consentido. Seguramente, a veces te dices a ti mismo que debes mejorar tu capacidad de amar. Sin embargo, cuesta darse cuenta de que el amor a los demás está relacionado directamente con el amor que te tienes a ti mismo. Hasta que no aprendes a quererte a ti mismo, no estarás en disposición de dar amor verdadero a otra persona. Solo cuando sabes amarte a ti mismo puedes llenar el vacío dentro de ti y realmente aceptar y amar a otros. Además, es sabido que cuando nos amamos a nosotros mismos todo nos funciona bien en la vida.
22.- Para recuperar el estado natural de amarnos a nosotros mismos, tenemos que salvar el obstáculo del “pensamiento autocrítico repetitivo”. Se trata de una voz que nos dice constantemente lo que hemos hecho mal, nos dice lo inadecuados que somos, nos compara desfavorablemente con los demás, y así sucesivamente. Afortunadamente podemos llegar a ser conscientes de nuestro crítico interior, trabajar con él y llegar a transformarlo en un aliado en lugar de un enemigo. ¿Cómo? Empieza por ser bondadoso contigo mismo. Date consuelo y aprobación y así tendrás fuerzas para empezar el cambio a mejor.
23.- Desde niños, por necesidad o deseo de amor correspondido, hemos sido capaces de “desviarnos” de nosotros mismos para ser aceptados. Así hemos aprendido que el amor es condicionado y hemos olvidado que el Amor es la capacidad y la buena disposición para permitir que los seres queridos sean lo que ellos elijan para si mismos, sin insistir en que hagan lo que a ti te satisficiera o te gustase. “Debes amar de tal manera que la persona que amas se sienta libre” (Thich Naht Hanh).
He aquí una hermosa descripción de cómo el Amor actúa: Tus hijos no son tus hijos son hijos e hijas de la vida deseosa de si misma. No vienen de ti, sino a través de ti y aunque estén contigo no te pertenecen. Puedes darles tu amor, pero no tus pensamientos, pues, ellos tienen sus propios pensamientos. Puedes abrigar sus cuerpos, pero no sus almas, porque ellas, viven en la casa del mañana, que no puedes visitar ni siquiera en sueños. Puedes esforzarte en ser como ellos, pero no procures hacerlos semejantes a ti porque la vida no retrocede, ni se detiene en el ayer. Tú eres el arco del cual, tus hijos como flechas vivas son lanzados. Deja que la inclinación en tu mano de arquero sea para la felicidad. Kahlil Gibran
25.- Sientes lo que piensas, y puedes aprender a pensar diferentemente sobre cualquier cosa, si decides hacerlo. Pregúntate a ti mismo si vale la pena, si te compensa ser infeliz, estar deprimido o sentirte herido u ofendido. Ante cualquier situación, si la solución que encuentras no da la paz, no es la solución adecuada. Elige de nuevo. “Tu eres el creador de tus experiencias. Reconoce y acepta la responsabilidad de tu vida” (Dr. Phill).
6.- El primer paso en el camino de la Realización Personal, consiste en darse cuenta de que todo nuestro sistema de valores está basado en unas creencias que no son nuestras; se establecieron hábilmente en el inconsciente colectivo hace generaciones y nosotros las hemos heredado hipnotizados desde la cuna. Hemos integrado esas creencias en nuestro ser, las hemos adaptado a nuestro carácter y hemos formado una personalidad que hemos ido llenando de prejuicios. Y sin embargo, cuando la vida nos pone a prueba y no tenemos más remedio que mirarnos a nosotros mismos, notamos que algo nos falta y que nos sentimos vacíos.
7.- Nos han enseñado qué pensar en lugar de cómo pensar. Así pues, el segundo paso consiste en ir detectando y cuestionando la validez de esas creencias adquiridas. Es decir, empezar a recuperar nuestro poder tomando la decisión de aprender a pensar por nosotros mismos.
8.- “Sois dioses”, “la Verdad os hará libres”, “el Reino de Dios está dentro de vosotros”, “ama al prójimo como a ti mismo”. Jesús no era cristiano y Buda no era budista. Eran Maestros que enseñaban que Dios es Amor Incondicional y que, a su vez, todos nosotros estamos hermanados y compartimos igualmente la esencia de Dios. “El Amor es Dios, y todo aquel que ama conoce a Dios; el que no ama no ha conocido a Dios porque Dios es Amor” (1 Juan 4, 7-8). Por lo tanto, solo conociendo y siendo fieles a nuestra auténtica naturaleza podemos sentirnos realizados.
9.- “Todavía tengo muchas cosas que deciros, pero no podéis entenderlas ahora”, “hablo por medio de parábolas para que, aunque miren, no vean y aunque oigan, no entiendan”. Debido a los insalvables prejuicios culturales de su tiempo, muchos discípulos, con más buena fe que sensibilidad y conocimiento espiritual, transformaron las sabias recomendaciones en imposiciones y dogmatismos. Por eso, mientras las religiones organizadas te dicen: “Cree en Dios”, la espiritualidad espontánea te dice: “Dios cree en ti…no importa en qué creas tú”.
10.- El filósofo Baruch Spinosa, ya en el siglo XVII, escribió una obra titulada Lo que Dios hubiera dicho. En ella, escribe cosas como las siguientes: “No me culpes a mí por todo lo que te han hecho creer… Deja ya de temerme ¿Crees que podría yo crear un lugar para quemar a mis hijos que se porten mal, por el resto de la eternidad? ¿Qué clase de Dios puede hacer eso?… Deja ya de alabarme ¿Qué clase de Dios ególatra crees que soy? Lo único que te pido es que ames y respetes a tus semejantes y no hagas lo que no quieras para ti”.
11.- El libro Conversaciones con Dios
de Neale Donald Walsch, nos da unas claves para “entender” a Dios. Nos indica que Dios está en la Emoción y nos invita a que nos preguntemos continuamente “¿Qué haría el Amor en esta situación?” En caso de duda, nos aconseja que decidamos del lado del amor. Por otra parte, para distinguir si algo está bien o no, propone la siguiente pregunta “¿Qué pasaría si todos lo hicieran?” Más allá de esos consejos, en el libro hay una explicación didáctica del concepto de la Trinidad que, simplificando, sería que DIOS-PADRE es la Autoexistencia no-manifestada que lleva dentro de sí el “conocimiento intelectual” de todas las cosas. El HIJO equivale a la decisión de manifestar una parte de sí mismo, creando para ello las condiciones idóneas (el “No Ser”) con las que poder experimentar y desarrollar sus potencialidades. El ESPÍRITU SANTO es aquella parte profunda de nosotros que nunca abandonó el Hogar Celestial y está a la espera de que nuestra alma retorne realizada a través de la experiencia, a semejanza del Hijo Pródigo.
12.- Ahondando en estos necesarios y liberadores conocimientos metafísicos, el inspirado libro Un Curso de Milagros (Helen Schucman) contiene una sabiduría aplastantemente lógica y vitalmente revolucionaria para el paradigma cultural en el que todavía estamos instalados. En él se afirman cosas como las siguientes: “Solo lo que Dios creó es real. El Espíritu del Amor es lo único que tiene Autoexistencia. El espíritu está eternamente en estado de gracia. Tu realidad es únicamente espíritu. Por lo tanto, estás eternamente en estado de gracia. Nada real puede ser amenazado. Nada irreal existe. En esto radica la paz de Dios”.
13.- Cuando el Hijo Pródigo -todos nosotros-, en su voluntario proceso de experimentación llega a olvidarse de quien es, se siente vacío (desnudo). Ese es el momento del llamado Pecado Original. La confusión que genera ese vacío hace que surja el miedo y aparezca el ego. Ese ego, nacido de la ignorancia espiritual y el consiguiente miedo, genera pensamientos de desamparo y culpabilidad; los pensamientos generan emociones y las emociones sentimientos que, a su vez, se materializan en sucesos que está predispuesto a interpretar como amenazas o castigos. De esa manera, se cierra el círculo vicioso y se ratifica el ego. Llegados a este punto. El ego no encuentra más refugio que identificarse con todo ese proceso de lógicos pero erróneos razonamientos.
14.- En el siglo XVIII, el filósofo Immanuel Kant proponía tres premisas para dar sentido a la vida. Más o menos decían: “Recuerda quien eres. Olvida todo lo que has hecho mientras no recordabas quien eres. Ahora, demuestra quien eres”. De modo similar, el místico sufí Al-Hallaj fue martirizado por ratificar su creencia de que “Dios está en mí y yo estoy en Dios cuando dejo de ser yo”.
15.- Al conocer y asimilar los conceptos precedentes, nos hemos asegurado unas bases sólidas con las que empezar a trabajar nuestro Crecimiento Personal. Sin olvidar lo que decía Confucio: “Si ya sabes lo que tienes que hacer y no lo haces, entonces estás peor que antes”.
Decía Krisnhamurti que “no es síntoma de buena salud estar bien adaptado a una sociedad enferma”. Y no parece que el mundo que hemos creado sea un lugar idóneo: es social y económicamente injusto, ecológicamente desastroso y psicológicamente desestabilizante. Además, el mundo material es imperfecto en esencia y, en consecuencia, aun cuando hubiera armonía en él, no puede proporcionarnos felicidad duradera, como ya nos han advertido los grandes maestros.
Desde un enfoque puramente materialista, difícilmente alguien puede sentirse realizado, pues la vida se centra en desear cosas materiales más y más, más y mejor, solo para descubrir que, aunque las obtengamos, no nos conseguimos librar de la sensación de insatisfacción. Nos falta algo que no pertenece al plano material, pero el material es el único plano para el que nos han maleducado.
Para nuestra paz y realización personal, es necesario cuestionar las creencias que nos han inculcado (puesto que no nos están sirviendo para hacernos felices) -como hacía Sócrates- y formarse un criterio personal de las cosas, cuestionando todo lo aprendido para poder cribar lo válido de lo inútil.
