La psicodescodificación del coche y las mascotas 2

MASCOTAS

El proceso de descodificación emocional que hemos explicado en la primera parte de este Artículo, dedicada a los coches, y en el artículo anterior que hablada de La casa y sus objetos, todo ello es aplicable también a las mascotas, con algunos matices añadidos al tratarse de seres vivos en lugar de objetos.

Estudios científicos (Universidad de Lincoln, Universidad de Nottingham Trent, etc.) han confirmado que las mascotas sienten emociones y tienen efectos benéficos sobre sus dueños y viceversa, también las mascotas pueden recibir beneficios o estrés y ansiedad que los pueden enfermar (por cierto, algo que cualquier persona con sentido común y un mínimo de sensibilidad ya sabía).

Antes de empezar a descodificar las enfermedades de las mascotas, conviene tener claro que hay otras razones por la que los animales pueden enfermarse. Los animales tienen también sus propios códigos biológicos que, al interactuar con un entorno no adaptado a su psicología, pueden generar extraños comportamientos o enfermedades. La psicología del gato es diferente a la del perro, por ejemplo, y, dentro de estos, el temperamento de una raza es diferente de la otra. Si vives en un piso, no es lo mismo tener un caniche que un pastor alemán.

ÓRGANO EXTERNO DE SOMATIZACIÓN

Debido a esa empatía de los animales con sus dueños, es común tener en consulta a mascotas con cáncer o hipotiroidismo y ver que “casualmente” su dueño sufre de la misma enfermedad.

Que un animal tenga el mismo padecimiento físico o mental de su cuidador está relacionado con algo llamado ‘órgano externo de somatización’, es decir, la parte del cuerpo que absorbe como una esponja las emociones negativas o positivas de la familia y las somatiza.

El Dr. José Tomás Zeberio, creador de la antropología energética, explica cómo se afecta el «órgano externo de somatización». En primer lugar, existen ondas positivas y negativas que provienen de los pensamientos y palabras emitidas diariamente por los seres humanos. Éstas permanecen suspendidas en el ambiente y, aunque no se pueden ver, sí se sienten; por eso, muchas veces algunos lugares nos producen incomodidad o rechazo, y decimos que tienen ‘mala vibra’ porque están cargados con esas partículas.

Conexión emocional

La mayoría de los perros y gatos forman una conexión emocional fuerte con las personas de las que dependen para comer, de las depende su refugio y su afecto. Es por eso que de inmediato se sintonizan con nuestras señales emocionales.

Por ejemplo, si emites algún nivel de miedo, pueden interpretar que hay algo a que temerle, pero no saben a qué. Podemos asociarlo a cuando éramos pequeños y sabíamos que nuestros padres estaban molestos. No sabíamos por qué, pero por si acaso, andábamos con mucho cuidado.

Las discusiones frecuentes son especialmente estresantes para los animales, quienes podrían reaccionar demostrando irritabilidad o miedo.

Por lo tanto, las tensiones emocionales pueden desencadenar problemas de  comportamiento, como pueden ser el aumento en agresividad, destrucción o inquietud extrema. También podrían impactar en el sistema nervioso y contribuir a agravar condiciones ya presentes como irritación de la piel, oídos, vejiga y otros.

Muchas veces, la ansiedad que le transmitimos a nuestras mascotas viene por la misma preocupación que tenemos sobre su salud, por ejemplo, cuando observamos que algo no está bien, ya sea un cambio en comportamiento o un síntoma físico. Esta situación es muy común cuando sale un tumor o cáncer, nos sentimos bajo gran presión queriendo remover de inmediato las masas, como si cada minuto fuera crítico.

Por eso es importante mantener la calma, ser pacientes y consistentes con el tratamiento escogido. En la medicina natural se cree que antes del mejoramiento viene una crisis o epicrisis, por lo que aun si pensamos que no está funcionando, se debe darle una oportunidad.

La mascota es el síntoma de su entorno

Otro factor añadido en la descodificación de las mascotas es la influencia en ellas del concepto llamado Proyecto Sentido en biodescodificación, pues la mascota suele ser como un niño pequeño para el amo y su familia.

Para nuestro inconsciente, un hijo real o un hijo simbólico son iguales, son lo mismo. Algunos tienen un trabajo, una empresa, un sobrino, un amigo, un auto, algo que quieren simbólicamente como un hijo, así también son las mascotas para muchas personas: son hijos simbólicos y ocupan un lugar muy importante en su corazón y en el sistema familiar y social.

Los hijos reales, hasta los 7 años están como esponjas absorbiendo todas las experiencias vividas en su sistema de crecimiento como mandatos de seguridad y cómo se pertenece al sistema familiar. Se dice que la mascota es el síntoma, así como los niños son el síntoma del entorno donde habitan con estos códigos y reflejan en su salud los conflictos familiares.