Como sugeríamos en el artículo El buscador espiritual, hay que asumir el reto de descubrir lo que amas, reconocer tus valores, escuchar a tu conciencia, aprender quién quieres ser y luego convertirte en esa persona. Cuando te desarrollas y creces, consigues hacer las paces contigo mismo y los demás (comprendes y aprendes a armonizar tu alma con tu ego), independientemente de las variables e imprevisibles circunstancias exteriores.
Ahora bien, querer buscar y saber buscar no es lo mismo. Ocurre con demasiada frecuencia que no sabemos hacia dónde dirigirnos para encontrar respuestas íntimamente satisfactorias.
Con el fin de paliar el desconcierto y la frustración que produce el no saber qué camino recorrer para nuestro buen desarrollo personal, en este artículo vamos a proponer 70 conceptos con los que, progresivamente, podemos ir conociendo mejor la vida y a nosotros mismos, empezando por las cuestiones existenciales.
Debido a la extensión de los 70 conceptos, vamos a repartirlos en varias entregas. Por su parte, cada concepto expresa una idea de forma resumida, dejando para el lector la tarea de reflexionar sobre dicha idea en profundidad.
Antes de empezar a exponer los conceptos, vamos a recomendar, de forma orientativa, unos libros como soporte a ellos.
BIBLIOTERAPIA
Usted puede sanar su vida, de Louise Hay.
Tus zonas erróneas, de Wayne Dyer.
El arte de no amargarse la vida, de Rafael Santandreu.
Muchas vidas, muchos maestros, de Brian Weiss.
Morir para ser yo, de Anita Moorjani.
Ilusiones, de Richard Bach.
Inteligencia emocional, de Daniel Goleman.
Tu sexo es tuyo, de Silvia Bejar.
Las 5 heridas del alma que impiden ser uno mismo, de Lise Bourbeau.
Conversaciones con Dios, de Neale Donald Walsch.
CONCEPTOS
1.- O bien se tiene fe, o bien se tiene miedo; no hay término medio. Y la mejor certeza es la que proviene del conocimiento. Sin embargo, en la Edad Media (o en el siglo diecinueve, por ejemplo), ¿hubieran podido creer en la existencia de Internet, incluso si lo hubieran visto? Lo más probable es que pensaran que era obra del demonio y alguien acabara en la hoguera o en el manicomio.
2.- No tenemos miedo a la muerte en sí sino a la idea de que con ella desaparezca nuestra personalidad. Para defenderse de esa aterradora idea, la sociedad se ha inventado todo un sistema demente de normas de convivencia y creencias con las que mantener la ilusión de salvación o supervivencia o, en su defecto, de evadirse de lo inevitable. Todo como consecuencia de identificar a nuestro Ser con nuestro cuerpo y el miedoso ego que le acompaña.
3.- “Si quieres entender el universo, piensa en energía, frecuencia y vibración” (Nikola Tesla). “No existe la materia en sí. Toda materia nace y permanece únicamente en virtud de una Fuerza… debemos admitir detrás de la Fuerza mencionada la presencia de un Espíritu consciente inteligente, o sea que EL FUNDAMENTO ESENCIAL DE LA MATERIA ES DICHO ESPIRITU” (Max Planck. Premio Nóbel de Física 1918).
4.- Del total del contenido corporal de nuestra mente, solo entre un 5 o un 10% como mucho corresponde a nuestra mente consciente; esa con la que reaccionamos frente al mundo y nos identificamos. Por lo tanto, y ya que el inconsciente es tan real como el consciente, podemos deducir que nos desconocemos en más de un 90%. En otro orden de cosas, entre las conclusiones de las serias investigaciones medico-científicas que ya se realizan sobre las Experiencias Cercanas a la Muerte (ECM), destaca la confirmación de que el cerebro limita el potencial de la mente y que ésta, sin el soporte físico del cerebro sigue existiendo y se expande.
5.- La Biblia afirma metafóricamente que Dios hizo al mundo en siete días. Al sexto día creó al hombre “a su imagen y semejanza” y le cedió el poder sobre todo lo creado; en consecuencia, al séptimo día descansó. Si creemos lo que dice el Génesis: que Dios está descansando y somos nosotros quienes estamos a cargo de desarrollar la creación, entonces es una incongruencia creer también que Dios interviene en el mundo a través de tal o cual libro o persona; o que todo lo que sucede en la vida es responsabilidad de Dios. En realidad, sostener esa creencia es un conveniente autoengaño colectivo para eludir el hecho de que nuestros pensamientos son creadores, y somos responsables de nuestros pensamientos.
Los pulmones están relacionados directamente con la vida
con las ganas que se tienen de vivir y de ser feliz. Esto debido a que son los responsables de brindarle el oxígeno necesario a las células, lo que da vida al cuerpo humano. Igualmente, cuando expulsamos el aire dejamos ir lo tóxico de nuestra vida.
Por eso los problemas pulmonares pueden estar relacionados con sentir que algo o alguien nos asfixia, o con no sentirnos merecedores de esa vida que recibimos a través de ellos, etc.
Los pulmones pertenecen a la 1ª y 4ª etapa embrionaria (de acuerdo a la clasificación del Dr. Hamer): Supervivencia y Relación.
Si entendemos que detrás de toda enfermedad hay una emoción que la provoca, cuando tenemos ese miedo a “vivir”, y creemos que no podemos afrontar todas las circunstancias que nos depara la vida, estamos afectando a nuestros pulmones. Si tengo miedo a soltar, a dejar ir cosas del pasado, rencores, apegos… si tengo miedo a lo que puede traer la vida, estoy sintiendo emociones que van a afectar a mis pulmones.
Las dos emociones principales que afectan a los pulmones son TRISTEZA y MELANCOLIA
Cuando estoy triste afecto a mis pulmones. Cuando estoy sintiendo melancolía estoy aferrándome al apego y estoy afectando a mis pulmones.
La mayoría de problemas pulmonares están en origen relacionados con amenaza o perdida de territorio. Recordar que puede ser una pérdida real: he perdido mi casa, mi trabajo, mi marido, mujer, mi hijo… o una perdida simbólica: tengo miedo a perder mi casa, mi trabajo, mi marido, mi hijo… El inconsciente no entiende de real o simbólico, sólo entiende la información que le llega a través de las emociones que se sienten.
Si tus pulmones están en desarmonía, pregúntate: ¿Qué conflicto estoy sintiendo?
Si tienes afectados tus pulmones, estás viviendo algún conflicto de miedo a morir: morir ahogado, miedo a perder tu territorio, miedo a perder el sentido de vivir. Hay un miedo en tu vida que no te deja vivir feliz.
Hay frustración, disgusto, angustia, situaciones que no sabes resolver, algo que te bloquea.
Resentires y partes del sistema pulmonar
ALVÉOLOS:
“Tengo miedo a morir por asfixia”
“Esta situación o persona me asfixia”
BRONQUIOS:
“Alguien a invadido mi territorio”
“Pelea en el territorio”
“Obstáculo que debo eliminar”
PULMONÍA/NEUMONÍA:
Enfado
Cansancio de vivir
Herida emocional sin cicatrizar
Sentir que no tienes territorio
MANCHA EN EL PULMÓN:
Miedo a que otra persona muera
VARIAS MANCHAS EN EL PULMÓN:
Miedo a tener una muerte dolorosa
NÓDULOS EN EL PULMÓN:
Necesidad de territorio
ASFIXIA:
Temor
Desconfiar de la vida
Estancado en la infancia
ASMA:
Hay una atmósfera tóxica
Sentirse asfixiado por los demás
Sentir amenaza en el territorio
No sentirse protegido por la familia
ENFISEMA PULMONAR:
Miedo a asumir responsabilidades
Los demás son más importantes que yo
Conflicto en los intercambios (de comunicación u otros)
Desvalorización ligada a la capacidad pulmonar
En los problemas respiratorios en general, tengo miedo y una resistencia a aceptar la vida tal como es. No me siento merecedor de vivir, de existir, de ocupar el espacio que me corresponde. Tengo miedo a vivir plenamente, intensamente.
Joaquín Ferrer
Vamos a analizar todo esta información con más detalle.
En la base de la columna vertebral, tras las siete vértebras cervicales y las doce dorsales, se hallan las cinco vértebras lumbares, a modo cimientos de los pilares de sostienen toda la estructura vertebral. Y es sabido que cuando los cimientos de un edificio están dañados, todo el edificio está en peligro de derrumbarse.
Teniendo en cuenta este símil, una desvalorización o autocrítica en aquello que me apoyo (valores, creencias, personas, trabajo, sexualidad, etc.) supone una amenaza para la supervivencia en términos de creación, de funcionamiento, de relación con los demás y en la forma de establecer la propia estructura y personalidad.
En las lumbares bajas (L5), cerca del sacro, los conflictos están relacionados con la sexualidad, en un contexto de comparación, ya que es la parte de la columna responsable del movimiento durante la cópula.
El lumbago
Hablando del lumbago específicamente, este es una afección del disco intervertebral situado entre las dos últimas vértebras lumbares. Se manifiesta cuando un individuo, al tratar de levantar un objeto, siente de manera repentina un dolor agudo en la región lumbar, que le impide incorporarse por completo, desplazándose con mucha dificultad.
La persona que lo padece cree que no puede hacer frente como ella quisiera a sus responsabilidades materiales, y esa sensación suele vivirla con culpabilidad e ira asociada.
En la lumbociática o lumbociatalgia
el dolor se propaga a un miembro inferior debido a la compresión o irritación del nervio ciático. Este es el nervio más grueso y largo del cuerpo; empieza en la parte baja de la espalda, atraviesa las nalgas y desciende por las extremidades inferiores. El síntoma se origina frecuentemente en las raíces del nervio (de L4 a S-3). Los conflictos que afectan a este nervio tienen una tonalidad de desvalorización en términos de instrucciones, de órdenes, relacionadas con sentir miedo a algo antes de que suceda. Si afecta a la sensibilidad, el conflicto está vinculado a la información que se recibe, a no querer sentirla, percibirla. Si afecta al control motor, está vinculado a no ser capaz de ejecutarla, a no querer ejecutarla.
Guarda relación con conflictos de pareja combinados con carencia material, con la imposibilidad de adquirir lo que se desea. También puede tratarse de una carencia de algo simbólico en la que interviene lo material, un sentimiento relacionado con el dinero. El dolor puede manifestarse más en una pierna que en otra: si la pierna derecha es la afectada, puede tratarse de miedo a carecer de dinero y a no poder hacer frente a las responsabilidades. Si el dolor se sitúa en la pierna izquierda, la falta de dinero puede intensificar el sentimiento de no poder darlo todo a los seres queridos.
La hiperlordosis
es un aumento anormal de la curvatura de la columna lumbar que «obliga» a que la cabeza mire hacia el cielo, un arquetipo del padre. Los conflictos se relacionan con el reconocimiento paterno, con una búsqueda del padre o de la representación paterna. Como es estructural, el conflicto es transgeneracional.
Las vértebras lumbares
Antes de seguir analizando las causas emocionales del lumbago, conviene explicar brevemente el significado concreto de cada vértebra lumbar.
– L5: Alude a los colaterales (pareja, amante, compañero, etcétera). Entre L5-S1 desvalorización sexual, golpe bajo, traición.
– L4: En relación con la próstata, el cuerpo uterino. Conflicto con la «norma». No respetar las normas con relación a la familia o a los otros, no tener una actitud normal o sentirse diferente a los demás con relación a las normas. Entre L4-L5, conflicto de desvalorización relacionado con las normas y el colateral. Por ejemplo, no recibir más ternura del compañero/a.
– L3: Se corresponde con los ovarios, los testículos, el útero. Conflicto de desvalorización con relación a la sexualidad y la fecundación. También guarda relación con las rodillas y la vejiga. Conflictos de desvalorización y culpabilidad con respecto al territorio y la sexualidad. Por ejemplo, no haber sabido marcar el territorio sexual; haber quedado embarazada de otro; violencia sexual. Entre L2-L3, desvalorización en un conflicto indigesto, con una tonalidad de carencia de dinero y de pérdida.
– L2: Está relacionada con el apéndice y el abdomen. Conflicto de desvalorización con respecto a algo sucio, a tener que despegarse de algo que se quería guardar.
– L1: Se relaciona con el colon. Los conflictos de desvalorización tienen relación con algo sucio, con que la vida juega sucio, con que nos traicionan, con una tonalidad de intercambio no realizado, de sexualidad repugnante, por ejemplo. Entre L1-L2, el conflicto es de pérdida, de cochinada, de algo indigesto con falta de dinero.
El campo terapéutico de la descodificación psico-emocional de las enfermedades ha tenido y tiene muchos nombres, a pesar de que, en esencia, todos los encuadres metodológicos parten de un enfoque holístico común. Y algunas de esas metodologías son tan similares que, en la práctica, llegan a ser iguales.
Eso es así, tanto desde las aportaciones a partir de las investigaciones del doctor Hamer en dicho campo como en investigaciones precedentes. Así por ejemplo, con anterioridad al doctor Hamer nos encontramos con la medicina antroposófica de Rudolf Steiner, la medicina psicosomática del doctor Franz Alexander o los diversos escritos del doctor Georg Groddeck.
Paralelamente a los descubrimientos del doctor Hamer, y en la misma línea, tenemos a la metamedicina de Claudia Rainville y posicionamientos en el mismo sentido de diversos personajes como Osho o Louise Hay (autora del libro Usted puede sanar su vida, entre otros).
En la actualidad
es sobre todo a partir de las profundas y metódicas investigaciones del doctor Hamer, y de sus conclusiones, cuando la relación entre emociones y enfermedad ha vuelto a suscitar interés general.
Sin embargo, tanta diversidad de nombres referidos a una misma metodología puede generar confusión, y esa confusión, junto con la desacreditación del conservador mundo académico y la poderosa e interesada industria farmacéutica, puede derivar en un contraproducente escepticismo.
Sabemos que a conceptos como la física cuántica o la epigenética les ha costado ser aceptados científicamente y, aun ahora, a pesar de que sus postulados ya han quedado demostrados, muchos científicos siguen prefiriendo no tener en cuenta sus aportaciones porque desestabilizan los fundamentos de la ciencia newtoniana en los que se sienten más cómodos. Pues bien, imaginemos el caos que hubiera supuesto para su aceptación y evolución el que ambos conceptos fueran conocidos por unos veinte nombres distintos cada uno.
LAS RAZONES DETRÁS DE LA VARIEDAD DE NOMBRES
Así pues, vamos ahora a analizar las prosaicas razones que se esconden detrás de tanta variedad de nombres, para intentar arrojar luz sobre el tema.
Como hemos comentado, el eje troncal del que partió la actual visión de la descodificación psicosomática y emocional fueron las investigaciones del Dr. Ryke Geerd Hamer en los años 80 del siglo XX. A raíz de un hecho especialmente dramático acaecido en su familia, él se da perfecta cuenta de la estrecha relación entre emociones y enfermedad, y decide investigar dicha relación haciéndose preguntas como ¿cuál es el proceso exacto por el que determinada emoción desencadena determinada enfermedad? ¿por qué esa emoción se manifiesta en una parte del cuerpo y no en otra?, etc.
EL doctor Hamer
Tras años de investigación y miles de pacientes estudiados, el por entonces prestigioso médico alemán Ryke Hamer presenta sus conclusiones, siendo el eje central de ellas las llamadas 5 Leyes Biológicas. Dichas conclusiones son rechazadas por el colegio médico alemán, que le insta a retractarse de sus afirmaciones fruto de sus investigaciones. Al no hacerlo, es desposeído de su licencia para ejercer la medicina y, posteriormente, es arrestado y sufre prisión en los diversos países en los que intenta divulgar sus descubrimientos y su metodología, que bautiza con el nombre de Nueva Medicina Germánica. Finalmente, encuentra comprensión y asilo en Noruega, país en el que vive hasta su fallecimiento.
A pesar de la brutal represión contra sus ideas y su persona, muchos profesionales de la salud con mente más abierta (otros médicos, psiquiatras, psicólogos, dentistas, enfermeros…) se interesaron por sus descubrimientos en el ámbito de la psicosomática. De esa manera, un buen número de profesionales se formaron con él, y luego otras personas se formaron a su vez con quienes él había formado. Eso sí, sus discípulos tuvieron la inteligencia de ser más diplomáticos que Hamer al presentar dicha terapia como complementaria de la medicina convencional, evitando así problemas legales aunque no el desprestigio académico frente a sus colegas que, por otra parte, no han tenido ni tienen el más mínimo interés el comprobar la veracidad o no de sus postulados.
Siguiendo la línea trazada por el doctor Hamer, con el paso del tiempo otros terapeutas profundizaron en la investigación de algunos aspectos a los que Hamer no había llegado; así por ejemplo, la influencia de la herencia genealógica en la salud y en carácter de una persona, o el modo de abordar psicológicamente la solución del conflicto emocional, una vez que éste se ha encontrado.
Finalmente, de la suma de todas esas investigaciones, surgieron los fundamentos, consensuados tácitamente, de un nuevo cuerpo metodológico con el que entender y tratar los conflictos psico-emocionales causantes de trastornos físicos y conductuales.
De Christian Flèche a Enric Corbera
Llegados a ese punto evolutivo, el enfermero francés Christian Flèche, discípulo de Hamer, denomina Biodécodage (Biodescodificación, en español) a la citada metodología. Alcanzando dicho nombre popularidad entre sus colegas, que empezaron a utilizarlo de forma genérica.
En España y Latinoamérica, dentro de los profesionales que divulgaron y popularizaron este nuevo campo bajo ese nombre, destaca el carismático psicólogo Enric Corbera.
Sin embargo, cuando el conocimiento de esta terapia iba en aumento y su práctica avanzaba adecuadamente, el señor Flèche decidió reclamar judicialmente su derecho sobre la denominación de “Biodescodificación” y, por lo tanto, únicamente sus alumnos directos estarían autorizados legalmente a utilizar dicha denominación, más allá de su uso en el lenguaje coloquial.
Una vez que los tribunales le dieron la razón, el resto de especialistas tuvieron que dejar de llamar a su terapia por ese nombre y designarle otro. Cosa que hicieron al mismo tiempo que registraban a su vez los nuevos nombres.
A consecuencia de ello, de repente aparecieron una pléyade de nombres que hacían referencia a la misma metodología. Entre esos nombres destacan el de BioNeuroEmoción (Enric Corbera), Biología Total (Claude Sabah), Psicosomática Clínica (Salomon Sellam), Descodificación Biológica (Ángeles Wolder), Neurodescodificación (Pablo Martínez Armesto) y otros.
Joman Romero
Así las cosas, desde la Asociación cultural española Neopercepción, a sugerencia de sus destacados miembros Joman Romero y Joaquín Ferrer, decidimos registrar otro nombre para el mismo campo terapéutico: PSICODESCODIFICACIÓN®.
Joman Romero es maestro en el campo de la descodificación psico-emocional de las enfermedades. Inició su andadura terapéutica a finales de los años 80 del siglo XX, al igual que su compatriota Enric Corbera, dándole a dicha terapia un toque personal al sumarle los conocimientos y recursos multidisciplinares provenientes de la Psicología Transpersonal, al igual que su colega Joaquín Ferrer.
Para ellos, y para la Asociación Neopercepción, la Psicodescodificación tiene un componente añadido de Crecimiento Personal, ya que generalmente la solución adecuada que se busca proviene de una comprensión mejor y más elevada (espiritual) del conflicto que afecta a la persona.
“Dónde quiera que va un pensamiento, un proceso químico lo acompaña” (Dr. Deepack Chopra). Si la solución que buscas no da la paz, no es la solución adecuada… Elige de nuevo.