En psicodescodificación, los hijos menores de edad no se trabajan directamente sino que se trabaja con los padres, así es también con los hijos simbólicos (incluidas las mascotas): se trabaja con sus cuidadores o amos. Los hijos reales o simbólicos son el síntoma y los adultos son la raíz o la fuente del conflicto, al sanar éstos los hijos sanan también.

Por ello, sus enfermedades nos dan claves para identificar qué conflictos estamos viviendo nosotros porque, al igual que los niños en el Proyecto Sentido, nuestros animales de compañía somatizan los síntomas y enfermedades que corresponden a nuestras actividades conflictivas.

El perro se comporta como su amo

y esto no es casualidad. También llama la atención que existen personas que han tenido varios perros a lo largo de su vida y todos han sufrido de la misma enfermedad. Se han reportado casos en los cuales los animales se rascan o vomitan cuando en casa hay peleas entre sus dueños, o casos de riñas entre gatos cuando sus dueños discuten.

Cuando el ambiente está muy cargado de emociones negativas, algún integrante se convierte en una «válvula de escape» y viene la enfermedad o el síntoma (diarrea, vómito, entre otros), muchas veces sin una explicación médica (bacteria, virus).

La opinión de los expertos

Según Turid Rugaas, entrenadora noruega de perros, considerada una gurú en el área: «casi 99% de los desórdenes emocionales de los perros se deben a fallas de las personas que han formado parte de su socialización (los primeros cuatro meses de vida son determinantes) y del ambiente en el que se desenvuelven».

Por su parte, el biólogo conductual y psicólogo animal Dennis Turner, director del Instituto de Etología aplicada y Psicología animal de Suiza, afirma que nuestros perros y gatos mascotas pueden sufrir de fobias y otros desórdenes de ansiedad, como la que provoca la separación, y se pueden manifestar con síntomas muy similares a los que experimentan las personas cuando están deprimidas. También pueden desarrollar desordenes compulsivos y neurosis.

También existen otros casos. Así, los individuos cuyo excesivo apego a los animales les acarrea consecuencias negativas para ellos mismos o para sus seres queridos sufren un trastorno enfermizo que se conoce como petofilia. Son personas a las que les gusta permanecer solas con sus mascotas, porque lo disfrutan y viven empeñadas en cuidar de animales. Más que humanidad, lo que se esconde detrás de ese comportamiento extremo es una obcecación adictiva.

El periodista norteamericano Jon Katz, uno de los expertos que más ha escrito sobre este comportamiento, lo define así: “Nos hallamos ante un caso de petofilia si el afectado solo siente satisfacción cuando tiene contacto con seres irracionales y se aísla de su entorno, si limita completamente su forma de vivir o si el individuo enganchado a este vínculo anómalo quiere desligarse de él pero se siente incapaz de hacerlo”.

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Ejemplos de descodificación animal

– Una persona me dice que su “niño de 4 patas” (literalmente) tiene pancreatitis. Si miramos los conflictos del páncreas en el diccionario de biodescodificación, nos dice, entre otras cosas: “son conflictos del pasado atascados en el presente y aún sin resolver, sin perdonar, sin soltar… Son conflictos indigestos de ignominia, historias de herencias y porquerías familiares que aún no has aprendido a ver desde otra perspectiva y trascenderlos totalmente”… Y esa persona se echa a llorar porque es eso exactamente lo que le está pasando y así es también como ella se siente.

– Si bien hay virus y bacterias que pueden afectar a los animales en el medio ambiente, lo cierto es que una imposibilidad para hacer frente a algo o a alguien por parte del dueño, puede hacer bajar las defensas de la mascota y enfermarla.

– Un perro que vomita, es el resultado de algo que su dueño no digirió emocionalmente.

– Si un perro o gato presentan cáncer, es por un conflicto emocionalmente muy fuerte de su dueño.

– ¿Es un perro que ladra por todo? ¿A quién le ladras en tu vida…?

– ¿Es un gatito miedoso? ¿A quién le tienes miedo tú….?

La solución

Como ya hemos dicho, trabajar con la biodescodificación de  las emociones de las personas del entorno de la mascota puede ayudar rápidamente en su recuperación  física y emocional.

Y también, según afirma Laurel Braitman, autora de «Animal Madness» (Locura animal), el apoyo, el cariño, la paciencia y el tiempo que las familias les brinden a las mascotas con desordenes emocionales puede convertir cualquier trauma pasado en una experiencia positiva para ambos.

Joaquín Ferrer