En los accidentes, así como en las enfermedades, en psicodescodificación partimos de varias premisas, entre ellas, las principales son: “nada sucede por azar” y “la realidad es un espejo de lo que sucede en nuestro interior”. Además, la ley metafísica de la resonancia determina que nosotros nunca podemos entrar en contacto con algo con lo que no tenemos nada que ver.
Es cierto que no buscamos los accidentes, como tampoco buscamos las enfermedades; sin embargo, debemos ser conscientes de nuestra responsabilidad en aquello que nos sucede (como ya vimos en los artículos sobre la casa y sus objetos y el coche y las mascotas).
En el libro La enfermedad como camino
se dice que: “La idea de que los accidentes son provocados inconscientemente no es nueva. Freud, en su Psicopatología de la vida diaria, además de fallos como defectos de pronunciación, olvidos, extravío de objetos, etc., cita también los accidentes como fruto de un propósito inconsciente. Posteriormente, la investigación psicosomática ha demostrado estadísticamente la existencia de la llamada «propensión al accidente». Se trata de una personalidad que se inclina a afrontar sus conflictos en forma de accidente”. Y también Franz Alexander, en su libro Medicina Psicosomática, publicado en 1950, abunda en ese sentido afirmando, por ejemplo, que “la mayoría de los accidentes están provocados inconscientemente”.
Así pues, nuestros modelos mentales pueden atraer hacia nosotros un accidente. E igualmente parece que algunas personas fueran “propensas a los accidentes” en tanto que otras andan por la vida sin hacerse jamás un rasguño. Por tanto, hay accidentes que pueden ocurrirnos por los pensamientos o las emociones que sentimos en determinado momento, aunque no seamos conscientes de ellos.
En cuanto a la relación entre emociones inconscientes y accidentes, la psicodescodificación empieza por analizar aquellos accidentes que nosotros vivamos por propia responsabilidad: Caídas, choques, fracturas, torceduras, quemaduras, etc.
Luise L. Hay, en Poder espiritual y salud, dice:
“Los accidentes son expresiones de cólera, que indican una acumulación de frustraciones en alguien que no se siente libre para expresarse o para hacerse valer. Indican también rebelión contra la autoridad. Nos enfurecemos tanto que queremos golpear a alguien y, en cambio, los golpeados somos nosotros.
Cuando nos enojamos con nosotros mismos, cuando nos sentimos culpables, cuando tenemos la necesidad de castigarnos, un accidente es la una forma estupenda de conseguirlo.
El sufrimiento físico nos da una pista sobre cuál es el dominio de la vida en que nos sentimos culpables. El grado de daño físico nos permite saber hasta qué punto era severo el castigo que necesitábamos, y a cuánto tiempo deberíamos estar sentenciados.”
Clasificación de los accidentes
Como estamos viendo, en algunas ocasiones, detrás de un accidente hay una incapacidad para hacerse valer, una rebelión contra la autoridad mal conducida o la creencia en las virtudes de la violencia.
Después tenemos aquellos accidentes “repetitivos” que pudieran señalar una historia Transgeneracional.
En los accidentes que fueron responsabilidad de “otros”, en un papel de “agresiones recibidas”, también habremos de considerar la historia familiar, el Transgeneracional: Balazos, puñaladas, palizas, empujones, atropellamientos, etc.
Por lo tanto, hay accidentes que pueden deberse a una lealtad familiar de la que no somos conscientes. Si ponemos tan sólo un poco de atención en la revisión de nuestro árbol genealógico, dichos accidentes pueden aparecer en nuestras vidas como una “reparación” del drama vivido por un ancestro.
Además, aquellos accidentes en los que nosotros resultemos heridos por “responsabilidad” de otra persona, conviene analizarlos también desde un enfoque cuántico y energético, porque si bien no han sido nuestros pensamientos o nuestras emociones las que han provocado el accidente, sí pudiera ser nuestra frecuencia vibratoria: Accidentes aéreos, choques mientras yo soy pasajero…
Volviendo a los accidentes repetitivos
Habremos de buscar las constantes, es decir, ¿ocurren siempre a la misma hora?, ¿ocurren siempre el mismo día de la semana?, ¿ocurren siempre en la misma fecha?, ¿ocurren siempre afectándome la misma parte del cuerpo?
Porque deberemos tener en cuenta que existen las “memorias de aniversario” y las “lealtades familiares” dentro del árbol genealógico. Ello nos obliga a prestar atención, dado que el accidente repetitivo puede ser una forma simbólica de “reparar” aquello que un doble nuestro en el árbol vivió en su momento y no supo solucionar.
Por lo tanto, muchos de los accidentes no son más que las consecuencias de una reparación inconsciente de vivencias emocionales impactantes de la misma familia.
En todos los casos de accidentes: de tráfico, domésticos, laborales, etc. lo primero que debemos buscar es el mensaje que nos transmite, para solucionarlo de manera consciente y evitar su repetición. El accidente es como una señal que nos obliga a mirar en nuestro interior.
Podemos y debemos hacernos varias preguntas:
¿Qué me quiere advertir este accidente?
¿Qué aspecto de mi vida debo transformar?
¿A qué cambio de comportamiento me estoy resistiendo?
¿Tuve la intención de hacer daño a alguien?
Y también:
¿Qué parte de mi cuerpo se ha visto afectada y qué significado tiene en biodescodificación?
¿Presenta la zona inflamación (= rabia), sangre (= familia), fractura (= necesidad de ser más flexible), dolor físico (= dolor emocional)?
¿Qué me imposibilita lo sucedido?
¿A qué me obliga la nueva situación?
¿En qué o en quién pensaba?
¿Me siento culpable por algo que he dicho o hecho?
¿Para qué estoy viviendo esta experiencia, qué debo aprender de ella?
Todos los accidentes son una invitación a que pares, a que reconsideres tu situación actual y, sobre todo, tu actitud en la misma.
Visto desde la Psicogenealogía, los accidentes son intentos de SUICIDIO con más o menos fortuna
En cuanto al suicidio en sí mismo, si bien son múltiples las causas que pueden llevar a una persona a pensar en él, Alejandro Jodorowsky nos dice literalmente que:
“Un suicidio se prepara durante cuatro o cinco generaciones. El suicida es un enemigo de su vida porque considera que la vida no es suya: alguien no se la ha dado, y en su lugar le ha metido en el cuerpo la vida de otro. Ha fallado la madre, el padre y los abuelos. No es que el suicida quiera eliminarse a sí mismo, sino a alguien o algo que lo invade. Destruyendo a su cuerpo comete un crimen porque, en último momento, en la verdad de la agonía, se da cuenta que ha destruido a su verdadero espíritu: ha matado a un niño. El suicida sufre porque sabe que, siendo el cáliz de una Conciencia divina, nadie en su árbol genealógico ha sabido reconocerlo. Ha crecido entre ciegos…
Su forma de suicidio, mostrará la naturaleza aparente del conflicto:
Si se da un tiro en la cabeza, proclama que su padre lo ha destruido con sus conceptos rígidos.
Si se ahorca, la cuerda asesina es el cordón umbilical de su madre, que lo odió desde el momento que apareció en sus entrañas y luego, ya nacido, por culpabilidad, lo ahogó con sus esforzados mimos.
Si se lanzó de un alto edificio y se estrelló contra el suelo, manifiesta que no pudo soportar el odio entre su padre (edificio-falo) y su madre (tierra reprimida): revienta clamando por una unión de su Sol y su Luna, símbolos de los padres cósmicos.
Si tragó píldoras nocivas, es que de boca de su madre escuchó demasiadas palabras de odio y sufrimiento.
Si lo atropella un tren o un poderoso vehículo, denuncia que los preceptos anquilosados de sus abuelos le impedían gozar de la vida.
Si se ahorca dentro de un armario, revela que está fatigado de los impulsos sexuales que le avergüenzan.
Si se degüella, si se da un tiro en la boca, encuentra la forma de expresar todo lo que calló durante su vida, impidiéndose de este modo maldecir a quienes abusaron de él.
Si se prende fuego lamenta el abandono de su padre, al que ve como Dios.
Si se ahoga en el mar, expresa el deseo de regresar al vientre materno para ser parido en una forma correcta, con amor y no con rechazo.”
Además
Caídas tontas: Llamadas de atención para que analicemos con un mayor nivel de consciencia los pasos que damos.
Disparo en el corazón: No sentirse amado.
Cortarse las venas (la sangre representa a la familia y a las relaciones): Una manera drástica de romper con la familia y “con todo lo que me ha hecho”. Relaciones amorosas fallidas, fracaso profesional, pero relacionado con la familia, con el deseo de liberarse de padres o familiares que nos “hicieron” incapaces de superar obstáculos.
Tirarse o caerse a un pozo: Deseo de retorno al útero materno.
Electrocutarse: Invasión del padre.
Quemarse: Represión de la rabia en el interior.
ASESINATOS
Aparte de ello, Jodorowsky también nos señala que los suicidios y asesinatos que suceden en la familia se pueden reproducir en forma de accidente, por ejemplo de coche, donde la víctima es un suicida inconsciente y el victimario es un asesino inconsciente (cosa que permite ayudar a buscar repeticiones en el árbol).
La familia es como una olla psicológica llena de secretos, tabúes, silencios, vergüenzas. Hay asesinatos, locura, robos, infidelidades, cárcel, incesto, abusos… Así, la enfermedad no es la solución del problema, sino una invitación a enfrentar un conflicto familiar que se ha mantenido secreto.
¿Qué pautas se pueden seguir respecto a los accidentes?
A) Si el accidente ya ocurrió, hay que intentar leer su mensaje, para elevar a la consciencia el mensaje sanador que con él nos llega.
B) Si tememos tener un accidente o alguien nos maldice o nos vaticina que lo tendremos, el cerebro se programará para que suceda y lo atraeremos sin querer. En estos casos es mejor realizarlo de manera metafórica, el inconsciente entiende la metáfora y es como si ya se hubiese cumplido lo que tememos o lo que “debía” de pasar.
C) Para evitar accidentes:
Cambiar culpabilidad por responsabilidad.
No juzgarnos.
Canalizar la rabia y la agresividad hacia nosotros mismos con grandes dosis de creatividad.
Canalizar la agresividad y la rabia hacia los otros mediante la confrontación.
La hipertensión arterial es una alteración emocional crónica que puede atribuirse principalmente al estrés, ansiedad, ira, depresión o combinaciones de ellas.
Simplificando y generalizando en exceso, podemos decir que los hipertensos son personas que huyen de los conflictos y no afrontan los problemas.
El hipertenso es una persona que intenta controlarlo todo:
su agresividad, sus emociones y tiene dificultades para comunicarse (aunque no necesariamente para relacionarse).
La mínima contrariedad, un enfado no expresado, una indignación ante una injusticia, son circunstancias suficientes para que la sangre se caliente y aumente su presión.
El paciente verdaderamente hipertenso tiene la sensación de estar amenazado con sufrir daño y cree que tiene que estar constantemente preparado para cualquier peligro. Está siempre dispuesto a luchar, pero contiene su agresividad para evitar el conflicto.
La hipertensión nos indica la gran tensión en la que vive debido a su afán de querer buscar una solución a sus problemas, pero no puede encontrar una salida porque no se atreve a afrontar los conflictos. El miedo le hace reprimir sus emociones, lo cual le ocasiona un aumento de la tensión.
El hipertenso suele ser muy emotivo y está influenciado por el pasado, el cual revive constantemente recordando heridas afectivas que no han sanado ni ha resuelto. Se preocupa mucho por la felicidad de sus seres queridos y se crea una gran “tensión” tratando de encontrar la forma de proporcionársela.
Uno de los miedos asociados a la hipertensión es el de la muerte. El hipertenso tiene miedo de que le llegue antes de haber realizado su plan de vida.
Al no saber cómo afrontar su inquietud, la descarga enfocando toda su atención en el mundo exterior, llevando una vida dinámica, tensa y de excesiva actividad, lo que le provoca un “aumento de la presión”.
Pero la hipertensión es sobre todo un tema de sangre
así que también hay que considerar la desvalorización en relación a la familia, justo al revés de los problemas articulares, que son una desvalorización en relación a uno mismo.
El proceso de descodificación emocional que hemos explicado en la primera parte de este Artículo, dedicada a los coches, y en el artículo anterior que hablada de La casa y sus objetos, todo ello es aplicable también a las mascotas, con algunos matices añadidos al tratarse de seres vivos en lugar de objetos.
Estudios científicos (Universidad de Lincoln, Universidad de Nottingham Trent, etc.) han confirmado que las mascotas sienten emociones y tienen efectos benéficos sobre sus dueños y viceversa, también las mascotas pueden recibir beneficios o estrés y ansiedad que los pueden enfermar (por cierto, algo que cualquier persona con sentido común y un mínimo de sensibilidad ya sabía).
Antes de empezar a descodificar las enfermedades de las mascotas, conviene tener claro que hay otras razones por la que los animales pueden enfermarse. Los animales tienen también sus propios códigos biológicos que, al interactuar con un entorno no adaptado a su psicología, pueden generar extraños comportamientos o enfermedades. La psicología del gato es diferente a la del perro, por ejemplo, y, dentro de estos, el temperamento de una raza es diferente de la otra. Si vives en un piso, no es lo mismo tener un caniche que un pastor alemán.
ÓRGANO EXTERNO DE SOMATIZACIÓN
Debido a esa empatía de los animales con sus dueños, es común tener en consulta a mascotas con cáncer o hipotiroidismo y ver que “casualmente” su dueño sufre de la misma enfermedad.
Que un animal tenga el mismo padecimiento físico o mental de su cuidador está relacionado con algo llamado ‘órgano externo de somatización’, es decir, la parte del cuerpo que absorbe como una esponja las emociones negativas o positivas de la familia y las somatiza.
El Dr. José Tomás Zeberio, creador de la antropología energética, explica cómo se afecta el “órgano externo de somatización”. En primer lugar, existen ondas positivas y negativas que provienen de los pensamientos y palabras emitidas diariamente por los seres humanos. Éstas permanecen suspendidas en el ambiente y, aunque no se pueden ver, sí se sienten; por eso, muchas veces algunos lugares nos producen incomodidad o rechazo, y decimos que tienen ‘mala vibra’ porque están cargados con esas partículas.
Conexión emocional
La mayoría de los perros y gatos forman una conexión emocional fuerte con las personas de las que dependen para comer, de las depende su refugio y su afecto. Es por eso que de inmediato se sintonizan con nuestras señales emocionales.
Por ejemplo, si emites algún nivel de miedo, pueden interpretar que hay algo a que temerle, pero no saben a qué. Podemos asociarlo a cuando éramos pequeños y sabíamos que nuestros padres estaban molestos. No sabíamos por qué, pero por si acaso, andábamos con mucho cuidado.
Las discusiones frecuentes son especialmente estresantes para los animales, quienes podrían reaccionar demostrando irritabilidad o miedo.
Por lo tanto, las tensiones emocionales pueden desencadenar problemas de comportamiento, como pueden ser el aumento en agresividad, destrucción o inquietud extrema. También podrían impactar en el sistema nervioso y contribuir a agravar condiciones ya presentes como irritación de la piel, oídos, vejiga y otros.
Muchas veces, la ansiedad que le transmitimos a nuestras mascotas viene por la misma preocupación que tenemos sobre su salud, por ejemplo, cuando observamos que algo no está bien, ya sea un cambio en comportamiento o un síntoma físico. Esta situación es muy común cuando sale un tumor o cáncer, nos sentimos bajo gran presión queriendo remover de inmediato las masas, como si cada minuto fuera crítico.
Por eso es importante mantener la calma, ser pacientes y consistentes con el tratamiento escogido. En la medicina natural se cree que antes del mejoramiento viene una crisis o epicrisis, por lo que aun si pensamos que no está funcionando, se debe darle una oportunidad.
La mascota es el síntoma de su entorno
Otro factor añadido en la descodificación de las mascotas es la influencia en ellas del concepto llamado Proyecto Sentido en biodescodificación, pues la mascota suele ser como un niño pequeño para el amo y su familia.
Para nuestro inconsciente, un hijo real o un hijo simbólico son iguales, son lo mismo. Algunos tienen un trabajo, una empresa, un sobrino, un amigo, un auto, algo que quieren simbólicamente como un hijo, así también son las mascotas para muchas personas: son hijos simbólicos y ocupan un lugar muy importante en su corazón y en el sistema familiar y social.
Los hijos reales, hasta los 7 años están como esponjas absorbiendo todas las experiencias vividas en su sistema de crecimiento como mandatos de seguridad y cómo se pertenece al sistema familiar. Se dice que la mascota es el síntoma, así como los niños son el síntoma del entorno donde habitan con estos códigos y reflejan en su salud los conflictos familiares.
En psicodescodificación, los hijos menores de edad no se trabajan directamente sino que se trabaja con los padres, así es también con los hijos simbólicos (incluidas las mascotas): se trabaja con sus cuidadores o amos. Los hijos reales o simbólicos son el síntoma y los adultos son la raíz o la fuente del conflicto, al sanar éstos los hijos sanan también.
Por ello, sus enfermedades nos dan claves para identificar qué conflictos estamos viviendo nosotros porque, al igual que los niños en el Proyecto Sentido, nuestros animales de compañía somatizan los síntomas y enfermedades que corresponden a nuestras actividades conflictivas.
El perro se comporta como su amo
y esto no es casualidad. También llama la atención que existen personas que han tenido varios perros a lo largo de su vida y todos han sufrido de la misma enfermedad. Se han reportado casos en los cuales los animales se rascan o vomitan cuando en casa hay peleas entre sus dueños, o casos de riñas entre gatos cuando sus dueños discuten.
Cuando el ambiente está muy cargado de emociones negativas, algún integrante se convierte en una «válvula de escape» y viene la enfermedad o el síntoma (diarrea, vómito, entre otros), muchas veces sin una explicación médica (bacteria, virus).
La opinión de los expertos
Según Turid Rugaas, entrenadora noruega de perros, considerada una gurú en el área: “casi 99% de los desórdenes emocionales de los perros se deben a fallas de las personas que han formado parte de su socialización (los primeros cuatro meses de vida son determinantes) y del ambiente en el que se desenvuelven”.
Por su parte, el biólogo conductual y psicólogo animal Dennis Turner, director del Instituto de Etología aplicada y Psicología animal de Suiza, afirma que nuestros perros y gatos mascotas pueden sufrir de fobias y otros desórdenes de ansiedad, como la que provoca la separación, y se pueden manifestar con síntomas muy similares a los que experimentan las personas cuando están deprimidas. También pueden desarrollar desordenes compulsivos y neurosis.
También existen otros casos. Así, los individuos cuyo excesivo apego a los animales les acarrea consecuencias negativas para ellos mismos o para sus seres queridos sufren un trastorno enfermizo que se conoce como petofilia. Son personas a las que les gusta permanecer solas con sus mascotas, porque lo disfrutan y viven empeñadas en cuidar de animales. Más que humanidad, lo que se esconde detrás de ese comportamiento extremo es una obcecación adictiva.
El periodista norteamericano Jon Katz, uno de los expertos que más ha escrito sobre este comportamiento, lo define así: “Nos hallamos ante un caso de petofilia si el afectado solo siente satisfacción cuando tiene contacto con seres irracionales y se aísla de su entorno, si limita completamente su forma de vivir o si el individuo enganchado a este vínculo anómalo quiere desligarse de él pero se siente incapaz de hacerlo”.
Ejemplos de descodificación animal
– Una persona me dice que su “niño de 4 patas” (literalmente) tiene pancreatitis. Si miramos los conflictos del páncreas en el diccionario de biodescodificación, nos dice, entre otras cosas: “son conflictos del pasado atascados en el presente y aún sin resolver, sin perdonar, sin soltar… Son conflictos indigestos de ignominia, historias de herencias y porquerías familiares que aún no has aprendido a ver desde otra perspectiva y trascenderlos totalmente”… Y esa persona se echa a llorar porque es eso exactamente lo que le está pasando y así es también como ella se siente.
– Si bien hay virus y bacterias que pueden afectar a los animales en el medio ambiente, lo cierto es que una imposibilidad para hacer frente a algo o a alguien por parte del dueño, puede hacer bajar las defensas de la mascota y enfermarla.
– Un perro que vomita, es el resultado de algo que su dueño no digirió emocionalmente.
– Si un perro o gato presentan cáncer, es por un conflicto emocionalmente muy fuerte de su dueño.
– ¿Es un perro que ladra por todo? ¿A quién le ladras en tu vida…?
– ¿Es un gatito miedoso? ¿A quién le tienes miedo tú….?
Como ya hemos dicho, trabajar con la biodescodificación de las emociones de las personas del entorno de la mascota puede ayudar rápidamente en su recuperación física y emocional.
Y también, según afirma Laurel Braitman, autora de “Animal Madness” (Locura animal), el apoyo, el cariño, la paciencia y el tiempo que las familias les brinden a las mascotas con desordenes emocionales puede convertir cualquier trauma pasado en una experiencia positiva para ambos.
En el anterior artículo sobre La psicodescodificación de la casa y los objetos, explicamos sucintamente las razones por las que, en el campo de la descodificación psico-emocional, partimos del paradigma de que nada ocurre por azar (no hay casualidades) y, al mismo tiempo, afirmamos que todo lo que nos rodea es un reflejo (espejo) de lo que ocurre en nuestro mundo interior.
Siguiendo en esa línea, vamos a analizar ahora el Coche y las Mascotas.
EL COCHE
El coche se convierte en una parte de nosotros mismos, hasta el punto que solemos referirnos a lo que le ocurre en primera persona: “he pinchado”, cuando nos referimos a las ruedas; “se me han roto los manguitos”, cuando hablamos de los circuitos de refrigeración del coche, etc.
De esa forma, al identificar el coche como una propiedad y una extensión de nosotros mismos, lo convertimos en depositario del reflejo de nuestro inconsciente. “Lo que se estropea en tu coche es algo que te pasa en tu vida y no ves”.
Por todo ello, se dice que las distintas partes del coche reflejan o simbolizan las partes de nuestro cuerpo.
En consecuencia, se nos hace posible y necesaria la desprogramación de los accidentes que sufrimos con nuestro coche, por varias razones:
1. Escuchar el mensaje que la vida nos envía por medio de estas señales.
2. Anticiparnos al “dolor” llamado avería, que nuestro coche ha soportado por nosotros (y también al dolor de nuestra cartera al tener que pagar la cuenta del mecánico), antes de que llegue a nuestro cuerpo físico-emocional transformado en algún malestar o enfermedad.
Sin embargo, no hemos de olvidar que el coche, al igual que el cuerpo humano, está sujeto a un proceso natural de desgaste biomecánico que hay que saber diferenciar de los aspectos que sí se pueden descodificar.
Utilidad
Todo ello nos puede resultar de tremenda utilidad a la hora de entender los accidentes de tráfico que suframos. Un accidente de tráfico es, por definición, un impacto vivido de forma inconsciente en esa capa protectora que es nuestro vehículo, es una señal de lo que nos ocurre, un mensaje de la vida hacia nuestra persona, y aunque, al igual que ocurre con las fracturas, en muchas de las ocasiones este sucede en fase de reparación del conflicto y es, por lo tanto, la solución de nuestro inconsciente a nuestro problema, también es cierto que es una solución en muchos casos desesperada y temporal, un parche en nuestra vida y no siempre permanente, ni adecuado.
¿Qué debemos hacer entonces? Pues bien sencillo, encontrarle el sentido inconsciente, tomar conciencia de qué nos está diciendo esta vivencia que ha asumido nuestro vehículo, y realizar los cambios adecuados en nuestra vida para que esta problemática deje de acudir a nosotros, pues de lo contrario la siguiente vez puede que nuestro “cuerpo coche” no esté disponible para asumir este impacto y seamos nosotros quienes lo suframos.
Cómo saber cuál es el problema
– Tomemos el ejemplo de una persona que acude refiriendo que reiteradamente se le han pinchado las ruedas de su vehículo. En este caso, lo primero que todos le diríamos es ¿dónde aparcas?, deja de aparcar ahí, pero no es eso lo que vamos a preguntarle. Le preguntamos ¿cuándo ocurre esto? y que vaya con su imaginación, con su recuerdo a ese día. Siempre debemos buscar el momento en el que apareció el síntoma, justo unos momentos antes de esta situación.
Nos explica que acaba de llegar de comer en casa de sus padres y está aparcando en el trabajo. Es en este instante cuando le pregunto qué le ha pasado durante la comida con su madre, ya que, como vamos a ver, una de las simbologías con las ruedas es la madre. Entonces la persona recuerda que su madre ha estado contándole, durante la comida, lo harta que está de papá y que se quiere divorciar. Nuestra paciente nos refiere que esto le ha sentado fatal y revive un instante en el que le gustaría pinchar a mamá con el cuchillo, pero claro eso no lo hace porque somos buenos hijos y se traga este deseo, esta emoción.
Aquí entra nuestro coche y decidimos pinchar a nuestra madre en el coche, en las ruedas. Curiosamente esto que lo cuenta como algo anecdótico deja de ocurrirle una vez que toma conciencia de este deseo.
– Otro caso, muy diferente al anterior y muy atípico, es el de una chica que acababa de estrenar su coche nuevo cuando tuvo un accidente (junto con su novio) del que ambos salieron ilesos pero el coche fue declarado siniestro total.
El novio estaba ilusionado en tener pronto un coche propio. En esa situación, la madre de ella le regala a su hija por sorpresa el coche nuevo. Él, aunque aparentemente se alegra pero ella, lo cierto, según ella detecta, es que le dio mucha rabia que ella pudiera tener un coche antes que él. Digamos que esa mala onda le echó mal de ojo al coche.
En resumen, siempre buscaremos la intención positiva de lo que nos ocurra. Este paso inicial es muy importante, pues nos da poder de responsabilidad y dejamos de ser víctimas. Y a partir de ahí, seguiremos el mismo protocolo de preguntas que aplicaríamos en la descodificación de los síntomas corporales, empezando por la pregunta “¿para qué me pasa esto que me pasa?”
PARTES DEL COCHE Y SU SIGNIFICADO EMOCIONAL
Accidentes (significado emocional): Relación entre las partes del coche rotas o averiadas y nuestro cuerpo:
Aceite: Vitaminas y minerales. Cuando el coche tiene problemas de pérdidas de aceite, hay que buscar qué carencia de vitaminas o/y minerales tiene la persona en ese momento, y el mensaje que, desde la biología, esa carencia le está indicando.
Acelerador (y turbo): “Vas demasiado rápido por la vida”. Sería un primer aviso para disminuir la autoexigencia.
Agua para el limpiaparabrisas: Lágrimas (suelen ser personas que tienen dificultades para permitirse llorar o bien que pasan por etapas en las que no tienen permiso para expresar sus lágrimas y su dolor con libertad).
Aire acondicionado: Necesidad de contacto, cercanía, relaciones frías.
Alarma (peligro y emergencia): Aviso de un dolor, una enfermedad. Es una señal de alerta (requiere un chequeo físico-emocional inmediato).
Amortiguadores: Inflexibilidad en adaptarnos, sometimiento (rodillas) y dificultad para tomar decisiones (cartílagos y tobillos). Hay que buscar el inicio de la emoción y consultar el diccionario de biodescodificación en relación a las rodillas, cartílagos o tobillos para tomar conciencia del conflicto.
Batería
Energía vital (persona que está viviendo una etapa de gran exigencia y se siente cansada y sin fuerza personal). Ver si está manteniendo una relación que le absorbe.
Bomba del combustible: Es la encargada de hacer que el sistema de inyección reciba de manera constante el combustible. Es el equivalente al corazón en el ser humano, ya que gracias a su bombeo circula la sangre por todo el cuerpo.
Todo conflicto relacionado con la casa, el hogar y la familia está afectando al corazón. También tiene el simbolismo de Amor y Alegría. Además, al corazón le afecta sobre manera el “sobre esfuerzo”. Tener que aparentar. Tener que esforzarse en aparentar lo que no se es. Entonces, habría que preguntarse ¿qué está cansando al corazón?
Cables de acero: Desvalorización en el momento presente. Tendones.
Calefacción: Exceso de contacto, contacto no deseado. Falta de calor familiar (madre).
Catalizador: No expresar el enojo por alguna guarrada, situación injusta (= colon).
Chapa: Conflictos de protección, exceso o falta de contacto, imagen (= piel).
Chasis: Desvalorización profunda (= huesos).
Circuito de aceite (y cojinete): Roces, enfrentamientos, dureza en la relación (= cartílagos).
Circuito de agua (manguitos, etc.): Conflictos con la madre, con la liquidez (= dinero). Problemas emocionales y emociones no expresadas.
Circuito eléctrico: Estrés, ansiedad, etc. (= sistema nervioso). También alguna relación que está echando chispas.
Claxon: Temor, imposibilidad de expresarte como deseas (=laringe).
Dirección: Gran incertidumbre que paraliza. ¿Qué camino escoger?
Electricidad estática del coche: No soy capaz de desactivar, controlar o variar mi sistema nervioso (descarga).
Embrague: Resistencia a realizar un cambio. La capacidad para cambiar los ritmos de la vida. “No tengo poder para llevar mi propio ritmo”.
Faros
Delantero: Conflictos de visión. Te niegas a ver algo o a alguien. Sientes que vas a tientas por la vida (= ojos).
Trasero: Sentirse observado, controlado. Sería algo así como querer despistar al enemigo.
Filtro del combustible: Mucha suciedad emocional en algún aspecto de nuestra vida.
Freno: Conflicto de retención. Deseo de salir o huir de alguna situación pero no se hace.
Gases del tubo de escape: “No suelto la porquería que he tenido que tragarme y contener”. En algún momento hemos decidido no responder a una provocación o callarnos y tirar para adelante.
Gasolina: Por una parte, es el símil de los hidratos de carbono y las grasas, y guarda relación con sentirse sin fuerzas para seguir avanzando, tirar la toalla… quizás hay alguna situación que nos supera. Por otra parte, la gasolina es el oro líquido, por lo que hay que considerar cualquier tema económico.
GPS: Guía interior, yo superior. Te encuentras totalmente perdido, sin rumbo.
Intermitentes: Dirección equivocada (= tobillos). Vas donde no quieres o no vas donde quieres.
Limpiaparabrisas: Distorsión de la realidad. Conflicto similar al que da origen al astigmatismo.
Limpiaparabrisas (agua): Lágrimas no derramadas. Reprimir una tristeza profunda.
Luna delantera: Sentirse expuesto a alguna persona o situación, o también sueños (proyectos) rotos.
Luna trasera: Depresión, sentir que el pasado se rompe en pedazos.
El Motor
Conflictos relacionados con el territorio, real o simbólico (= corazón). Llevar el motor con demasiadas revoluciones: Estrés.
Marchas: ritmo del corazón; conflictos de ritmo de vida.
El maletero Nos puede hablar de la carga o la “mochila que todos llevamos”. La dificultad para cerrarlo se refiere al deseo de quitarnos ese peso ya.
Matrícula del coche: Identidad.
Panel de indicaciones y niveles: Instintos y sensaciones que no escuchamos. Desconexión con tu cuerpo y con tu alma.
Parabrisas: Nos protege del exterior, de los factores del clima y de impactos de objetos o personas. Las preguntas que habría que hacerse serían: ¿Qué protección necesito romper para relacionarte con mi entorno? ¿Qué pasaría si saliera de mi zona de confort cotidiano?
Cristal delantero sucio: Conflicto de voy a ciegas, o no quiero ver.
Parachoques: Incapacidad de parar los golpes (familia, pareja, etc.).
Puertas: Deseas que alguien entre o se marche de tu vida.
Rayadas en el coche: Agresiones.
Repuestos: Son el equivalente a las proteínas en el cuerpo.
Retrovisores: Te resistes a soltar el pasado. Depresión, rencor, resentimiento. Conflicto con los ancestros o de origen transgeneracional.
Ruedas
Significan: Madre, familia, linaje; movernos por la vida.
– Las delanteras guardan relación con los brazos y las manos. “No tomo, abrazo, recojo lo que necesito, o no logro desprenderme de lo que no quiero”.
– Las traseras guardan relación con piernas y pies. “No avanzo por el camino deseado, o me siento obligado a ir donde no deseo”.
Por otra parte, de acuerdo a la regla de la lateralidad de la biodescodificación, la rueda derecha posiblemente nos hable del trabajo, acciones no realizadas o equivocadas e incluso de las responsabilidades. La rueda izquierda estaría más relacionada con la familia (los hijos, etc.), los deseos o aspectos femeninos y de creatividad. Partiendo de la base de que la rueda en sí ya nos habla sobre todo de aspectos familiares.
La transmisión: Estás siguiendo lo que dice tu mente y no el impulso de tu corazón. ¿Sientes que últimamente, por más que te esfuerces, no tienes una respuesta real a la hora de avanzar en tus proyectos?
Tubo de escape: Sentirse traicionado, tratado injustamente (= colon). VER: Gases del tubo de escape.
Ventanillas: Se relacionan con la visión y la protección. Por ejemplo, la ventana del copiloto nos habla de ayuda, mientras que la del conductor nos sirve para poder relacionarnos con las personas de nuestro mundo y nos protege de las agresiones de nuestros iguales. Entonces las preguntas serían ¿vives agresiones de tus colaterales, es decir compañeros de trabajo, amigos… y no consigues sentirte protegido de ello? o también ¿tienes miedo a cerrar la comunicación con alguien que se está apartando de tu vida?
Ventilación: peligro en el aire, en el exterior.
Volante: Conflicto de dirección en mi vida, pérdida de sentido de la vida. Sentirme manipulado o descontrolado, desconcertado.
A TENER EN CUENTA
– Los mensajes o señales suelen serlo cuando se repiten las circunstancias o/y producen en nosotros una reacción. No todo tiene un significado inconsciente ni un mensaje para nosotros.
– La parte trasera del coche, así como el espejo retrovisor, suelen estar relacionados con conflictos de origen transgeneracional (heredados de nuestros antepasados) o de la infancia, y alguna circunstancia actual los ha revivido en nuestro inconsciente y se han reactivado.
– Tanto los intermitentes, como la rueda y la transmisión nos hablan de dirección, de sentido; un nuevo sentido que es positivo pero no te atreves a tomar, tienes “miedo”, y puede que además que no se quiera que los demás sepan de esas incertidumbres que se están padeciendo.
– Los robos suelen venir por culpa, deuda o autocastigo: creer que no tenemos derecho a poseer o disfrutar aquello que nos roban (a nivel inconsciente). También puede significar “me quiero deshacer de…” (lo que me han robado). Conocí a una persona que le robaron 3 móviles seguidos y, al indagar, encontramos que quería desconectarse del trabajo y demás responsabilidades que estaban asociadas al móvil en su caso.
Sin embargo, cuando nos abren el coche pero no se llevan nada no es un robo sino una invasión de nuestra propiedad. ¿Qué personas invaden aspectos de tu vida?
– Cuando nos chocan por detrás nos están empujando, obligando a hacer o vivir algo; puede ser algo o alguien que nos esté haciendo sentir así o puede ser que uno mismo se esté empujando a hacer algo que no quiere o que le cuesta.
– Cuando los golpes los causamos nosotros es un castigo que nos estamos haciendo, si habláramos de enfermedades nos referíamos a las autoinmunes.
– Problemas frecuentes con el coche: ¿Qué visión tienes de las circunstancias se dan en tu vida que te lleva a querer autocastigarte?
– Las averías que obligan a parar suelen indicar, precisamente, que queremos parar el viaje para no ir hacia cierto lugar. Tal vez, en sentido figurado, queremos parar algún aspecto de la vida que llevamos porque estamos buscando un cambio importante en nuestra vida.
Ya antes de que el médico alemán Ryke Hamer se diera cuenta de que nuestras “emociones ocultas” y negativas confinadas en el inconsciente son la causa de la mayoría de las enfermedades que padecemos, su compatriota y también doctor Georg Groddeck (pionero en medicina psicosomática. 1866-1934) comentaba en su libro El significado de la enfermedad: “Aquel que llega a la conclusión de que yo medico mentalmente a un humano que se rompió la pierna tiene razón – pero ajusto la fractura y protejo la herida. Y entonces le doy un masaje, hago ejercicios con él, le doy a la pierna baños diarios con agua a 45°C por media hora y cuido que no se inflame ni supure, y cada tanto le pregunto: ¿por qué se rompió la pierna, ‘usted mismo’?”
También otros personajes de relevancia mundial, antes que Hamer, ya apuntaban que la incoherencia entre nuestros pensamientos, emociones y actos están en el origen del desarrollo de las enfermedades.
Por ejemplo, el gurú Osho afirmaba que “las enfermedades del ser humano comienzan cuando dejo de ser yo para ser lo que los demás quieren que sea”. Por su parte, la afamada escritora y conferenciante Louise L. Hay, al final de su libro Usted puede sanar su vida, ofrece un pequeño listado que relaciona determinadas enfermedades con aquellas dañinas emociones que las generan.
Otro gurú, Alejandro Jodorowsky (creador de la Psicomagia) nos revela que “debajo de cada enfermedad está la prohibición de hacer algo que deseamos o la orden de hacer algo que no deseamos”. En la misma línea se manifiestan otros maestros espirituales como Wayne W. Dyer, Ekhart Tolle, Krishnamurti o Thich Nhat Hanh, entre otros. Igualmente, algunas eminentes figuras pertenecientes al ámbito de la ciencia están divulgando sus descubrimientos en este sentido: Deepak Chopra, Joe Dispenza, Bruce Lipton, Brian Weiss, Hans Jenny, etc.
Concretando, el análisis estadístico-científico, el estudio continuado y la profundización psicológica de las manifestaciones somáticas de esa dañina emoción oculta que Ryke Hamer llamó el resentir, con el paso del tiempo, ha permitido hacer un listado que recoge la relación probable entre dichos resentires y sus síntomas o enfermedades asociadas a ellos.
Diccionario de Psicodescodificación
Con el fin de poner a disposición de cualquier persona interesada la información completa de esos resentires, vamos a mostrar los enlaces al completísimo Diccionario de Psicodescodificación. Estos enlaces corresponden al libro gratuito en Pdf, por un lado, y al libro en papel de venta en Amazon (.es ó .com). A destacar que el precio del libro en Amazon es posiblemente inferior al resultante de enviarlo a fotocopiar.
Además de las consideraciones que exponemos a continuación, recomendamos leer la entrevista realizada a la psicooncóloga Eva Juan, en la que expresa y argumenta su convicción de que los conflictos emocionales guardan una relación directa importante con la enfermedad del cáncer.
en su libro Las claves para curar: “El malestar orgánico o emocional siempre existió pero lo que hizo la medicina fue clasificarlo y eso le dio poder. La actual creencia sobre la enfermedad no solo es la de una fuerza externa que nos ataca sino que a partir de esa clasificación, es la de una fuerza que un grupo de personas (los científicos-médicos) puede dominar… y a quienes le otorgamos el poder.
Ese concepto de enfermedad se escapó de las manos y tiene vida propia. La gente ya no se muere de la enfermedad sino del miedo que el concepto inventado le genera. El miedo no da tiempo a que la enfermedad actúe y nos mate ya que crea por sí mismo una realidad mortal. Así lo relata el cuento sufí:
-Un sabio sentado en la cumbre de una montaña, ve pasar una sombra y pregunta: ¿Quién eres? La sombra le contesta -Soy la peste-. ¿Adónde te diriges? -A matar mil personas de ese poblado-…
Oye tú, me has engañado, dijiste que matarías mil personas y has matado treinta mil. ¿Por qué? La peste le responde –No es cierto, yo solo maté mil personas, el resto murió de miedo-.
Como médico
he presenciado muchas veces el fenómeno de una persona que en pleno estado de salud y por hallazgos casuales (pruebas de rutina o un médico demasiado inquisidor) ha sido diagnosticada de un tumor en hígado, pulmón o mama. A los pocos días de ese hallazgo, el estado de salud había empeorado dramáticamente. He visto a algunas personas morir en poco tiempo luego del diagnóstico.
Eso es miedo, no es cáncer. Ese es el concepto que se le ha escapado de las manos al grupo de científicos que ostenta el supuesto saber de la enfermedad. Y ese concepto se ha desbordado y ha creado una realidad autónoma entre otras cosas, porque se ha colectivizado. Se ha vuelto un saber popular.
Cuando una mujer se nota un bulto en la mama, debe parar toda actividad y preguntarse qué le viene a decir ese bulto. Y si no lo sabe, debe recurrir a alguien que la ayude a interpretar ese mensaje. No debe salir corriendo en busca de ese personaje que detenta un saber sobre la enfermedad porque eso la cristaliza en el viejo concepto. Y a partir de allí, solo puede esperar que se instale una guerra en su cuerpo.
Y el bulto no vino a declarar la guerra sino a evitarla. Y no es que no debe hacer nada o curarse psicológicamente. Debe instalar la paz en su vida porque el bulto así se lo está exigiendo. Y eso no es poco pero es mucho más de lo que la medicina pretende con su viejo concepto de instalar una guerra entre el cuerpo de esa mujer y el cuerpo de esa mujer.
El milagro de curarnos es…
Volver a nacer fuera de nuestros roles y percibirnos como almas que se relacionan con almas. Dejar de ser hijos, esposos, madres, padres, médicos, abogados, exitosos, fracasados o perversos. Y renacer como almas con cuerpos que son usados, no descuidados.
Para ello, estamos acá. No para descubrir vacunas sino para tomar conciencia de lo que somos y hacia dónde vamos.”
Visto desde la óptica de la biodescodificación,
el cáncer es la activación de un programa de supervivencia biológica propio de todas las especies animales. Los humanos no somos diferentes en ese aspecto salvo en algún detalle, que se podría explicar con el siguiente ejemplo:
Un lobo hambriento se dispone a cazar. Ha capturado un conejo y lo ingiere. Su estómago comienza a digerir toda la carne de la presa, pero hay un problema. Se ha tragado una pata del conejo y esta se ha alojado en un punto del estómago que obstruye el paso hacia los intestinos. Si esa obstrucción no se libera el lobo morirá por desnutrición. Aquí es donde se activa el programa biológico de supervivencia: En el estómago del lobo comienzan a desarrollarse rápidamente células tumorales.
Estas células tienen una capacidad digestiva 4 veces superior a una célula estomacal normal. Aumentado la capacidad digestiva, los ácidos gástricos generados, podrán ayudar a disolver y digerir la pata del conejo. Si se disuelve lo suficiente como para poder liberar la obstrucción y abrir el paso para la digestión de alimentos, el lobo conseguirá sobrevivir.
Una vez recuperada la capacidad de digestión y asimilación de alimentos, el programa de supervivencia se desactiva y el tumor se disuelve y elimina, con la ayuda, en muchas ocasiones, de una inflamación bacteriana. Esta fase a veces se acompaña de alguna pequeña hemorragia.
Si el tumor no consigue disolver la pata de conejo seguirá activo el programa de supervivencia y el tumor continuará creciendo, llegando a invadir el espacio vital de órganos adyacentes y podrá producir también la muerte del animal.
El ser humano, además de los condicionantes biológicos que comparte con los animales y la emotividad, cuente con un intelecto capaz de hacer que en una persona se active un programa biológico de supervivencia por algún conflicto que ha vivido y no ha podido resolver.
En el caso de un tumor en el estómago, podría generarse a nivel biológico por un alimento que no puede digerir, pero realmente se activará más a menudo el programa por algo simbólico, algo que la persona afectada está sintiendo, como: “no puedo digerir, o no consigo asimilar lo que me han hecho” (normalmente conflicto vivido frente a alguien muy cercano). Si ese sentimiento es muy intenso, hasta el punto de que no deja apenas conciliar el sueño a la persona afectada, su cerebro podrá activar de forma automática el programa biológico de supervivencia, iniciándose la proliferación de células superdigestivas (células cancerígenas), para intentar digerir aquello que está sintiendo como: “no puedo digerir”. El problema en este caso reside en que en el estómago, realmente no hay nada físico que impida la digestión, y el programa seguirá activo hasta que la persona deje de sentir: “no puedo digerir lo que me han hecho”.
Aquí es donde la biodescodificación puede ser de gran ayuda.
Cada tipo de cáncer está asociado a una tipología de conflicto. Es de dominio público que muchas personas que han vivido un conflicto muy intenso, al cabo de unos meses o un año, desarrollan un cáncer.
El hecho de vivir un conflicto muy intenso no implica para nada desarrollar un cáncer. Pero si que se puede afirmar, que la persona que ya tiene el cáncer, unos meses antes ha vivido algún tipo de conflicto desestabilizante.
El hecho de que se active o no la proliferación celular “maligna”, dependerá de la sensibilidad de la persona, de cómo se toma las cosas, del sistema de creencias que posee, de programas de dolor heredados…
La descodificación es totalmente compatible con cualquier terapiaque esté llevando a cabo el paciente, podrá complementar y optimizar perfectamente cualquier tratamiento.
Así como toda enfermedad es una llamada de atención sobre algo,
el cáncer tiene el mismo sentido pero a un volumen mucho mayor, pues el inconsciente biológico considera que está en peligro la supervivencia (física o de la identidad) si no se atiende a ese peligro.
Desde la óptica de la psicodescodificación, el cáncer es una enfermedad causada por un profundo resentimiento contenido durante muchísimo tiempo, hasta que literalmente va carcomiendo el cuerpo. Por ejemplo, en la infancia sucede algo que destruye nuestro sentimiento de confianza. Los enfermos de cáncer suelen ser personas que mantienen algún tipo de resentimiento de larga duración, o problemas emocionales pendientes con el pasado, que los hacen sentirse profundamente heridos. Con un sistema de creencias así, la vida se muestra como una serie de decepciones. Un sentimiento de desesperanza, desvalimiento y pérdida se adueña de nuestro pensamiento, y nada nos cuesta culpar a otros de todos nuestros problemas. La gente que tiene cáncer, además, es muy autocrítica.
Los cánceres suelen ir asociados a un conflicto de identidad, frecuentemente relacionado con un gran miedo o una gran culpabilidad, al punto de ya no poder vivir, incluso inconscientemente. También por rabia que consume, un deseo de auto-destrucción. La energía vital se agota por sentimientos de remordimientos, miedo y rabia interna proveniente de temas arraigados relacionados con el ego que no han sido perdonados. A todo ello puede sumarse los sentimientos de herida profunda; rencor que se mantiene mucho tiempo; secreto o aflicción profunda que carcome; carga de odios; creer que todo es inútil…
Las heridas emocionales importantes
que pueden causar enfermedades graves son: el rechazo, el abandono, la humillación, la traición o la injusticia. Algunas personas pueden haber sufrido varias de estas heridas durante su infancia. En general, la persona que padece de cáncer es del tipo que desea vivir en el amor, amor que rechazó por completo al albergar durante mucho tiempo ira, resentimiento u odio hacia uno de sus padres. Muchos rechazan incluso a Dios por lo que vivieron o viven. Esos sentimientos no reconocidos se acumulan y aumentan cada vez que algún incidente revive esa vieja herida. Un día, cuando la persona llega a su límite emocional, todo estalla en su interior y entonces aparece el cáncer.
Si tienes cáncer es importante que reconozcas que de niño sufriste y que te permitas ser humano, es decir, darte el derecho de rechazar a uno de tus progenitores o a los dos. El hecho de sufrir heridas en soledad es lo que crea la mayoría de los problemas. Es posible que creas que si te liberas de ellos serás más libre. Por el contrario, la necesidad más grande de tu alma y de tu corazón es acercarte al amor verdadero y el medio por excelencia para ello es el perdón. No olvides que perdonar no sólo quiere decir no rechazar a los demás. La dificultad más grande de la persona con cáncer es perdonarse a sí misma por haber albergado esos pensamientos de odio o esas ideas de venganza aun cuando fueran inconscientes. Perdona al niño que vive en ti, que vivió en silencio y sintió rabia y rencor sin tener quien lo apoyara, quien lo entendiera. Deja de pensar que el hecho de rechazar a otra persona significa ser “malo”. No es maldad, es ser humano.
Un cáncer se puede manifestar después de que la persona haya resuelto el conflicto o bien durante el bloqueo.
Cuando la tumoración que se produce es debida a un conflicto en fase de reparación, la ignorancia médica sobre las fases de la enfermedad y los fundamentos de la biodescodificación pueden tener consecuencias fatales, como relataba Fernando Callejón anteriormente. Sirva el siguiente ejemplo: El conflicto correspondiente al sarcoma es siempre una autodesvalorización en vías de reparación (a diferencia del carcinoma): cuanto más grave es la autodesvalorización, más afectado se ve el esqueleto por osteolisis. El osteosarcoma es la recalcificación del hueso.
En su fase de reparación la biopsia es extremadamente peligrosa porque el cerebro la vive como un «ataque» que resuelve a continuación; de ella deriva una cicatrización continua y el sarcoma se vuelve cada vez más grande…